domingo, 24 de abril de 2016

Juan Bravo, los comuneros y la frustrada autonomía de Segovia


Ayer celebraban en Castilla y León el Día de la Comunidad, fecha escogida al alcanzar la autonomía esta región, coincidente con la derrota de las tropas comuneras en Villalar (ahora llamada Villalar de los comuneros), provincia de Valladolid, en 1521. La guerra de las llamadas Comunidades de Castilla, contra las tropas de Carlos I, sufrió un aldabonazo definitivo (con la salvedad de la resistencia de Toledo hasta 1522) con esta batalla. El 24 de abril, fueron ejecutados los principales líderes de la revuelta, Juan de Padilla, Juan Bravo y Francisco Maldonado. Independientemente de las versiones que este levantamiento ha provocado, el poder imperial centralizado se vio reforzado en detrimento del poder feudal y foral de las ciudades en el reino de Castilla.

Alcázar de Segovia

Juan Bravo tuvo un gran protagonismo en el levantamiento de Segovia, ciudad donde vivía y en la que se hizo fuerte, a pesar de quedar en manos de los realistas el Alcázar, edificio singular por ser fortaleza-palacio favorita de los reyes de la corona castellana y por ser el lugar donde fue proclamada reina Isabel I (la católica). Segovia tiene una calle con el nombre de este noble, además de dedicarle una estatua en la Plaza de Medina del Campo, cerca de la iglesia de San Martín, ejemplo de templo de origen mozárabe con influencias románicas. El teatro principal, situado en la Plaza Mayor, cerca del ayuntamiento y la catedral, donde en febrero de 1931 se presentó la Agrupación al Servicio de la República, liderada por José Ortega y Gasset, Gregorio Marañón y Ramón Pérez de Ayala, contando con la presidencia de Machado, también lleva el nombre de ese insigne ciudadano segoviano.

Ejecución de los comuneros de Castilla, obra de Antonio Gisbert Pérez, 1860
Decía al principio que el día de la derrota de Villalar (23 de abril) fue adoptado como fiesta institucional en la Transición, cuando Castilla y León se convirtió en comunidad autónoma, por su fuerte connotación reivindicativa de derechos territoriales, frente a un poder central alejado de los núcleos de poder de los antiguos reinos medievales. Recordemos que estamos en la región antes conocida como Castilla la Vieja (para diferenciarla de Castilla la Nueva), origen del antiguo reino de Castilla, que se separó del reino de León, durante la Reconquista. 

Catedral de León

En aquellos no tan lejanos tiempos (aunque nos parezca lo contrario) en que se fue fraguando nuestro estado de las autonomías, los territorios con personalidad histórica, por haber tenido instituciones propias de gobierno (u otros motivos), intentaron acogerse a los preceptos del Título VIII de la Constitución que posibilitaban el acceso a la autonomía. En estos territorios "castellanos" hubo varios intentos de constituirse en comunidad autónoma por parte de entidades, unos que tuvieron éxito (como son el caso de la antigua provincia de Santander, constituida en comunidad autónoma de Cantabria, y el de Logroño, que pasó a ser la comunidad de La Rioja) y otros que no llegaron a consolidarse. Fue el caso de León, Zamora y Salamanca, provincias que comprensivas del antiguo reino de León, tras la separación del Condado de Castilla y su elevación a reino independiente. Intentaron acceder a la autonomía, sin conseguirlo, aunque sigan existiendo partidos nacionalistas leones que continúen (sin apoyo relevante) con su pretensión.

Iglesia de San Martín, junto a la estatua de Juan Bravo

Menos conocido es el caso de Segovia, donde varios ayuntamientos (la mayoría) se pronunciaron a favor de la autonomía, y otros en contra, en unas primeras votaciones. Eso y la rectificación de uno de ellos (Cuéllar), que quitaba esa necesaria mayoría, hizo que se cortase de raíz este intento, en pleno proceso autonómico, presidido por los pactos de 1981 que alcanzaron UCD y PSOE, que traerían como consecuencia la llamada "armonización del proceso autonómico", que culminaría con la Ley Orgánica de Armonización del Proceso Autonómico (LOAPA), declarada inconstitucional (en 1983) en casi todo su articulado por el Tribunal Constitucional. Las Cortes Generales sustituyeron la voluntad de los ayuntamientos, de acuerdo con el apartado c) del artículo 144 de la Constitución, aprobando la Ley Orgánica 5/1983, de 1 de marzo, que incluyó definitivamente a Segovia en la Comunidad autónoma de Castilla y León. Parece que las intenciones de los llamados comuneros, singularmente las los herederos políticos de Juan Bravo, fueron una vez más frustradas, como ocurrió hace 495 años.

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