miércoles, 9 de marzo de 2016

La hora del almuerzo


Curiosa fotografía, donde unas jóvenes se reúnen alrededor de la mesa y ríen despreocupadas. Tal vez porque el supuesto camarero que les está sirviendo viandas y bebidas sea un vigilante que les libre de todo mal proveniente de las aguas del pantano. No sabemos si terminó bien el almuerzo de las chicas y pudieron seguir su baño. O, tal vez, terminaron siendo ellas el condumio de los caimanes que acuden en manada ante la extraña presencia de mesa y mantel en sus aguas naturales. Esto no los lo aclaran. Lo cierto es que ver la imagen produce una sensación entre desasosiego y, al mismo tiempo, humor. No parecen muy asustadas las comensales, pero yo no me fiaría mucho de semejante grupo de invitados, con esas garras y dientes en mandíbulas tan portentosas. Claro que, a lo mejor, sus pieles servirían para lujosos zapatos y bolsos que lucir en las fiestas del verano. Las pieles de caimán, claro. De todas, maneras, mejor no repetir el ágape aventurero.

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