Ayer murió Manuel Fraga a los 89 años. Me he enterado hoy. Hace poco escribía sobre la "presunta" muerte de Fidel Castro y comparaba su figura con el fundador de AP (luego PP). Dos personajes del siglo XX. Hoy nos hemos levantado con loas de Rajoy y sus "ahijados políticos". Y también con críticas a su extensa vida política. Fraga tuvo su importancia en la Transición. Aglutinó a la derecha franquista, que no había tenido acomodo en la UCD, y la unió posteriormente a los restos del naufragio del partido de Suárez, junto a la ultraderecha. Participó de la redacción de la Constitución, aunque rápidamente pidió la reforma del Título VIII, por separatista, aunque no tuvo remilgos en convertirse en presidente autonómico de su Galicia natal, cuando comprendió que su anhelo de ser presidente del gobierno español era un futurible imposible. Lo "exilió" (por su enfrentamiento en el gobierno con los tecnócratas del Opus Dei) el franquismo, del que fue un propagandista muy fructífero (escribió una larga lista de libros, entre ellos varios que ensalzaban el régimen de Franco), enviándole a Londres de embajador, donde dicen que aprendió a ser demócrata, a imagen de los conservadores británicos. Durante su mandato de Ministro de Información y Turismo se inventó la campaña de los "XXV años de paz", y la ley de Prensa, donde se toleraba la libertad de expresión, pero con "respeto a la verdad y la moral, el acatamiento a la ley de los Pincipios de Movimiento Nacional" y otras normas encorsetadoras. También fue ministro con Arias Navarro, el de la primera fallida transición, donde ejerció de Ministro de la Gobernación, el de Orden público. Fue cuando dijo aquella frase ("La calle es mía") con la que dejaba claro quién mandaba y por qué mandaba a los trístemente famosos "grises" (policía armada) a reprimir a los que se manifestaban por la libertad.
En Palma del Río estuvo, en el desaparecido cine San Miguel, en febrero de 1977. Lo recibieron obreros y jóvenes, sobre todo comunistas, a gritos, a las puertas del cine. El PCE, fuerte entonces en Palma, no era todavía un partido legal. Así que el ambiente estaba calentito. Fraga, cuentan, se cabreó con el recibimiento y se lo echó en cara al organizador local del acto. Yo estaba entonces en las Juventudes Comunistas, pero no estuve en el recibimiento. No me enteré de lo que se había preparado. Pero sí vi luego la manifestación improvisada (que remedio) que recorrió las calles palmeñas pidiendo libertad y la legalización del partido. Después de este periodo, al desaparecer la UCD, su partido cobró mayor protagonismo, llegando al gobierno con Aznar, en 1996, y ahora con Rajoy. Y recibiendo incluso el reconocimiento político e intelectural de sus adversarios, como cuando Felipe González dijo de él que le cabía el estado en su cabeza.
Ayer su amigo Fidel quedó como superviviente, a pesar de los rumores pasados. Seguro que estará pensando en este desenlace.
Pero ayer también me enteré de otro falleciemiento. El viernes murió con 96 años, Virgilio Valle Pérez, el cura Don Virgilio. Otro personaje, a distinta escala, por supuesto. Un cura nacido en Palma del Río, que destacó por su compromiso con los pobres, allá donde estuvo, y con las libertades. Un cura renovador y aperturista, a pesar de haber vivido la guerra civil como sacerdote en el bando nacional (los dos bandos quisieron fusilarle). Estuvo enfrentado al famoso Don Carlos Sánchez, arcipreste de clara ideología franquista, como otros curas considerados "rojos". En Andújar se apoderó de expedientes de partidos del bando republicano, donde había nombres de palmeños, para destruirlos, y así libró de la pena de muerte, evitando que cayeran en manos de las tropas nacionales, a palmeños del bando contrario. En Guadalcázar llegó a enfrentarse a las autoridades por dar de comer a los pobres. Un héroe desconocido. El vídeo que os dejo, de Fernando Berlín, recoge el relato de estos hechos, contados por él mismo, cuando este periodista realizó un reportaje sobre el libro "Héroes de los dos bandos" (Temas de Hoy 2006).
