domingo, 31 de agosto de 2014

San Juan de Luz, Palma del Río y lo que une a nuestra ciudad con ésta del País Vasco francés


Este año hemos aprovechado nuestra asistencia a la boda de un familiar en San Sebastián, para hacer un visita a Iparralde, es decir “la zona norte” en euskera, el País Vasco francés. Región del departamento de los Pirineos Atlánticos, formada por tres territorios: Lapurdi, Nafarroa Beherea (Baja Navarra) y Zuberoa. En años anteriores habíamos estado en Bayona o en Biarritz (a la que hemos vuelto ahora con más detenimiento, para disfrutar de este lujoso enclave, con sus casinos y sus recursos turísticos). Dos veces hemos parado en San Juan de Luz.

Playas de San Juan de Luz

En esta última ciudad, famosa por su playa, menos lujosa que la de Biarritz, echamos hace unos días un buen rato, paseando por sus calles, visitando comercios, su playa, e hicimos un alto para comer en una pizzería cercana al paseo marítimo. En este local nos preguntaron (dos veces, tanto el dueño como su hija) de dónde éramos, por el acento, desacostumbrados a escucharlo ya que no van andaluces por allí. Saben hablar castellano (lengua casi común, además del francés y del euskera con la variante original de aquella zona), por lo que no tuvimos problemas en entendernos. Pero nuestro acento, diferente al de los habituales visitantes hispanos (de Madrid para arriba; sobre todo vascos, por su cercanía, ya que está a unos 25 kilómetros de San Sebastián) les era extraño. Pensaban que formaríamos parte de una excursión, pero les aclaramos que veníamos en coche, aprovechando ellos para vendernos las excelencias del lugar, sobre todo climáticas.

Quiosco de la música y puestos de pintores en la Plaza Luis XIV

Como es mi costumbre, la primera vez que estuvimos me interesé por su historia. Y encontré una relación, aunque indirecta, con Palma del Río. Allí se casó Luis XIV (el Rey Sol) con la infanta María Teresa de España, en la iglesia de San Juan Bautista, situada en la Rue Gambetta. Una placa en la fachada habla de que aquí estaba la puerta por donde pasaron tras la ceremonia, que luego fue tapiada. Aproveché esta vez para verla con más detenimiento.


Una muestra de las obras expuestas, con motivos vascos y taurinos

Luis XIV se hospedó, a la espera de la boda, en la casa que lleva su nombre en la plaza principal de San Juan de Luz (en la imagen de inicio de la entrada), la Plaza Luis XIV, donde hay restaurantes, se sitúan puestos de pintores y hay un quiosco de música. Una mezcla entre lo francés y lo vasco, aunque con diferencias con la arquitectura del País Vasco peninsular. 

Placa en la puerta cegada de la iglesia de San Juan Bautista

Luis XIV era rey de Francia y Navarra, según vemos en la placa, título que ostentaban los reyes galos desde que su abuelo, Enrique III de Navarra (Baja Navarra, la independiente, pues la peninsular fue conquistada por Fernando el Católico en 1512), asumiese la corona francesa, con el nombre de Enrique IV, instaurando la dinastía borbónica (era el Duque de Borbón). Fue el que dijo aquello de “París bien vale una misa”, cuando le ofrecieron el trono, con la condición de que se convirtiese al catolicismo, en pleno conflicto religioso, tras varias guerras y la famosa matanza de San Bartolomé contra los hugonotes. En el escudo real vemos las armas borbónicas (lises) y navarras (las cadenas sobre fondo rojo). Fue con la Revolución francesa cuando la Baja Navarra dejó de ser reino independiente, aunque bajo una misma corona, pasando a formar parte de la República Francesa

Fachada de la iglesia de San Juan Bautista

Luis XIV, el nieto de Enrique IV, tuvo una intervención decisiva en la Guerra de Sucesión española que traería la dinastía de los Borbones a España, de la mano de su nieto Felipe de Anjou, que reinaría como Felipe V


Fue un palmeño, el cardenal Luis Fernández de Portocarrero, arzobispo de Toledo y Gobernador del reino, durante la agonía de Carlos II (el último rey de los Habsburgo) y la ausencia de Felipe V durante la guerra, quien propició el cambio de dinastía, cuyas raíces familiares encontramos en este lugar del País Vasco francés, con esa boda entre el Rey Sol y la hija de Felipe IV de Austria (rey de España).

Arquitectura típica de San Juan de Luz, destacando los pimientos a secar en el balcón
Una relación importante e histórica, la de los Borbones, gobernantes de Navarra y Francia, con nuestro paisano el Cardenal Portocarrero. Y una coincidencia curiosa. Lazos que unen, vínculos que ligan lugares y personajes alejados entre sí. Casi ningún andaluz va por aquella zona de viaje de placer o vacaciones. Y hemos sido unos palmeños los que, durante una calurosa mañana de agosto hemos visitado estas tierras, con esta conexión con nuestra ciudad. Por cierto, merece la pena visitar y conocer estos lugares. Una alternativa de turismo diferente para los que vivimos en el Sur.

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