sábado, 31 de julio de 2010

Observando la realidad

¿Qué hay más allá de lo que vemos normalmente?. Mirando a través del espejo, ¿nos encontraremos con una realidad diferente?

viernes, 30 de julio de 2010

Mis dolores de pie....siguiente parte

El 27 de mayo pasado os conté en un artículo el historial clínico de mi pie izquierdo. En él reflejé mi perplejidad tras sucesivas visitas a médicos, al encontrarme con diagnósticos diferentes sobre los dolores que aparecieron tras practicar ese sano ejercicio que recomiendan los galenos para estar en forma, perder peso y controlar el tan famoso colesterol. Terminaba con el último tratamiento que me habían recetado, unas plantillas, para neutralizar las consecuencias de mi característico pie, según la médica rehabilitadora: pie cavo. Estaba a punto de iniciar el tratamiento y me preguntaba si me curaría, por fin, de mis dolores, tras este nuevo diagnóstico.


Han pasado dos meses, desde entonces. Y me he puesto las plantillas. Hasta que no he podido aguantar más el dolor. O mejor dicho, los dolores. Porque sí, no solo no se me quitó el dolor del talón, sino que aparecieron nuevas aflicciones, en otras partes, concretamente en el tobillo, el empeine, la planta del pie, cerca de los dedos...Un variado muestrario de sufrimiento físico en diferentes partes de mi extremidad zurda, algunas veces variando la localización y otras al mismo tiempo en diferentes zonas. Varias pruebas y correcciones de las plantillas, incluyendo la aplicación de hormas para los zapatos (para ensancharlos y que se acoplara mejor la prótesis), no han impedido que me sintiera cada vez peor.

Así que ya me he decidido a consultar a otro especialista. Sobre todo tras hablar con mi hermano mayor, el médico, en el encuentro familiar extremeño de días pasados, que me recordó los problemas que él ya preveía cuando era yo pequeño, viendo la morfología de mis extremidades, tan parecidas a las de nuestro padre. La foto mía de pequeño no deja lugar a dudas sobre ese problema anatómico. Sin pensarlo más fui a un podólogo para que conociese de mi caso.

Y de nuevo vuelven las sorpresas. Fui el lunes pasado, y tras una hora de reconocimiento y todo tipo de pruebas, ahora tenemos nuevo diagnóstico: pie valgo. Una de las pruebas, un vídeo, mostró claramente la desviación del talón izquierdo hacia fuera, motivo de que no ande estabilizado y que la sobrecarga sobre esa extremidad, al hacer ejercicio, me haya dañado. Además, nuevas radiografías desvelaron pequeños espolones (los que aún no se veían en las anteriores de hace dos años) que ayudan al dolor. Me han vuelto a poner plantillas, pero muy diferentes de las que me recetaron hace dos meses. Las otras no sirven para nada. Trabajo perdido.

La semana próxima me revisarán de nuevo. También en septiembre y diciembre continuarán con el seguimiento del caso, corrigiendo lo que sea necesario. Y me pregunto: ¿Por qué nadie hasta ahora se detuvo lo suficiente para dar con mi mal?. Un poquito de humanidad, de dedicación al paciente, hubiese sido tal vez necesario, como en otros tiempos, los primeros de mi hermano mayor, o los de mi padre, el practicante. Así, antes estaríamos en la senda de mi curación, o, al menos, del alivio de mis males. Además, de los resultados más veraces, los contribuyentes nos habríamos ahorrado un buen dinero en los gastos que se hicieron, de forma, paradójicamente, incompleta. En fin, seguiremos, me temo, como dicen en televisión, informando.

martes, 27 de julio de 2010

El concierto de Mark Knopfler en Córdoba, el concierto del calor

El concierto de los abanicos. Así definí la actuación de Mark Knopfler el domingo pasado en Córdoba, cerrando el Festival de la Guitarra que se celebra desde hace treinta años en esta ciudad ribereña del Guadalquivir. Abanicos aleteando sin parar y a gran velocidad, antes de empezar, sobre todo, durante (menos, pues se sustituyeron por cámaras de fotos, vídeos y móviles) y después, mientras se desalojaba la plaza. Una plaza de toros es un recinto especial, pues permite ver a corta distancia desde muchos puntos, pero cuando nos sumergimos en una de las noches más calurosas del julio cordobés (las peores del año), sus altas paredes dejan poco espacio para que pueda entrar aire fresco (si es que hubiese corrido algo), y convierten el recinto en una olla, cargada de anatomías sudorosas que caldearon el ambiente. 

