Recientemente he participado en un debate, en los comentarios de un post, en Neto Ratón, sobre la aparición de un blog sobre toros en El País . Esto me recordó otra colaboración en Público de Fernando Álvarez, etólogo y profesor de investigación del CSIC en la Estación Biológica de Doñana, comentada por Nacho Escolar en su blog, en contra de la fiesta de los toros. Éste hizo un resumen. Y yo hoy contesto, con mis opiniones, también resumidamente.
1. El toro sí sufre durante las corridas. No lo niego y no entiendo cuando otros defienden el toreo alegando que el toro no sufre. No tienen motivos para esto. El toro es un ser con sistema nervioso y demuestra sufrimiento. Ahora bien, para mi esto no es motivo suficiente para abolir la tauromaquia. También se sufre en otras actividades naturales y humanas, por ejemplo, en la práctica deportiva, y esto no induce a nadie a pedir la abolición, digamos, de la escalada o el atletismo.
2. El toro no disfruta de una especial buena vida ni de una muerte digna. De lo primero es predicable a muchos animales y seres humanos. Habría por tanto que abolir sus vidas. La idea de dignidad es algo subjetivo, no creo que sea más digno el sacrificio en el matadero de una ternera que la muerte en lucha en la plaza. Repito, es algo subjetivo.
3. La supresión de la lidia no implica la extinción del toro bravo ni de su hábitat. Me parece ingenuo, muchas especies desaparecieron por su nulo papel económico. NO debería ser así, pero, al menos, esta “industria” ha salvado a una especie que habría desaparecido. Como desapareció su antepasado el uro, aunque lleve sus genes modificados por los cruces respectivos, como ocurre con otras especies animales y vegetales de utilidad para los humanos.
4. El sufrimiento de los humanos y otros seres no justifica la tortura del toro en la plaza. No, es cierto. Lo que no es cierto es que la justificación del toreo sea el sufrimiento humano.
5. La existencia de otros espectáculos agresivos no disculpa la agresión en la lidia. Ni falta que hace. El “combate” del ser humano con otras especies naturales es una constante de la historia.
6. El aspecto artístico y tradicional de la lidia no justifica su componente sádico. En la lidia no hay sadismo. Están muy equivocados quienes piensan que los aficionados al toreo disfrutamos viendo hacer daño al animal. No es así. El arte está en la pugna, el desafío cuerpo a cuerpo, en la forma de domeñar a la bestia (muy superior en fuerzas) a través de la astucia y la inteligencia, adornando este encuentro con técnica, pasión y sentimientos. Si eso se transmite, hay triunfo y el público responde. No con la contemplación del dolor o la sangre.
7. La lidia no es una seña adecuada de identidad de España. Estoy de acuerdo. Y el dirigente abertzale Jon Idígoras también lo estaba (fue novillero). Este arte de lidiar toros tiene hasta sentido religioso en diferentes zonas de Europa. Los franquistas quisieron manipular el toreo en beneficio del régimen, como el fútbol o la copla. Pero tampoco ese es motivo para abolirla.
8. El beneficio económico de la lidia está manchado de sangre. Vuelve el mito del sadismo. Otras actividades humanas, también de contenido económico, tienen sangre de por medio y no son cuestionadas: la industria cárnica, la medicina...¿Habría que abolirlas?
9. La oposición a la lidia ha sido una constante en la historia de España. Cierto, como la defensa de la tauromaquia, también. Ha tenido grandes y poderosos enemigos, pero también defensores que han conseguido que permanezca, siendo uno de los espectáculos principales de este país, de Portugal, parte de Francia y toda Hispanoamérica. Y hasta muchos extranjeros quieren ver corridas de toros cuando nos visitan.
Como veis, discrepo y defiendo el mundo del toreo. Supongo que tendremos polémica. Entonces, valor ¡y al toro!.
A ver Schevi, ¿Cómo puedes comparar lo que sufre un escalador con lo que sufre un toro? ¿Acaso al escalador le obligan a hacer lo que hace? Yo, el libre albedrío del toro no lo veo por ningún sitio.
ResponderEliminarEl sacrifício en el matadero no es digno pero necesario, aunque se tendría que mejorar el trato a los animales y minimizar al máximo su sufrimiento. Pero la mayor diferencia con el toreo es que en el matadero no cobran entrada y no hacen de la muerte un espectáculo público.
