Hoy se ha conocido algo esperado por el PP: se archiva el caso Camps. Según el Tribunal Superior de Justicia de Valencia, recibir un regalo por un político o funcionario no implica que se haga por el hecho de ser funcionario o político y, por tanto, no se puede asegurar que sea para conseguir favores de la administración donde éstos actúan, “ con independencia de otras posibles valoraciones de tipo ético”. Este tribunal incluso ha admitido que pudieran ser ciertas las versiones tanto de los acusados, como de los acusadores, pero para ellos lo principal es lo primero. Es decir, que el tribunal se cree que los regalos recibidos fueron hechos por los de la trama Gürtel por mera liberalidad, por cariño personal, porque verían muy guapo al presidente de la Generalitat valenciana, por ejemplo, o por otras circunstancias parecidas (“te quiero un huevo”), no porque era “presidente”, aunque el mismo Álvaro Pérez (“el bigotes”) lo nombrara así en las conversaciones grabadas (creerán que tienen una relación “algo más que amistosa” y por eso hablan de otras posibles valoraciones de tipo ético, ¡ay ay ay!).
Lo cierto es que lo que me temía ha ocurrido. El pasado 6 de marzo publiqué un post titulado Camps y su amigo del TSJ Valenciano, En él daba cuenta de la duda grave que me asaltaba al conocer la amistad y sintonía entre el presidente Camps y el presidente del Tribunal Superior valenciano, que debía juzgar el caso al inhibirse el juez Garzón, como le pidió el fiscal, al aparecer aforados: que el juez Juan Luis de la Rúa no se inhibiese al darse esa amistad y connivencia que hasta los medios de comunicación valencianos daban por segura, cosa que mermaba y viciaba su imparcialidad para juzgar el caso. “Si esta inhibición no se produce, estaríamos en uno de los casos de perversión institucional más escandalosos vividos en nuestra democracia.”, dije entonces.
La resolución judicial a favor de Camps se ha producido gracias a la decisiva intervención de este juez, de esta compañía leal. El escándalo, la perversión, se ha consumado. Hoy diversos medios y blogs hablan de la muerte de Montesquieu. Yo hablé de la ejecución de este pensador, teórico del Estado democrático y de derecho actual, con motivo de la huelga de los jueces vivida hace meses, al equiparase los depositarios de un poder esencial del estado a meros empleados o trabajadores, subordinados no a la ley sino a otros poderes. Esto hoy consuma la ejecución, demuestra esa equiparación perversa, al evidenciarse la sumisión de algunos jueces al poder ejecutivo, al que han demostrado sumisión y lealtad.
Esperemos que el recurso anunciado al Tribunal Supremo ponga las cosas en su lugar, porque si no, definitivamente, Montesquieu habrá muerto.
A mi una cosa que me ha inquietado de todo esto es la inacción de Mariano Rajoy y por ende del PP. Y no tiene otra razón de ser de que sabía que la causa no iba a prosperar y tan sólo había que esperar. ¿Qué ocurre en el trasfondo de la política y el poder judicial? ¿Cómo saben lo que van a hacer unos y otros?
ResponderEliminarLo peor es que el instigador de todo esto, el empresario que quiere sacar provecho, es el que mejor parado sale al final. Y el mundo empresarial cada vez con mejor imagen y prestigio.
Niño yuntero, yo pienso que sí, que Rajoy y el PP sabían de antemano el resultado. Federico Trillo se pasó el fin de semana llamando al tribunal y el sábado ya se había firmado la resolución. La amistad escandalosa del presidente del TSJ valenciano con Camps hace sospechosa esta resolución. No hay duda de que la extrema derecha sigue instalada en el poder judicial y colabora con descaro con el PP (sin complejos, como propugnaba Aznar). Lo indignante es que Zapatero nombrase un ultra-católico para presidente del Consejo General del Poder Judicial, y por tanto, para el Tribunal Supremo. Hace falta que la transición democrática se complete, en el poder judicial. Un saludo.
ResponderEliminarMARÍA, yo pienso que la mayoría de la gente cree que esto que ocurre es normal, es lo que ha pasado siempre, que los poderosos siempre se libran de la justicia, que ésta solo sirve para someter a los humildes. Incluso algunos, los que hacen ganar al PP en sitios como Valencia o Madrid, creen que se pueden aprovechar de esa corrupción "normal" y que solo es condenable la corrupción cuando beneficia a los de izquierda. No sé si podrán los partidos de izquierda explicar esto para que el estado de opinión cambie. Los ocho años de gobierno aznarista consiguieron resucitar eso que llamábamos el "franquismo sociológico". Besos.
Los ayuntamientos y las comunidades realmente de izquierdas tienen que dar becas de estudio para que los hijos de trabajadores progresistas puedan pagar a un preparador para oposiciones a judicatura. Es que si no la derecha siempre seguirá teniendo mayoría en el poder judicial.Y hará lo que ha hecho en el caso Camps. La derecha, sobre todo la derecha con poder económico, tiene las de ganar.A todo esto hay que añadir a aquellos jueces hijos de personas de izquierda que se creen que socialmente han subido un peldaño al ser juez e ideológicamente desertan hacia posturas conservadoras. Jueces o médicos o cualquier profesión o puesto de trabajo que esté por encima del simple asalariado tienen la tentación de hacerse de derechas.Esto se llama desclasamiento. Por tanto todo tipo de ayudas para que en los puestos de decisión haya mayoría de personas ideológicamente progresistas.
ResponderEliminarOjalá se pueda romper el muro que pone la derecha para entrar en la judicatura, amgio/a anónimo. Pero también hay que poner en cuarentena a los actuales jueces militantes de la derecha. Me parece estupendo la denuncia que ha presentado un abogado contra el juez "amigo" De la Rúa, por no haberse inhibido en el caso pese a ser pública y notoria esa amistad con Camps. Este tipo de recusaciones deben generalizarse, por ejemplo en Andalucía donde los magistrados del Tribunal Superior de Justicia son verdaderos ideólogos y teólogos de la derechona como hemos visto en las sentencias contra educación para la ciudadanía, tumbadas luego por el Tribunal Supremo.
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