La plaza de toros estaba abarrotada, unas 12.000 personas, pues vendieron en la anticipada más de 10.000 y dejaron mil para taquillas, que, según dicen, se agotaron, quedando gente fuera del Coso de Los Califas. Lo cierto es que podían haber vendido más, pero en el tendido; no tanto en la arena de la plaza, que estaba a rebosar. Había zonas de grada vacías, que daban envidia al verlas, al pasar tanto calor en el redondel. Y eso que aquí eran las entradas más caras. Así que estar de pie y apretados como sardinas en lata, no era justo. Pero hubo que hacer el esfuerzo de soportar este inconveniente. La ocasión lo merecía.

Tuvimos la suerte de ocupar, sin embargo, un puesto menos agobiante, en la barrera, con los pies en el estribo, cual subalternos dispuestos a saltar ante el toro para clavar las banderillas al quite. Eso nos permitió ver entre la marea humana, a costa de estar colgados de un brazo, durante las casi dos horas que duró el concierto, con sus bises incluidos. Canas, calvas, también melenas añejas que se perfumaban con un olor antiguo de concierto antiguo, el olor a “maría” o a “chocolate”, ya casi olvidado. Un público mayoritariamente adulto, con años, que demostraba que el encanto que el abuelo canoso y calvo, que es ahora el antiguo líder de una de las bandas más idolatradas de los finales de los setenta y los ochenta, sigue vivo, con su estilo particular, moviendo gente de todo el sur peninsular.

La gente no cantaba a diferencia del concierto de Alejandro Sanz, que vimos en mayo pasado. Dos conciertos diferentes, por la música y los asistentes, mayoritariamente mujeres fans en aquel de la primavera. El domingo, o no se sabían las letras o no conocían los temas. Cosa que no me parece raro, siendo el guitarrista escocés de habla inglesa y teniendo una trayectoria más larga y un estilo más rock-folk el señor Knopfler. Empezó sueve y tranquilo, con lo que consiguió que el público enmudeciese y escuchase como si de un concierto de música clásica se tratara. Sí hubo pasión, sin embargo, cuando interpretó Romeo y Julieta y Sultanes del swing, con lo que la gente reconoció algo exitoso y al final gritó futbolísticamente “oé, oé, oé...” y fue de las pocas veces que el cantante se levantó de su asiento y se sumó al público acompañando al grito con su guitarra, rápidamente seguido por otros de sus músicos. Al principio también hubo fallos en el sonido, que me recordaron al concierto de A. Sanz. Llegó a haber un acoplamiento tan ruidoso que se callaron los instrumentos durante un momento, con la lógica pitada del público. Fue resuelto y el problema ya no se repitió. Magnífico, demostraron que la plaza de toros sirve para estos encuentros musicales.

Sonaron éxitos de Dire Straits como So far away, Brothers in Arms, Sultans of Swing, Romeo and Juliet, de forma dispersa entre la actuación. También temas de otros álbumes suyos en solitario o formando parte de otras formaciones, como los Notting Hillbillies. Reconocí canciones del álbum Golden Heart, tan folkies, tan melódicas y, a veces, tristes, con sus ramalazos de blues, y hasta jazz . También presentó algunos cortes de su álbum de presentación, el que promociona con la gira actual, Get Lucky, su sexto trabajo de estudio, que lanzó en septiembre del año pasado. Pero no fue el disco protagonista, sino que hizo un amplio recorrido por su carrera musical. Cosa que fue de agradecer.


