Cuando estaba de concejal en el equipo de gobierno en el ayuntamiento tuve un móvil de la red corporativa. Al mismo tiempo hice un contrato para una línea particular, para dedicar la otra a las tareas municipales. Las dos iban en la misma tarjeta, pero vinculadas a cuentas diferentes. Al terminar mi último mandato como concejal me fui a una tienda de la compañía telefónica correspondiente, para separar ambas líneas y así devolver el terminal del ayuntamiento con su línea y número propio. De esta manera adquirí un terminal propio al que colocar la tarjeta con mi línea privada, simultaneando varios días los dos aparatos hasta que hice entrega del de propiedad municipal al encargado de los teléfonos del ayuntamiento, el día de mi cese.
Cuando compré el nuevo teléfono me ofrecieron un par de modelos, pues les pedí que me enseñaran los que podía adquirir haciendo uso de los puntos acumulados para un posible descuento. Me ofrecieron dos, uno por el que tenía que pagar una cantidad adicional, además de los puntos, y el que se ve en la imagen, que me salía "gratis", es decir, sin más coste que el de los puntos. Me decidí por éste. Ni siquiera había tenido un smarphone de los que disponía el ayuntamiento. Así que con uno que me sirviera simplemente para hacer y recibir llamadas ya era suficiente.
Luego he tenido un smarphone que he tenido que sustituir a los dos años, de los problemas que me estaba dando ya. Así que tuve que echar mano del viejo aparato que compré hace cuatro años. Lo mismo que tuve que usarlo cuando tuve los problemas con la batería. Ahora tengo otro más sofisticado. Veremos lo que me dura. Lo cierto es que el viejo "cacharrito" sigue funcionando como entonces. Y lo pienso guardar mucho tiempo. A veces lo más simple es lo mejor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario