El mismo día de las elecciones municipales, el domingo pasado, el Betis, ganando al Alcorcón en el estadio Benito Villamarín por 3-0, se proclamó campeón de la Segunda División española de fútbol. Con este resultado, mi equipo se aseguraba el ascenso a la primera división nacional, una categoría que no debíamos haber abandonado la temporada pasada, para enfado de la afición. Aunque el equipo se ganó esta humillación. El resultado electoral hizo que la mayor parte del tiempo ese hecho, el del ascenso, pasase a un segundo plano, sobre todo por el aumento de votos y concejales que experimentamos en Palma del Río ese día. No obstante hubo tiempo para celebrarlo, pues, mientras estábamos esperando en la Casa del Pueblo, pudimos escuchar los gritos, tras el último gol, de los aficionados que estaban en los bares cercanos viendo el partido. Con lo que nos pudimos alegrar los béticos presentes en las puertas de la sede del PSOE. Y, al final, también disfrutamos de los fuegos artificiales que quemaron a las puertas del Bar Diablo, previo corte de la circulación en la calle con unos banquillos del bar. Hasta nuestro candidato a la alcaldía se felicitó por el ascenso (aunque sea colchonero), para alborozo de los presentes. Lástima que no pudiese guardar las imágenes de los fuegos que hice del momento, pues las llamadas y los whatsapps que nos enviábamos en medio de la vorágine de datos previos al recuento final de votos me hizo perder las fotos. Así que la foto del viernes (aunque sea con algo de retraso) la tomo de la celebración en el mismo estadio Benito Villamarín. El Betis vuelve a ser de primera ¡viva el Betis, manque pierda!
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