Vimos al Mark Knopfler intimista, sereno, virtuoso, con el estilo personal preñado de blues, country y folk, con raíces celtas, que nos tiene acostumbrados desde que dejara su mítica banda, Dire Straits, allá a mediados de los años noventa. Tan sosegado, tranquilo, y melódico, que hizo su sesión casi permanentemente sentado, mientras sus acompañantes, músicos excelentes, se le acercaban y le apoyaban con un gran número de instrumentos: violín, contrabajo, gaita, flauta, teclados, guitarras acústicas, eléctricas, mandolinas, acordeón, batería...Aunque algunas de las versiones que hizo tuvieron un ritmo algo más acelerado de lo habitual, en algunos momentos. 


A los que nos gusta, no nos sorprendió ni defraudó. A otros curiosos quizá no agradara demasiado. Quienes disfrutan de una interpretación de la guitarra, tal especial como la suya, con su punteo sin púa, con su sonido tan limpio y cristalino, se sintieron hipnotizados muchas veces aquella noche. Su derroche de actuación, acariciando guitarras eléctricas, acústicas, tradicionales, ¿como puede decepcionar?. Quienes buscaban a un Bisbal, lanzando gorgoritos y agitando sus rizos al viento, girando como una peonza en el escenario, seguro que les decepcionó. Como parece que les ocurrió a algunos, por los comentarios de lectores de prensa de quienes preferían que el festival se hubiese cerrado con otro artista. Pero, ¿qué mejor artista para un festival mundial de guitarra que quien ha sido considerado uno de los primeros 100 mejores guitarristas de la Historia, según la revista Rolling Stone?. Una oportunidad para ver en vivo a una de las leyendas de la música popular. Yo me alegré. Y el calor no pudo conmigo. Salimos tranquilamente, guardamos el abanico, me bebí medio litro de agua, y vuelta a casa a descansar. Feliz. Otra leyenda viva vista en directo, y acomodada en mi memoria musical.

lunes, 26 de julio de 2010

La siesta


Hace calor, mucho calor. No es nada anormal. Estamos en verano. Después del almuerzo, ¿quién pude resistirse a dar una cabezadita?. Es la siesta, la hora sexta de los romanos, aquella en que nuestro cuerpo flaquea, tras una abundante comida, cerramos los ojos, el sopor nos invade y caemos en los brazos de Morfeo.

De pequeño, recuerdo, mi madre nos ponía a dormir la siesta, y se esforzaba infructuosamente. ¿Quién, estando de vacaciones de verano, puede desaprovechar algún instante en el que poder jugar?. Nosotros, mi hermano menor y yo, lo que queríamos era que tendieran una manta en el suelo y echarnos, pero no para dormir, sino para jugar, sintiendo el fresco del suelo de la habitación oscura. Y se montaba la algarabía. Entonces, mi madre venía a reñirnos, para que nos calláramos, dejáramos de reír y nos durmiésemos.  “Como no os calléis vendrá papá con la correa y os castiga.” Esa era la constante advertencia, o amenaza.

Mi padre era de siesta diaria, no solo en verano, sino en cualquier época del año. “Que pérdida de tiempo”, pensaba yo. Con lo a gusto que se está jugando después de comer. Si jugábamos nosotros le interrumpíamos la sagrada siesta. Mi padre era de los de la siesta larga, más de una hora, en cama, con pijama y orinal, que diría Cela. Y se levantaba hecho un chaval, pese a su edad.