Mi hermana Sole nos preparó para la primera comunión a mi hermano menor y a mí, y nos llevaba a la misa de Don Virgilio todos los días. Su voz era tan potente y atronadora que me asustaba. Sin embargo siempre me trató personalmente con cariño. La última vez que hablé con él fue en su casa de El Acebuchal, la "Zahurdilla de los Bailly" (apellido francés de sus ascendientes del que proviene el Valle actual, castellanizado), hace pocos años, donde comentamos diversas anécdotas familiares, cuando fui a preguntarle por detalles de mi antigua casa. Don Virgilio era aficionado a las antigüedades y conocía mi primera residencia, que formaba parte de la posible "casa del inquisidor" y que estaba próxima a la sede de Acción Católica, durante la República, como me informó en la charla. Quedamos para una segunda entrevista, pues la memoria le fallaba, y ya no volvimos a vernos.
Don Virgilio fue compañero de José María Cirarda Lachiondo, obispo de Córdoba durante la Transición, y miembro del entorno del cardenal Tarancón. Un grupo de sacerdotes muy diferente de los que hoy día mandan en la iglesia española, y de sus jóvenes peones, integrados entre los legionarios de Cristo, neocatecumenales (Kikos), opusdeístas y de otras adscripciones ultraconservadoras. Descanse en paz.
Y hoy, mientras escuchaba en la radio la noticia del fallecimiento de Fraga, me di cuenta de que uno de los vasos de cristal con los que bebía agua durante el desayuno, se había cascado. Una grieta asomaba por su superficie, amenazando con romper su recia y aún transparente figura. ¿Por qué traigo a colación esto? Este es uno de los vasos que traje de mi piso a mi hogar actual. Era de esos en los que hace más de treinta años vendían la crema de chocolate Nocilla (¡qué merendilla!). La que me tomaba para el desayuno cuando iba a la escuela o al instituto. Todavía quedan algunos con su culo bien grueso, tanto que yo no hablaba de culo de botella de coca-cola, cuando me refería a las lentes gruesas de los miopes, sino de vaso de nocilla. Pero, a pesar de su fortaleza, hasta los vasos mueren. Como mueren las personas, las más de las veces porque algún órgano ha cascado y nos debilitamos. Es ley de vida. Una casualidad, un coincidencia más en estos días en que personas que parecían inmortales, por su fortaleza y edad, nos han dejado.
Ayer su amigo Fidel quedó como superviviente, a pesar de los rumores pasados. Seguro que estará pensando en este desenlace.
Pero ayer también me enteré de otro falleciemiento. El viernes murió con 96 años, Virgilio Valle Pérez, el cura Don Virgilio. Otro personaje, a distinta escala, por supuesto. Un cura nacido en Palma del Río, que destacó por su compromiso con los pobres, allá donde estuvo, y con las libertades. Un cura renovador y aperturista, a pesar de haber vivido la guerra civil como sacerdote en el bando nacional (los dos bandos quisieron fusilarle). Estuvo enfrentado al famoso Don Carlos Sánchez, arcipreste de clara ideología franquista, como otros curas considerados "rojos". En Andújar se apoderó de expedientes de partidos del bando republicano, donde había nombres de palmeños, para destruirlos, y así libró de la pena de muerte, evitando que cayeran en manos de las tropas nacionales, a palmeños del bando contrario. En Guadalcázar llegó a enfrentarse a las autoridades por dar de comer a los pobres. Un héroe desconocido. El vídeo que os dejo, de Fernando Berlín, recoge el relato de estos hechos, contados por él mismo, cuando este periodista realizó un reportaje sobre el libro "Héroes de los dos bandos" (Temas de Hoy 2006).
Mi hermana Sole nos preparó para la primera comunión a mi hermano menor y a mí, y nos llevaba a la misa de Don Virgilio todos los días. Su voz era tan potente y atronadora que me asustaba. Sin embargo siempre me trató personalmente con cariño. La última vez que hablé con él fue en su casa de El Acebuchal, la "Zahurdilla de los Bailly" (apellido francés de sus ascendientes del que proviene el Valle actual, castellanizado), hace pocos años, donde comentamos diversas anécdotas familiares, cuando fui a preguntarle por detalles de mi antigua casa. Don Virgilio era aficionado a las antigüedades y conocía mi primera residencia, que formaba parte de la posible "casa del inquisidor" y que estaba próxima a la sede de Acción Católica, durante la República, como me informó en la charla. Quedamos para una segunda entrevista, pues la memoria le fallaba, y ya no volvimos a vernos.
Don Virgilio fue compañero de José María Cirarda Lachiondo, obispo de Córdoba durante la Transición, y miembro del entorno del cardenal Tarancón. Un grupo de sacerdotes muy diferente de los que hoy día mandan en la iglesia española, y de sus jóvenes peones, integrados entre los legionarios de Cristo, neocatecumenales (Kikos), opusdeístas y de otras adscripciones ultraconservadoras. Descanse en paz.
