miércoles, 24 de octubre de 2012

Montoro y su concepto de lo social


Ayer el Ministro de Hacienda soltó otras de esas frases que se hacen célebres. Dijo que estos Presupuestos Generales del Estado, que empezaron a debatirse en el Congreso, son "los presupuestos más sociales de la historia de la democracia". Montoro es especialista en el  poco tacto, en soltar burradas sin despeinarse, en tomarnos por tontos diciendo que hay que bajar impuestos, al mismo tiempo que nos sablea la cartera con subidas brutales. Tal vez sea por su cinismo manipulador. O tal vez se crea lo que dice. Eso sería lo más grave. Porque a él no le cree nadie. Como a su jefe, Mariano Rajoy, tampoco le creemos. Ayer, cuando dijo esa rotunda frase, consiguió que toda la oposición le respondiese al unísono. Eso sí, con una sonora carcajada. Montoro se mete a humorista, o está de atar.


Seguro que en su propio "banco azul" sus palabras sonaron a chiste. Alguno pensó que a Montoro se el había caído un tornillo. ¿Será necesario dotar al Congreso de camisas de fuerza? ¿Cómo se puede decir que estamos ante unos presupuestos "sociales" si se recortan las partidas sociales aún más que en este tremendo año que estamos terminando? Pues resulta que la afirmación del ministro se debía a otro fraude en las cuentas, como el que parece que quieren aplicar a la "presunta" subida de pensiones para el próximo año. Dice Montoro que el gasto social en su proyecto asciende al 63,3%, del presupuesto total. ¿Y lo calcula sumando las partidas de gasto social (pensiones, salud, empleo, servicios sociales, etc) y comparándolos con el total del gasto? No, esa es la trampa. A ese total le resta el coste de la DEUDA, que, como todos sabemos, es una cantidad enorme, clamorosa, escandalosa y que será mayor si viene el dichoso rescate a la banca. De esa forma sale ese porcentaje del que habla el gobierno. Si calculamos los gastos como siempre (metiendo todos los gastos) la cifra es más baja, el 55,9%. Y resulta que el Presupuesto de 2011, el último de Zapatero, calculado de la manera de siempre, tuvo un porcentaje de gasto social del 58%, más de dos puntos por encima. Así que, de "los más sociales", nada de nada.

Para colmo, estos presupuestos tienen los días contados. Cuando se decida Rajoy a pedir en serio el rescate bancario, la cifra del gasto de la deuda crecerá más. Estos números, por tanto, no son tampoco creíbles. Así que, mejor que se dejen de tonterías, no vaya a ser que entre los servicios del Congreso de los Diputados haya que contratar un psiquiatra de guardia. No me sorprende que se oigan rumores de crisis gubernamental. Cómo está el patio. 


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