El conocido como Padre Ángel, el fundador y líder de Mensajeros de la Paz, ha organizado una misa por Pedro Zerolo, recientemente fallecido, en la iglesia de San Antón. En ella han participado además sacerdotes de otras confesiones cristianas, como uno protestante que lucía una estola con los colores del arco iris, los que adornan la bandera del movimiento gay. Esto ha provocado la regañina del arzobispo de Madrid, pues ha considerado un acto político esta celebración religiosa. El Padre Ángel es persona que se prodiga por actos sociales y medios de comunicación buscando apoyos para su causa. No parece haberle gustado a algunos de sus habituales acompañantes (pertenecientes a las clases acomodadas, que ven en su organización un medio para canalizar sus ansias caritativas y así calmar sus conciencias, tal vez buscando méritos para la otra vida) este acto donde se realzaba la figura de un socialista, feminista, ateo y homosexual. Algo que ocurre en más de un funeral o misa de difuntos, por cierto, aunque no tenga tanta trascendencia. Así que le han soltado una bronca por "politizar una misa". Como si eso no pasase habitualmente: recordemos, por ejemplo, las periódicas misas de recuerdo de Francisco Franco y José Antonio Primo de Rivera, donde se exaltan estas figuras del fascismo español, cada 20 de noviembre (en el aniversario de sus respectivas muertes) desde hace décadas, y donde participan, algunas veces con mucho entusiasmo, sacerdotes católicos, incluyendo la exhibición de retratos, banderas y hasta cantos de himnos como el de un partido político como es la Falange Española: el "Cara al sol". Pero por esos actos políticos no protesta el arzobispo de Madrid, ni ningún obispo. Será porque algunos se creen todavía aquello que decía Franco de que él "no se metía en política". Ay.
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