¿Por qué existe la siesta?. En lugares como España, de temperaturas altas, es lógico que se duerma la siesta, sobre todo en el sur. ¿Quién se atreve en pleno julio o agosto a salir a la calle a las cuatro o cinco de la tarde, a hacer ejercicio?. Recuerdo que el Ministerio de Hacienda envió al ayuntamiento un equipo para la revisión del Catastro de Rústica. Hablaron conmigo para que les facilitáramos una oficina donde atender a los agricultores y propietarios de tierras. Era julio o principios de agosto, y tenían un plazo corto de tiempo para atender las reclamaciones. Les pregunté su horario: de 9 a 2, por la mañana, y de 3 a 6 de la tarde. Me quedé perplejo y les pregunté por ese horario tan raro. Venían de Madrid, claro. Me contestaron que tenían que aprovechar bien la jornada diaria. Entonces les dije: “Pero a esas horas de tarde no les va a venir nadie. Mire, yo estoy haciendo un curso de mecanografía y voy a la academia a las seis de la tarde, y no me encuentro ni a los pajaritos”. Accedieron a retrasar una hora la jornada de tarde.....por una semana. Cuando se aburrieron solos en el despacho comprendieron que debían cambiar el horario. No se daban cuenta de que los agricultores se levantan temprano, muy temprano en verano, “para aprovechar la fresquita”, luego comían, dormían la siesta (necesaria también para recuperarse del madrugón) y luego, cuando se había pasado la calor, salían a otros quehaceres. Lo que no puede ser, no es, y además es imposible. Por la tarde, en Andalucía, siesta.

Eso comprendí con el tiempo. Un amigo mío la llama el yoga hispánico. Es saludable, tonificante, ayuda a hacer la digestión, te traslada al nirvana. Y muchas veces es insoslayable. Cuando la sangre va en auxilio de los jugos gástricos, enfrentándose a una copiosa colación, el sistema nervioso se reblandece, merman las fuerzas, cerramos los ojos, y no hay remedio: desfallecemos. Unos a la cama y otros donde sea: en el campo, bajo la sombra de un árbol, en el sillón del salón del hogar, en el césped de la piscina...cualquier sitio es bueno para que nuestro cuerpo recobre las energías gastadas o que se están empleando en asimilar los alimentos recién tomados.

La siesta, además, previene el estrés, mejora el humor de las personas, y nos hace rendir más al dividir nuestro tiempo de vigilia en dos periodos, entre el sueño nocturno, aprovechando las tardes, hasta altas horas. Ya lo han descubierto hace tiempo, no solo en los lugares donde la presencia española ha sido significativa en la Historia, sino en otros sitios como China, la India u Oriente Medio. Cuando algo se extiende así no puede ser malo.

Aunque, para mí, sí es malo que el periodo de siesta sea prolongado. Y el acostame, ya que entonces el sueño es en exceso profundo y me provoca dolor de cabeza, después. Porque sí, tardé algo, pero terminé rindiéndome a los encantos del yoga hispánico. Fue en la etapa de estudiante cuando descubrí sus propiedades, o más bien, su tiranía. Una vez, estudiando las lecciones para el día siguiente, sentado en un sofá que tenía en mi antigua habitación, quise repasar unos conceptos, que no habían quedado demasiado claros para mí. Me fui páginas atrás y releí, pero no encontraba las frases que se me resistían al entendimiento. Miré hoja tras hoja, y me di cuenta de que lo había soñado, que aquello que no encontraba era parte del sueño. Que soñé que estudiaba, mientras estudiaba, y aprendía que el sueño era más fuerte que mi curiosidad por saber. Me rendí y tras una siestecita reparadora de unos minutos continué la tarea del estudio. Fue lo mejor.

La siesta es una actividad que no necesita de subvenciones para que se practique con fruición. Es gratis, agradable, no pagamos impuestos, por ahora, al practicarla. Pero promocionar la siesta, sin embargo, parece muchas veces que es el objetivo de los famosos documentales de la Dos, esos que todo el mundo dice que ve, en lugar de los programas de telebasura, de cuchicheos y chismorreos que tanto abundan en las televisiones. ¿No habremos visto cientos de veces a ese guepardo correr raudo y elegante, tras una gacela en las sabanas de Masai Mara?. ¿No es el mismo cocodrilo del Nilo el que siempre captura al ñu rezagado de la manada que cruza atropelladamente el río en el Serengueti?. Puede que sí, puede que no. Lo cierto es que rara vez podemos ver  completo el dichoso documental, y llegamos a comprenderlo por partes, de las que nos deja cada siesta contemplar. Acomodados en el extremo del cómodo sofá (o en el sillón de orejas, si es que gusta más), recogida la mesa y lavados los platos, los ojos pesan, la voz del locutor se nos antoja monótona, hipnótica, y que sea un cocodrilo o un hipopótamo el que ataque la manada de núes termina dándonos igual, pues lo mismo, cuando nos damos cuenta, lo que echan por la tele es ya España directo. Quince, veinte minutos, el mundo se ha parado para nosotros. Señoras, señores, ¡qué buena siesta hemos echado!. 

