Llevamos mucho tiempo viendo en la red la discusión de la mal llamada Ley Sinde, que, en realidad es un conjunto de disposiciones, metidas con calzador en el proyecto de Ley de economía sostenible, que está en discusión parlamentaria desde hace meses. No he entrado hasta ahora, porque mi postura no coincide con los dos supuestos bandos en liza. Toma razones de ambas partes. Y no lo tengo del todo claro.
Soy partidario de que se garanticen los derechos de autor. De todos los autores. Yo mismo hice campaña contra el llamado "canon digital", porque no garantiza mis derechos como autor, en este caso como autor de un blog. Y encima me hace pagar cada vez que necesito adquirir algún elemento material de los gravados por este tributo, para realizar mi modesta tarea de autor, a otros "autores", asociados a una entidad a la que no pertenezco, y por un trabajo que ellos no realizan. El acuerdo que han pactado PSOE, PP y CiU introduce una disposición en la ley de economía sostenible por la que se obliga al Gobierno a revisar este canon. Eso sí, forzado por las instituciones europeas, que lo ha declarado ilegal.
Pero el nuevo texto no respeta los derechos de autor (ni tampoco el antiguo), a mi modesto entender . No porque no lo pretenda, sino porque mantiene el control administrativo de lo que debe ser el control judicial de los derechos. Aunque establezca unas intervenciones judiciales que, aparentemente, sirvan de tutela judicial. La comisión del Ministerio de Cultura sigue siendo la que decide si ha habido o no vulneración de derechos de autor, no el juez, aunque éste antes tenga que autorizar la identificación del que supuestamente está violando esos derechos. Y el que tenga después que autorizar un cierre de un medio no supone tomar una decisión sobre el fondo del asunto, que ya ha tomado la comisión administrativa. Incluso, con esta nueva redacción, parece que se otorga un papel subalterno a los jueces en su intervención, al tener que ejecutar las decisiones de la comisión. El que de esta salgan los miembros representantes de los autores que había en el proyecto original era un intento de aplacar los ánimos cabreados de los internautas, que ni siquiera lo ha conseguido, vista la reacción de éstos, ya que solidifica la idea de intervención burocrática, hecha por funcionarios. Me temo, por tanto, que, aunque se apruebe el texto, la conflictividad va a seguir.
Y eso en perjuicio de internautas y de autores. Es falso que vayan a cerrar blogs, por esta ley, como se decía por parte del bando beligerante contra Sinde. Lo que pretende es que otros terceros se beneficien del trabajo de uno, lucrándose sin compensar a los autores por su esfuerzo, su creatividad, su trabajo. Algo lógicamente muy de izquierda. Con esta normativa eso no queda garantizado. Me temo que las compañías proveedoras de internet, grandes beneficiarias de las descargas, seguirán haciendo grandes beneficios, y los autores verán cómo su trabajo sigue siendo usado por otros para obtener ganancias sin respetar su creación. La doble intervención "subalterna" del juez, introducida en la enmienda pactada, no garantiza esta tutela judicial e introduce un engorroso procedimiento. Y, por supuesto, sigo temiendo que las administraciones suplanten la función constitucional del poder judicial, como puede ocurrir en este caso. Los litigios se pueden multiplicar. Para colmo, no se ha contentado a casi nadie, con lo que la vida de la norma puede tener poco recorrido, siendo modificada a la primera oportunidad. Mal asunto.
Declaraciones de Álex de la Iglesia en "El País", acerca de su desacuerdo con la Ley Sinde", sobre todo tras compartir el sano ejercicio del debate con otros internautas:
ResponderEliminar"Teniendo posturas absolutamente divergentes, el diálogo era fluido y sobre todo, constante. Soy un tipo con el genio fácil y dado a la respuesta rápida y poco meditada. Esta gente me dio una lección. ES CÓMODO HABLAR CON LOS QUE TE SIGUEN LA CORRIENTE: TE REAFIRMAS EN TUS IDEAS, TE SIENTES PARTE DE UN GRUPO, PROTEGIDO, FRENTE AL RESTO DE LOCOS QUE SE EQUIVOCAN. POR VEZ PRIMERA, APRENDÍ QUE DIALOGAR CON PERSONAS QUE TE LLEVAN LA CONTRARIA ES MUCHO MÁS INTERESANTE. PUEDE RESULTAR INCÓMODO AL PRINCIPIO, sobre todo si eres soberbio, como yo. Pero cuando aprendes a encajar, la cosa fluye, y las ideas entran. En este país cambiar de opinión es el mayor de los pecados. Creo que tenemos instalado el chip de la intransigencia desde hace tiempo..."
Magnífica reflexión en mi opinión, especialmente cuando habla de que hay que hablar con gente de cualquier "ideología" para reafirmarse o no en lo que uno pensaba antes de confrontar ideas. Es la mejor manera de enriquecerse.