lunes, 26 de septiembre de 2016

La crisis política y las elecciones gallegas y vascas


"He criticado la visión utópica de la república, como panacea o bálsamo de Fierabrás que solucionará todos los problemas, que curará todos los males. Pero no se me escapa, como les pasa a otros, que estamos en una tesitura crucial. Esta crisis total está poniendo en cuestión hasta la forma política del Estado, la monarquía parlamentaria. Algunos piensan en la restauración de la experiencia fracasada de la II República, de cuya instauración se cumplen hoy 82 años. Pero eso sería de nuevo un error. Lo que hoy echo en falta es ese grupo de intelectuales, con el coraje necesario para exigir cambios importantes, de modelo, aunque pongan en cuestión el resultado de una Transición que ya es historia. Las instituciones que salieron de esa transición parecen en decadencia, como lo estaba el régimen de la Restauración en 1931. La Democracia está bajo mínimos, y los “intelectuales” que vemos hoy día, en nuestro país, parecen estar silenciados o su voz oculta entre el griterío habitual en los medios de comunicación.../... Necesitamos otro tipo de “nueva intelectualidad” o hasta una “nueva clase política” que mire el futuro de forma diferente, con nuevas propuestas que ilusionen a la mayoría hoy desencantada. Que den ideas claras y racionales de cómo afrontar los viejos problemas enquistados, y soluciones beneficiosas para la generalidad ante los nuevos retos. Como lo intentaron aquellos ciudadanos sabios y honrados de 1931.

Sin duda vivimos en tiempos difíciles y de ello se dan cuenta hasta quienes quieren mantener el actual régimen. ¿Habrá valentía suficiente para afrontar con rigor los cambios que nos merecemos? ¿Saldrán a la luz nuevos Ortegas y Machados?"

Esto escribí el 14 de abril de 2013, hace tres años. La crisis política que se unía a la económica y social que vivíamos (y vivimos todavía) nos ponía en una difícil tesitura. Algo mas de un año después, el rey Juan Carlos abdicó. Tuvimos elecciones al parlamento europeo en mayo de 2014 y una nueva fuerza política entró con fuerza, Podemos. En las posteriores los partidos tradicionales, aunque siguen en primera línea, sufrieron un varapalo importante del electorado, con la irrupción, además de Podemos, de otra fuerza, Ciudadanos. Algunas cosas han cambiado. Entre otras, que el PSOE ha entrado en una deriva de pérdida de votos y escaños, elección tras elección, que es síntoma del grave problema que está padeciendo desde hace años.

El mismo día que publiqué la entrada citada al principio, en Palma del Río tuvo lugar un encuentro comarcal del PSOE para debatir el documento propuesto y hacer aportaciones que tratar en la conferencia política a celebrar en otoño, a instancias del todavía secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba. Yo hice referencia a las ideas que plasmé en la entrada publicada: a la falta de un proyecto ilusionante que diese respuesta a los problemas capitales de la política nacional, a la falta de liderazgo intelectual, o mejor, a la falta de compromiso de "quienes piensan, analizan la situación y proponen soluciones" con nuestro partido, al ruido de los medios de comunicación y la falta de sintonía con las nuevas generaciones... Hice referencia a ese grupo de intelectuales de la República que sí se comprometieron a dar respuesta a la crisis que vivían entonces y que echaba en falta, además de no ver puertas abiertas para que se pudiesen integrar quienes podrían aportar algo de valor... y el moderador de la comisión donde yo estaba, cuando hizo públicas las conclusiones de nuestro debate, dijo que yo había hecho un recuerdo y una reivindicación de la II República porque ese día era 14 de abril. Nos miramos algunos presentes y dije, por lo bajo, "éste no se ha enterado de nada". 

Esto está pasando entre los líderes políticos. No se enteran de lo que ha ido pasando en estos años. Como el moderador aquel (que, por cierto, fue candidato a la alcaldía de su pueblo y perdió) solo ven la realidad, según su interés personal, el de su "aparato". El PSOE, tras las elecciones de diciembre pasado, y la repetición de junio, sigue rompiendo su "suelo" electoral. La falta de sintonía con los votantes es clamorosa. El secretario general, salido de las primarias, tenía una tarea difícil, que no está cuajando. Y no me sorprende, pues el modelo de elecciones primarias no encaja bien con el modelo de partido (o federación de partidos) que, en teoría, dirige. Él tiene la legitimidad de los votos directos, pero los secretarios generales regionales (los "barones") tienen también la suya, y a nadie le ha interesado nunca romper esa dualidad, pues cada secretario general, en cada ámbito, ha buscado siempre el voto de la delegación de los "barones intermedios", para auparles y mantenerse en el poder. Un catedrático de la UNED escribía que los partidos en España se tuvieron que reforzar en la Transición y el ordenamiento jurídico les dio grandes poderes a los dirigentes, formándose fuertes oligarquías que campan a sus anchas. En el PSOE eso también viene ocurriendo desde hace años, acomodándose al estado de las autonomías, con lo que las direcciones regionales tienen un muy amplio poder, llegando a verse propuestas políticas contradictorias en diferentes territorios (¿recordamos el nacionalismo catalán del PSC, en tiempos de Zapatero?). 

Cuando Zapatero dio el giro a sus políticas en 2010, en lugar de convocar elecciones hablando a las claras al pueblo (como sí ha hecho Tsipras en Grecia, traicionando el programa electoral con el que ganó las primeras elecciones), prolongó la crisis un año y medio más, dando alas a la derecha, que ganó con Rajoy, para aplicar una política de recortes brutal. Desde entonces está el PSOE en caída libre. Las oligarquías intermedias siguen en su afán por el poder, sin enterarse de lo que pasa en la calle. Quienes auparon a Pedro Sánchez, creyendo que era el monaguillo dócil que les iba a ayudar a la liturgia, vieron cómo, envalentonado con la legitimidad de los votos de los militantes, ha volado solo. Parece que no buscaron al mejor candidato, y el resultado de su gestión lo demuestra. Como también la misma propuesta de convocar otra vez primarias para el mes que viene y congreso en diciembre, a "cuatro días" de las más que posibles terceras elecciones generales. ¿Cómo se le puede ocurrir una cosa así?

Las elecciones de ayer son otro varapalo al PSOE. Tan culpables de este fracaso son la dirección del Secretario General, como los que lo auparon y le "hacen la cama" luego, junto con los "señores feudales" que les apoyan y están todos los días en los medios de comunicación. Nadie asume su responsabilidad de estos "resultados históricos" tan catastróficos. Prueba de que lo que el PSOE necesita es un "meneo" como dije, con desparpajo, en aquella reunión comarcal preparatoria de la conferencia política de 2013. Una refundación, eso sí, tras las elecciones de diciembre, que no estamos para aventuras de última hora. Vamos camino de la irrelevancia, a la luz de la voluntad popular. Y "los líderes" (y "lideresas") pensando en los suyo, sin enterarse de qué va la cosa. Ya no espero que se sumen intelectuales, ni personas de prestigio, con fondo, comprometidos, sin intereses personales, solo quedan los "aparatos" y estos se están cargando el partido por su miopía. Nadie piensa en la gran política necesaria, la que acerque al ciudadano a sus instituciones, para que confíe en ellas, sino en sus pequeñas políticas personales. Que pena.

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