sábado, 24 de julio de 2010

Otro encuentro familiar en verano

Hace un año escribí un artículo, Un encuentro familiar estival, donde comentaba una fotografía de mi familia materna, en la que aparecían mi abuela y unos tíos y tías, posando delante de un pozo, en una huerta de naranjos. Era una foto de verano, típica del encuentro de familiares que, por diversos motivos, ya no se encuentran viviendo juntos. Una imagen alegre y nostálgica al mismo tiempo.


La semana pasada un encuentro familiar se produjo de nuevo. Esta vez fue de mi familia paterna, familia amplia, y dispersa por el territorio español. Fue en Extremadura, a medio camino, aproximadamente, entre nuestras residencias actuales. Y también en el campo, como en la foto del año pasado, entre olivos, maíz, tomates, viñas, arrozales...Nos vimos los hermanos vivos, salvo mi hermana Mari, que no pudo asistir por motivos de salud, y su hija. Tíos, sobrinos, nietos, hijos, hermanos, cuñados, cuñadas, abuelos, todas los parentescos compartiendo un fin de semana estupendo.

Como unos viven en Madrid, otros en Granada, otros en Sevilla, algunos en Málaga, otros en Badajoz y nosotros en Palma, pasa mucho tiempo entre que nos podamos ver todos juntos. Así que cuando conseguimos coincidir todos, o la mayoría de los familiares, se produce un verdadero "acontecimiento histórico", absolutamente feliz.


En tan breve periodo de tiempo pudimos compartir buena mesa (con platos típicos de la zona, incluidos), diversión, alojamiento campestre, la música de los niños (y no tan niños), recuerdos de la familia y de nuestro pueblo de origen, la alegría del de los retoños, la paz del campo, el frescor de la noche (aunque también la molesta compañía de los mosquitos), la presencia de los pájaros, saltamontes, lagartos, el baño refrescante y relajante... Y también la compañía de amistades del lugar. Mucha información conseguí de Pepe, mi hermano mayor, que me sirvió para "atar cabos" sobre nuestra extensa familia y la vida palmeña de otros tiempos. En fin, un verdadero soplo de vida, que ojalá se pueda repetir, no demasiado tarde.

viernes, 23 de julio de 2010

Señales de tráfico tabernarias

Hace unos días encontré estas mesas de bar, de esas que sirven para consumir estando de pie o sentados en taburetes altos. Simpáticas, pero al contener una señal en el tablero donde se apoyan vasos, botellas o platos, nos estaban indicando también un mensaje claro, para evitar accidentes. 


Esta debe significar algo así: "Prohibido superar las doce tomas". Está claro que quieren que seamos moderados al beber.


Y esta otra: "Después de beber, vete caminando". Ya sabes: si bebes, no conduzcas. 
 
Es que estos hosteleros son muy prudentes, y nos advierten de los peligros del consumo excesivo de alcohol. Por cierto, lo que no sé es si nos multarán si no obedecemos las señales, cargándonos la sanción en la cuenta. ¿Y quitarán puntos también?. Misterios de la seguridad vial.

miércoles, 21 de julio de 2010

Farola olvidada

Hace años comenté el descubrimiento de una señal de tráfico que, por estar a tanta altura y encontrarse oxidada y deteriorada, nadie había reparado en su existencia. Por tanto era casi imposible que cumpliera su función de regular el tráfico. Días después de hablar con el concejal de tráfico del ayuntamiento, la señal fue eliminada, y solo queda mi post como testimonio de su existencia en el pasado. (Recomiendo que releáis el post antiguo, pulsando en "señal de tráfico"). Pero gracias a mi gusto por los paseos urbanos, hace tiempo nos percatamos de otros elementos "arqueológicos" del mobiliario urbano

