Estamos curados de espantos. De presenciar cada día en los medios de comunicación lo más terrible, catastrófico, la corrupción más generalizada, las muertes más desagradables...de tantos males repartidos, estamos inmunizados ante lo peor. Esta madrugada ha pasado un asteroide cerca de la Tierra a 43 mil kilómetros por hora y ni nos hemos inmutado. Cuando alguien se sacó de la manga una supuesta profecía de los mayas, por la que iba a llegar el fin del mundo, y pasó la fecha sin que nada cambiase, parece que nos hicimos el propósito de no hacer caso al siguiente anuncio de catástrofe. O es que estamos cansados de verlas por todas partes. Recordemos los temporales que nos han azotado en semanas pasadas, con fallecimientos incluidos, tanto aquí como en el extranjero. Así que nadie ha hecho caso del anuncio de la llegada del misil interestelar. Nadie ha buscado refugio por si el meteoro impactaba en la superficie terrestre. Nos hemos olvidado incluso de que el año pasado un meteorito impactó en Rusia, llegando a causar numerosos daños y heridos. Así que el asteroide ha venido y, como la primavera, nadie sabe cómo ha sido. O mejor, que ha pasado sin pena ni gloria cerca de nuestro planeta. A lo mejor si en él hubiese viajado Belén Estaban otro interés hubieran mostrado nuestros paisanos. Pero no, solo era un pedrusco del tamaño de tres campos de fútbol. El fin del mundo puede esperar. Por cierto, ¿cómo va el Barcelona en su partido contra el Manchester City, en la liga de campeones? Seguro que muchos son los que sí saben de esto.
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