lunes, 16 de septiembre de 2013

Un curriculum de lo más completo


¿Quién ha dicho que los españoles no tenemos ingenio para salir de la crisis? Hace tiempo encontré unos carteles callejeros, de esos que puedes desprender un trozo de papel con el número de teléfono, tan habituales entre quienes buscan piso de estudiantes para compartir u ofrecen ordenador portátil a buen precio, por ejemplo. Eran de albañiles que ofrecían sus habilidades y servicios para hacer pequeñas obras, eso que comúnmente conocemos por "chapuzas a domicilio", sin sentido peyorativo alguno, como levantar tabiques, colocar ventanas, reparar el alicatado del cuarto de baño, etc. Víctimas de la explosión de la burbuja inmobiliaria y la reforma laboral. A su lado había otro letrero donde se ofrecían para reparaciones domésticas, como instalaciones eléctricas, arreglo de tuberías del baño, reparación de desagües, etc. Un conjunto variado de ofertas. Lo que me sorprendió fue que, observando los teléfonos que teníamos a nuestra disposición, vi que eran los mismos. De esta manera, unos trabajadores sin empleo se ofrecían para cualquier trabajo a domicilio, siempre con características similares y de poca entidad, aunque siempre necesarios en nuestros hogares, como son la fontanería o la albañilería


Los que me han llamado más la atención, sin embargo, son estos dos que he visto recientemente. En similares anuncios vemos cómo se publicitan jardineros. Éstos o éstas lo mismo te cuidan el césped, que te montan una valla. Y, además (según leemos), hacen "trabajos de electricidad y albañilería". ¿Serían aquellos que vi hace tiempo? No sé, pues no me quedé con los teléfonos. Lo cierto es que la variedad de habilidades profesionales es amplia: jardinería, albañilería, electricidad. Pero al lado había otro cartel de otro color en el que se ofrecen para otras "artesanías" más peculiares: "sacar brujería", "mal de ojo", "tarot de cartas españolas", "enterpretación" (sic) de sueños... Otros servicios menos corrientes, y más propios de ámbitos más discretos que los anteriores, como las madrugadas televisivas. Me fijé y vi (¡oh, sorpresa!) que uno de los dos teléfonos coincidía con otro del anuncio anterior, el que empieza por el 608. No he puesto los números completos. No me parecía ético, aunque sean de un anuncio público, que muchos pueden ver en la calle. Pero os aseguro que es el mismo teléfono. ¡Esto sí que es grande! Uno o una de los oferentes lo mismo te levanta un tabique, que te planta un jardín, que lee tu futuro. Eso sí que es tener grandes capacidades y un curriculum completo. Incluso te prometen resolver tus problemas de salud y trabajo. No sé si llegarán a tanto. Lo cierto es que, si con tantas habilidades no resuelven sus propios problemas de empleo, la cosa sí sería para preocuparse. Al menos les deseo suerte. Y puede que coja algún número, por si las moscas... o el mal de ojo. 

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