Letrero que me encontré en un bar sobre la dimisión del papa Benedicto XVI. La primera fecha no es correcta, pues la muerte de Pablo VI fue en 1978, pero tiene su gracia. Los sumos pontífices vaticanos deberían temer la trayectoria del Real Betis Balompié. El papa Francisco se habrá preocupado con el ascenso de mi equipo a la primera división. Veremos cómo terminan la liga y otras competiciones... y qué consecuencias tiene para el obispo de Roma.
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