Se puede ir a los toros y sólo fijarse en los pases y el arte del torero sin tener en cuenta otros aspectos como el sufrimiento del animal, la sangre que emana de sus heridas o la agonía alargada por culpa de toreros torpes que no aciertan a la primera. Sadismo no es la palabra, para mí la palabra es salvajada inconsciente.
Lo que considero peor es hacer de la muerte de un animal un espectáculo público disculpado por el peso de la tradición. No sólo digo no a los toros sino a los "correbous", a las cabras tiradas desde los campanarios o cualquier otra actividad de este estilo.
Espero que algún día se acaben los malos tratos a los animales porque significará que hemos mejorado como personas al dejar atrás costumbres ancestrales que ya no tienen ningún sentido.
Un saludo,
Euphorbia antitaurina
Libre albedrío no tiene el toro nunca, ni los perros, ni los gatos, ni ningún animal. Es un concepto exclusivamente humano. Luego si hacemos comparaciones sobre libertad, debemos hacerlas entre humanos. El toro no es libre, ni para estar en la plaza, ni en la dehesa, ni en ningún otro sitio. El humano puede ser o no libre para estar en un sitio u otro, eso es una cuestión política. Y los animales no tienen vida política.
ResponderEliminarNo veo motivo para censurar algo porque sea un espectáculo y se cobre entrada. Si fuese así habría que prohibir el cine, el teatro y otros espectáculos donde se incluyen temas escabrosos, como la guerra, la muerte, la tortura, los malos tratos, etc. Además, nadie está obligado a asistir a ningún espectáculo, incluido los toros.
No se puede hablar de salvajada inconsciente cuando el toreo es una de las actividades más depuradas y reglamentadas desde la edad media. Nadie, creo, va a las olimpiadas a presenciar los jadeos, gritos, quejas, sudores, accidentes y lesiones, con o sin sangre, que se producen en las distintas especialidades deportivas. Además, existe numerosa bibliografía y demás producción teórica sobre todo lo relacionado directa e indirectamente sobre el toreo y su mundo.
Por lo dicho anteriormente considero que no es comparable la tauromaquia con otros “divertimentos” tradicionales donde su usan animales, muchos de ellos perseguidos. Comparto, no obstante, que la tradición no es motivo nunca suficiente para justificar actividades de cualquier tipo.
La consideración de mal trato tiene una componente subjetiva, sobre la que es muy difícil llegar a acuerdos, en muchas ocasiones. Y más cuando se trata con animales. Muchos “mimos” dados a, por ejemplo, perros domésticos, por muchas personas consideradas “cultas” pueden ser llamados “malos tratos” en cuanto suponen un doma mal entendida, que sí comporta en muchos casos problemas de convivencia de esos animales con seres humanos y de éstos con los dueños “consentidores por amor a los animales”. Por ejemplo, el llevar a hacer sus necesidades a esos perros a los jardines públicos. Eso sí que lo considero un mal trato, al animal mal enseñado, y a los demás usuarios de las zonas verdes. Algunos casos terminan en comisaría y en los juzgados.
También los aficionados hemos criticado y pretendido a lo largo de la historia cambiar lo que considerábamos mejorable. Y lo que conocemos hoy es el fruto de la evolución tras discusiones, pasionales muchas veces, sobre cómo mejorar este mundillo. En fin, decía al final del post que hay polémica, desde hace siglos. Y seguirá habiéndola, seguro.
Schevi, el que ha empezado la comparación entre toros y escaladores has sido tú. Era sobre sufrimiento tu comparación pero igualmente me parece un sinsentido porque no se trata simplemente de abolición por motivos de sufrimiento si no que creo que es imperativo tener en cuenta el factor voluntario. Tu hablas de abolición (yo no lo he hecho) con lo cual si sólo habláramos de sufrimiento/abolición se tendrían que prohibir hasta los partos sin epidural. Que el toro sea un ser irracional que no puede elegir estar en la plaza es determinante.
ResponderEliminarFactor espectáculo: no es lo mismo el toreo, un espectáculo sangriento real donde hasta hace cuatro días podían entrar los niños, que una película con violencia ficticia y admisión reglamentada. Evidentemente tanto a un sitio como a otro va quien quiere pero en el cine al final saldrá un cartel donde dirá que no se ha maltratado a ningún animal y ya queda sobreentendido que a ninguna persona.