Y hoy, mientras escuchaba en la radio la noticia del fallecimiento de Fraga, me di cuenta de que uno de los vasos de cristal con los que bebía agua durante el desayuno, se había cascado. Una grieta asomaba por su superficie, amenazando con romper su recia y aún transparente figura. ¿Por qué traigo a colación esto? Este es uno de los vasos que traje de mi piso a mi hogar actual. Era de esos en los que hace más de treinta años vendían la crema de chocolate Nocilla (¡qué merendilla!). La que me tomaba para el desayuno cuando iba a la escuela o al instituto. Todavía quedan algunos con su culo bien grueso, tanto que yo no hablaba de culo de botella de coca-cola, cuando me refería a las lentes gruesas de los miopes, sino de vaso de nocilla. Pero, a pesar de su fortaleza, hasta los vasos mueren. Como mueren las personas, las más de las veces porque algún órgano ha cascado y nos debilitamos. Es ley de vida. Una casualidad, un coincidencia más en estos días en que personas que parecían inmortales, por su fortaleza y edad, nos han dejado.
como les jode a los de izquierdas todo lo de la derecha. Pues podeis ir copiando al menos en la honradez. Pues como suele decir el pueblo donde hay un sociata siempre hay saqueo, no es asì?
ResponderEliminarLos curas de ahora no son como los de antes. Por cierto, siento la pérdida... de tu vaso. Un saludo.
ResponderEliminarAnónimo, no a todos los de izquierda nos jode todo lo de la derecha. Ni la honradez es patrimonio de la derecha. Como tampoco donde hay un socialista (no acepto "sociata", como yo a ti no te llamo facha) hay saqueo. ¿Qué pueblo es ese del que hablas? ¿Valencia? ¿Acaso Francisco Camps es sociata? ¿O Jaume Matas? ¿O Urdangarín? ¿O Francisco Correa? ¿O El bigotes? ¿O González Pons? No seas sectario ni cobarde.
ResponderEliminarAulio, por supuesto que no son iguales. Gracias...por lo del vaso,jajaja. Afortunadamente tengo algunos más de la misma crema de chocolate. Un saludo.
ResponderEliminarCirarda, también pasó por Jerez, aunque yo era pequeño entonces. Eran otros curas. ¿Viste la serie sobre Tarancón hace poco? me gustó.
ResponderEliminarY de Fraga, pues nada. Ministro franquista y padre de la Constitución. Supo flotar como un corcho. La historia lo pondrá en su sitio, como nos pone a todos. Descanse en paz.
Sí, Alfonso, que descanse en paz Fraga, y nos deje descansar.
ResponderEliminarNo he visto esa serie de la que hablas sobre Tarancón. ¿Ha terminado ya? ¿En qué televisión la emiten? Seguro que es un claro contraste con el nacional-catolicismo imperante, si es objetiva, claro.
Para anónimo: por lo visto son los sociatas del PP que llevan gobernando 16 años la Copmunidad Valenciana los que han llevado a cabo el mayor saqueo de las arcas públicas de la historia democrática. Enre lo que se han llevado, lo que han regalado a los amigos y lo que han despilfarrado estamos en la más absoluta bancarrota. Tengo entendido que han gobernado Zaplana, camps y Fabra. Todos muy sociatas y muy rojos.
ResponderEliminarUn poco rebuscado lo del vaso de nocilla jejeje. El caso es que Fraga fue responsable de algunas represiones sangrientas y muerte, de al menos un detenido, disfrazada de suicidio. En la parte positiva que incluso con lo carca que era suponía un contrapeso en el poder ante la ultraderecha inmovilista. En fin descanse en paz y dejemos que la historia lo ponga en su sitio.
ResponderEliminarRebuscado lo del vaso, no, pura coincidencia, como dicen en las películas americanas, jajaja. Que la Historia poga a Fraga en su sitio, sí, pero que la historia no la hagan los suyos, Quinto Forajido.
ResponderEliminarLo del vaso de Nocilla es lo que más me ha gustado del artículo. Es pura filosofía, sublime poesía que desparrama la vida a cada segundo. Enhorabuena, SCHEVI, entrada inteligente, ingeniosa y tierna; dulce metáfora del existir.
ResponderEliminarMuchas gracias Mari Carmen. Supongo que esa mañana me levanté un poco filósofo o poeta, jajaja. Tanta pérdida le pone a uno en otra dimensión.
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