El pleno del Ayuntamiento de Córdoba aprobó una moción del grupo Ganemos (próximos a Podemos) sobre la prohibición de la instalación de circos que usen animales, que, de paso, prohíbe otros espectáculos que usen animales y la subvención a los espectáculos taurinos. Una moción con ideología a punta pala, y con antifaz. Se habla del circo y de paso se quita la subvención a la Asociación Española contra el Contra el Cáncer, que organiza un espectáculo taurino para recaudar fondos, en el que el ayuntamiento, tradicionalmente, compraba entradas como forma de apoyar a esta entidad. Toda "una proeza". Desde ayuntamientos cordobeses gobernados con el PCE, IU, el PSOE, hasta el PP, han contribuido al sostenimiento de esta entidad, para luchar contra el cáncer, de esta manera. Ahora, gracias a esta moción, que contó con el apoyo del grupo proponente, de IU y el PSOE (que además apoyó con el voto de calidad de la Alcaldesa, pues hubo empate entre votos contrarios y favorables), la asociación perderá esta ayuda. No me explico este bandazo por parte del equipo de gobierno, anteriormente partidario de subvencionar este espectáculo. Solo el miedo a perder el favor cobarde de Ganemos (no participa en el gobierno, por temor a "mancharse" con la gestión diaria) justifica esta postura. Una pena. Parece que el chantaje folclórico se impone en la llamada "nueva política".
Por el lado algo bueno ha ocurrido en el mismo campo del fomento de las actividades por las instituciones cordobesas. La Diputación elimina los convenios que permitían la subvención directa al obispado de Córdoba y las cofradías, justificados por el anterior gobierno como ayudas al patrimonio cultural e histórico. En realidad el anterior gobierno del PP se dedicó a la compra de votos a mansalva con dinero a espuertas, que debía ir a fines culturales, destinándolo a la Iglesia y sus organizaciones. Y sin pasar por la pública concurrencia, sin publicidad, sin posibilidad de que otras entidades pudiesen acceder a las subvenciones. Por fin se darán estas ayudas de forma abierta, sin "dedazos", permitiendo que otras entidades puedan emplear fondos públicos para la conservación del patrimonio cultural de la provincia. Aquí la ideología (y su intento de impone su credo) del anterior equipo de gobierno del PP también era la causa real de tanto dinero gastado por manos privadas, cuando las diputaciones tienen como misión fundamental apoyar a los municipios menores de 20.000 habitantes, y no a los grupos de presión afines. Por fin se hace justicia.
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