En noviembre hacen 10 años de la catástrofe del Prestige, que contaminó gravemente con petróleo las aguas y las costas gallegas. Entonces se hizo popular la palabra chapapote, para referirse a ese petróleo vertido que enfangó las costas causando, además, la muerte de la fauna marina. Aquello fue una catástrofe en todos los sentidos. La actuación del gobierno de Aznar contribuyó a agravar el resultado del hundimiento del buque. Incluso fueron torpes para mitigar los efectos de la contaminación. Fue posible limpiar las costas gracias a miles de voluntarios de toda España (incluso fueron de Palma del Río unos cuantos) que se pusieron el mono blanco, las máscaras y los guantes para quitar el dichoso chapapote, supliendo la ineficacia gubernamental. A ellos dedico esta entrada, como merecido homenaje, diez años después.
Esta semana ha empezado el juicio a los que en última instancia van a "cargar con el mochuelo". No se sentarán en el banquillo los responsables de la empresa, ni los responsables políticos, que hubo unos cuantos. Hoy día algunos se vuelven a sentar en el Consejo de Ministros y en otros cargos de la Administración del Estado, como si no hubiese pasado nada. Esos "hilitos de plastilina" de Mariano Rajoy son un vago recuerdo. Un injusticia más. Os dejo con el vídeo que ha elaborado Greenpeace para recordar aquellos nefastos días. Para que no se vuelva a repetir. ¡Nunca mais!
Uhm, el chapapote moral que desde hace años anega nuestras vidas...
ResponderEliminarY ni esos valientes voluntarios consiguieron eliminar.
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