No se han portado mal los Reyes Magos este año. Necesitaba algún pijama y me han traído dos. También me hacía renovar cierta agua de colonia y me han regalado un buen frasco de esa misma marca y modelo. Del mismo modo me han obsequiado con un jersey y una camisa. Mas el regalo más sorprendente ha sido un reloj para colocarlo en una mesa o estantería. Un reloj blando.
El diseño del reloj sigue el creado por Salvador Dalí y recreado en diversas obras suyas, como la famosa pintura La persistencia de la memoria.
Dalí dijo en su momento que concibió esos relojes como el queso camembert: ” Podéis estar seguros de que mis famosos relojes blancos no son otra cosa que el queso camembert del espacio y el tiempo, que es tierno, extravagante, solitario y paranoico-critico “
Seguramente la teoría de la relatividad de Albert Einstein influyó en esta forma de representar el tiempo, con materia blanda, interactuando tiempo y espacio de forma no rígida. Y todo en un contexto onírico propio del Surrealismo que profesó el artista de Figueras.
Una genialidad estética con trasfondo científico. Digna para dar forma a relojes comercializados con el diseño daliniano. Es decir, muy en la honda del pintor, que mezcló arte y comercio sin rubor, alardeando incluso de su capacidad mercantil, con polémica incluida. Da igual, el reloj blando que me han regalado queda de maravilla en la estantería de nuestro estudio.
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