El reglamento va dirigido a hacer durar al toro lo que interesa que dure desde la primera puya hasta la estocada final, para irle restando fuerzas gradualmente para lucimiento del torero. Se trata de ir debilitando al animal para que sea toreable: sin puyas no hay faena. En ningún momento ese reglamento piensa en el sufrimiento del animal, con lo cual, a mí me da lo mismo que exista desde la Edad Media o desde ayer por la tarde.
Y lo de la subjetividad del sufrimiento... no llega a ser tan subjetivo como para poder comparar un perrito que hace caca en el parque con un toro al que se le clavan puyas y banderillas.
En definitiva, no se puede ir a los toros y ver sólo lo que se quiere ver, el "arte" sin ir más allá. A mi suegro le gustan los toros pero a pesar de que mi marido los vio asiduamente cuando era pequeño, piensa lo mismo que yo. Creo que pesa más la crueldad (no de los participantes en concreto) sino del concepto general que el ritual montado sobre todo ello.
Yo no pido aboliciones porque sinceramente creo que el tiempo y la evolución social traerán consigo el arrinconamiento de esta "fiesta".
Bueno, con esto y un bizcocho, hasta mañana a las ocho.
"El arte está en la pugna, el desafío cuerpo a cuerpo, en la forma de domeñar a la bestia (muy superior en fuerzas) a través de la astucia y la inteligencia, adornando este encuentro con técnica, pasión y sentimientos."
ResponderEliminar¿que pintan aqui entonces las banderillas, el picador, los rejones o el estoque?. Segun tu esplicacion, todo es justificable en este mundo, incluidas las peleas de gallos o las de perros.
Lo siento, no estoy nada de acuerdo contigo.
Euphorbia, la prueba de que no puede ejercer libre albedrío es esa. Pues como el toro no puede elegir, no se puede considerar atentado su presencia en uno u otro sitio.
ResponderEliminarLa prohibición de menores en los toros ya existía cuando yo era niño. Es más, recuerdo como en televisión se clasificaba con un rombo sus retransmisiones, cosa que me cabreaba. El que en ocasiones no se cumplieran las normas permitiendo la entrada de menores no niega la existencia del precepto incumplido. El toreo siempre ha sido un espectáculo clasificado, debido a su dureza.
El reglamento tiene por finalidad “la creación y puesta en práctica de instrumentos administrativos que garanticen tanto la pureza y la integridad de la fiesta de los toros como los derechos de cuantos intervienen en los espectáculos taurinos o los presencian.” (Real Decreto 145/1996, de 2 de febrero, por el que se modifica y da nueva redacción al Reglamento de Espectáculos Taurinos.). No lo que dices, Euphorbia. Además el uso de instrumentos (puyas, banderillas, estoques) está reglamentado para asegurar la integridad de la res hasta la muerte de ésta, y también la seguridad de los diestros y público asistente.
Dices: “No se puede ir a los toros y ver sólo lo que se quiere ver”. Efectivamente, eso mismo es en lo que estoy en desacuerdo con los antitaurinos: solo ven lo que quieren, y no todo lo que hay en la lidia y su mundo. Incluso piensan que los demás tenemos el mismo ansia de sangre. Prima, claramente la subjetividad, en todos. Tú misma dices que “crees” que “prima más la crueldad”. Es tu punto de vista.
Decía al principio del post que escribía por un “debate” suscitado en NetoRatón, es allí donde escribían los abolicionistas. Y yo criticaba ese afán prohibitivo. No podemos ponernos de acuerdo. Pero debemos tolerarnos. A mi no me gusta el gazpacho, pero no niego su valor nutritivo, simplemente no lo tomo...pero no se me ocurre prohibir a los demás que lo beban, si les gusta. Y tampoco acepto que se me califique de facha (como pasó en NetoRatón), pues nada tiene que ver esto con distinciones entre izquierda y derecha. Y considerar facha al que no piensa como otro (que se considera, sin más de izquierda) es un intolerante insulto.
Aprendiz, no pretendo ni justifico las peleas de perros o gallos. Estas son actividades no regladas y basadas en el entrenamiento de animales para la crueldad y la muerte entre ellos. La lidia es una “lucha” (reglamentada) entre un humano y un animal naturalmente fiero, bravo, con la finalidad de darle muerte, como se hace en otras “industrias”, como la cárnica. Eso sí, con artificios (si no arte). No obstante, entiendo que no estés de acuerdo en el concepto arte. No hay unanimidad en ningún arte. A mi no me gusta Mariscal, pero no voy a prohibirlo. Esa es la diferencia entre taurinos y antitaurinos, por desgracia.
Que tengáis una buena semana.