Esta madrugada, sobre las 6, nos despertó una tormenta. Rayos, truenos, lluvia intensa y viento no cesaron durante horas. Y más de una vez tuvimos que levantarnos para cerrar balcones y ventanas. La abundancia de aparato eléctrico tuvo varias consecuencias, entre ellas que el suministro eléctrico se cortase en varias ocasiones, y que algunas alarmas de vehículos estacionados en las proximidades saltasen impidiéndonos conciliar el sueño. Como también nos impedía dormir el estruendo de los truenos, unas veces próximos y otras más lejanos, pero repetidos, intensos, como un retumbar de tambores de Calanda.
No tengo datos concretos. Solo sé de los más de 80 litros por metro cuadrado medidos en la vecina Fuente Palmera, que han provocado inundaciones. Y lo que vimos esta madrugada, casi una noche toledana, debido a las inclemencias meteorológicas. Ya a media mañana, las lluvias se desplazaron y las nubes dejaron tímidamente aparecer el sol, sin dejarnos del todo. Como vemos en la imagen del solar contiguo, los charcos son enormes, y, teniendo en cuenta que llevamos meses sin lluvia y con intenso calor, su extensión apuntan al volumen de agua recogido, que no ha podido ser absorbido por la tierra ya en sí seca del verano. Una enorme "marisma" que ha ido soltando agua durante todo el día.
Incluso uno de los vehículos que allí estaba aparcado ha necesitado de la ayuda de un tractor agrícola para poder salir del barrizal resultante en que se había quedado atrapado. También esta mañana hemos tenido un corte del suministro del agua potable. ¿Posiblemente una avería causada por las lluvias? En fin, la lluvia ha venido y eso nos ha traído un alivio en las temperaturas, pero también los problemas de tanta agua descargada, con tanta furia y en tan poco tiempo. Tormentas de verano, que, esperemos, pronto se acabarán.
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