Con el paso del tiempo se hace necesario la renovación de las farolas que iluminan nuestras calles, o, al menos, eso pretenden. Muchas veces es porque no permiten ver del todo bien por estar viejas, o dejan zonas de sombra al no cubrir con su potencia un radio de acción suficiente. Los avances técnicos además permiten obtener una mejor iluminación y más ecológica, ahorrando costes a las arcas públicas, y no contaminando tanto. Normalmente se procede a su sustitución, pero otras veces se instalan las luminarias (palabra muy técnica y "finolis" que se está poniendo de moda en el sector) en otros puntos de la vía, para conseguir un efecto mejor. Entonces lo normal es retirar los báculos o farolas que quedan desconectados de la red de alumbrado. 

Pues bien, en esos paseos que decía antes hemos encontrado farolas que no han sido retiradas. O, incluso, faroles que, a pesar de haberse renovado el resto, aun siguen allí donde se colocaron en la antigüedad; que de noche se encienden aunque su tarea sea prácticamente testimonial, una mínima expresión de luminosidad que no alcanza más que para decirnos que siguen allí, olvidadas, solitarias, cumpliendo un deber que a nadie apenas ya beneficia ni interesa. 

El caso que os muestro es uno de éstos. Una avenida amplia, donde el alumbrado urbano ha sido sustituido y completado en varias ocasiones, y con material moderno y mucho mejor, como es la Avenida de Santa Ana de Palma del Río. Esta vía aún conserva una farola antigua, adosada a la fachada de una casa, de esas que primero se edificaron en lo que fue carretera (y todavía hay quien la llama así, la carretera), hoy integrada en el centro del casco urbano palmeño, gracias a la expansión urbanística, desde los años ochenta. No funciona, pero sigue allí. Es una bombilla, con un platillo de metal totalmente oxidado, para reflejar la luz, sostenida por un armazón o soporte metálico, con forma más artística, también con los efectos de la corrosión del orín. Cuando aquello era una carretera pudo venir bien su forma corta, que permitiría iluminar la fachada de la casa, nada más, facilitando la entrada y la salida por la noche, a una zona terriza que daba a la calzada, sin necesidad de iluminar ésta. Después, con la integración como travesía, la urbanización y expansión de locales y viviendas, este farol quedó claramente insuficiente. Y quedó en el olvido, cuando se implantó el nuevo alumbrado público.

Ahora sigue allí, entre aparatos de aire acondicionado, instalaciones eléctricas y balconoes remozados, como un adorno más de esa fachada que iluminó. Y como testimonio de que en algo hemos mejorado en los tiempos actuales.

martes, 20 de julio de 2010

Tour de Francia con polémica

CRÍTICAS PARA EL ESPAÑOL POR ATACAR TRAS UN AVERÍA EN LA BICICLETA DEL LUXEMBURGUÉS

Andy Schleck critica a Alberto Contador y el español pide perdón por su ataque

20/07/2010

Alberto Contador es el nuevo líder del Tour de Francia después de recuperar los 31 segundos de desventaja que tenía con respecto al anterior maillot amarillo, el luxemburgués Andy Schleck. Pero el primer puesto del español se ha visto empañado por la polémica, pues desde algunos sectores no se vio con buenos ojos la manera en la que el madrileño recuperó el liderato.

El confidencial

Hacer trampas está mal siempre, también en el deporte. Contador no ha hecho trampas, pero algunos quieren buen rollito y que se gane por méritos propios, no por averías o desgracias ajenas. Una especie de moral caballeresca en el deporte. No está  mal.


