Cuando me casé fuimos de viaje de novios a Italia. Era como una asignatura pendiente. Pendiente desde que hace 28 años fuese, con un grupo de amigos y otros conocidos, a este país en plan excursión, la última que se hizo formando parte de aquellas que iban a Taizé, y que pasaron a convertirse en viajes de turismo barato, sin ningún sentido religioso de por medio. Entonces, en el verano de 1982, me dije a mí mismo que tenía que volver, pero de otra manera, sin dormir en el suelo en tiendas de campaña, sin comer bocadillos, por tener el dinero racionado y obligado compartir vivencias con personas de todo tipo, incluso indeseables que se apuntaron para aprovechar "los trenes baratos" (en este caso el autobús). Y lo conseguí, al casarme.
Florencia |
Cuando la primera vez dije que íbamos a Italia, la gente preguntaba qué íbamos a visitar: Florencia, Venecia, Roma...."¡Ah, entonces irás a ver al Papa", decían en serio algunos y los más de broma. Yo les contestaba antes del viaje (y después a la vuelta, cuando preguntaban lo mismo) que no, que "él ha estado ahora en España y no ha venido a mi casa a visitarme". Sí, en 1982 vino, como ocurre esta semana, el Papa a España. Juan Pablo II había iniciado su costumbre viajera tiempo atrás, y debido a la previsible próxima victoria socialista (primera tras la guerra civil) consideró España tierra de misión, parte de un territorio que se podía perder en manos "de los rojos". Porque la Iglesia estaba ya virando en el sentido tradicional, olvidando el Concilio Vaticano II, para eliminar también de su seno las tentaciones izquierdistas.
Bolonia |
Nada, que no fui a ver al Papa, aunque visitase Roma y el Vaticano, de donde guardo el recuerdo de la frustración al haber intentado comer "algo decente", pollo, en un restaurante de la misma Santa Sede. Nos sirvieron un par de minúsculas alitas requemadas a precio de menú de gran chef. "Así tienen tantas riquezas aquí", comentamos.
Florencia |
En el viaje visitamos además Florencia, Venecia, Génova, Bolonia, Pisa...Las fotos, de mala calidad, al hacerlas con una "Kodak instamatic", dan prueba de nuestra presencia. Éramos jóvenes y sin dinero, así que solo hice un carrete. Y nunca he sido un as de la fotografía. Mas hoy las he buscado e incluido en el blog, y para guardarlas en mi archivo junto a las mejores fotos que pudimos hacer ya, con tecnología digital, en el segundo viaje. Al verlas, algunos amigos tal vez tengan también buenos recuerdos de aquella visita a la "bota del Mediterráneo", en otros tiempos en los que se abrían puertas de esperanza, tan diferentes a la reaccionaria deriva que estamos viviendo en estos días.
Yo creo que esta visita sobraba. Os invito a leer mis motivos aquí:
ResponderEliminarhttp://observadorsubjetivo.blogspot.com/2010/11/yo-no-te-espero.html
Gracias por visitar mi blog. No creo que sobre la visita papal. Ni sobra, ni hace falta. Que cada cual viaje donde quiera, sin fastidiar a los demás, por supuesto. En lo que coincido contigo y con muchos más es con que no se debería haber pagado la visita con nuestros impuestos. No era un viaje oficial como jefe del estado del Vaticano, sino como jefe de una religión. Me pregunto qué dirían sus fieles si el presidente de Irán viniera a España y tuviésemos que pagarle una oración multitudinaria en la mezquita de Madrid, con desfile de fieles con niños con pancartas y uniformes islamistas.
ResponderEliminarUn saludo.