No pudo ser. Hemos quedado finalistas y ha ganado Río de Janeiro, no organizará Madrid la olimpiada de 2016. Alguien decía que perder en la final es peor que perder una competición en las anteriores clasificaciones, porque el dolor es más amargo, porque se pudo y no fue, en el último momento. Mientras que si pierdes antes, quien gane no se convierte en tu adversario odiado, ya no importa. La corazonada se quedó en un pellizco, pero de nerviosismo, no de anticipación. Es la segunda vez que Alberto Ruiz Gallardón se queda compuesto y sin novia. Y eso los suyos no se lo van a perdonar, ya le están pidiendo cuentas y que se retire. Su principal adversaria, Esperanza Aguirre, se estará relamiendo, en la intimidad, claro (que quedaría muy feo hacerlo en público). Ya me la imagino pensando en las pocas horas que le quedan por delante a su obstáculo más cercano. Ya me la imagino cantando samba, como el himno de la derrota de Gallardón. Ya tenemos nueva Garota de Ipanema.
Bueno, pienso, ¿y no será ella, cuando se accidentó, la que hizo de gafe?. Una pena.
Bueno, pienso, ¿y no será ella, cuando se accidentó, la que hizo de gafe?. Una pena.
¡Rubalcaba dimisión! Con Correa en libertad los JJOO serían de Madrid. A él no se le hubiesen escapado. La conspiración PSOE-PRISA contra el PP ha sido clave.
ResponderEliminarY le faltaba el bigote al logotipo. Cachis!
ResponderEliminarAhora Gallardón tiene un buen papelón (perdón por el pareado). Yo creía que se los llevaría Chicago y siento decir que no tuve la corazonada por el simple hecho de que en el 2012 serán en Londres y nunca repiten continente. Pero ahora qué, 2020? En el barrio en el que construían el estadio olímpico (La peineta, creo que se llama) llevan un cabreo que pa qué.
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