Pero, hombre, para trampas estas. ¿No las vieron?. Miren, miren como estos corredores hacen verdaderas triquiñuelas para no quedar rezagados del pelotón. Esta sí que es una "serpiente multicolor" con una buena cabeza bien "venenosa" y "mordedora". ¿Donde estaban los jueces de carrera?, ¿y los periodistas deportivos?....Así sí que se libran de los controles antidoping algunos corredores. ¡Ni falta que hacen los estimulantes! ¡Cachis!

lunes, 19 de julio de 2010

CajaSur o "Kutxa norte"

Durante el fin de semana el acontecimiento en Córdoba y Andalucía más comentado ha sido la adjudicación de CajaSur, por el FROB, ratificada por el Banco de España, a la entidad vasca BBK. Desde que el viernes se conoció la noticia una multitud de reacciones se han conocido. He preferido conocer algo más para dar mi opinión. Y la estoy formando sobre elementos importantes, agrupables en dos aspectos o enfoques del asunto: el enfoque político y el aspecto financiero.

Aspecto político:

Ya se hablaba el 15 de julio de las opciones Unicaja y BBK, como las mejor situadas para quedarse con la caja de Córdoba, algo habría.

También se hablaba en mentideros políticos de un pacto entre Zapatero y los nacionalistas, antes de saberse la adjudicación, pues el resultado del debate del estado de la nación así lo indicaba. Una posible salida para encontrar apoyo político con el que acabar la legislatura, o al menos aprobar los presupuestos generales del estado para 2011, era la adjudicación de la caja a los vascos o a los catalanes. Y salió al día siguiente la adjudicación de CajaSur a una caja vasca.

Los intentos de la Junta de que se quedase en Andalucía la caja, con el apoyo de los partidos políticos, con un PP subido al carro a última hora (por creerse ganador Arenas en las encuestas y por tanto nuevo mandamás en la Junta y tutor de la nueva “gran caja”) no han prosperado. Es una decepción en toda regla para Andalucía que no sé si se hubiera podido dar con Cataluña, País Vasco o Galicia o Madrid. El mapa de Cajas nos sitúa en una posición subalterna de otras comunidades. La “gran caja” solo será posible si se ponen de acuerdo Unicaja y Cajasol, pero su peso ya no era el previsible.

La opinión dada en el Comité Federal del PSOE el pasado sábado por Zapatero augura el visto bueno del Ministerio de Economía y Hacienda. Por tanto hemos de olvidarnos de una reconducción de la cosa. El PSOE de Andalucía, uno de los pilares de la dirección actual socialista, no ha quedado bien. Buenos equilibrios tendrá que buscar Zapatero, ahora que otros, el PSC, salen respondones tras la sentencia del Tribual Constitucional sobre el estatuto catalán.

Aspecto financiero:

BBK se ha quedado con CajaSur por ser el “mejor postor” en la subasta del FROB, pide poco dinero. Era lo previsible, pues el Banco de España no tenía nada que negociar con otras entidades, sino que su obligación era desprenderse de la caja intervenida (y con mucho dinero público inyectado en sus arcas), con criterios puramente financieros.

BBK va a convertir a CajaSur en un banco de su propiedad, deja por tanto de ser caja de ahorros, siendo entonces aplicables a sus empleados el convenio colectivo de banca, no el de cajas de ahorro. Además el proyecto avanza en la línea de la reforma de la ley de cajas pactada por PP y PSOE, con los resquemores que ha levantado en la patronal del sector de cajas. No parece que le vayan a faltar problemas con su nuevo “juguete roto” comprado.

BBK es una empresa saneada, con beneficios y menor plantilla que CajaSur, que tiene una plantilla sobredimensionada, demasiadas oficinas y arrastra pérdidas .Cajasur saldó 2009 con pérdidas de 596 millones de euros y alcanzaba números negativos por 114 en el primer trimestre del 2010, que en abril podrían haber superado los 140 millones de euros. Si bien el cambio de gestión será, en principio, positivo, falta entender cómo se harán cargo de la mala situación de la caja cordobesa.

La excusa del ex-presidente de CajaSur, Santiago Gómez Sierra, para rechazar la fusión con Unicaja en mayo fue que no había acuerdo laboral, ya que se iban a prescindir de centenares de trabajadores y ellos, los canónigos querían salvar el empleo. Aspromonte, el sindicato de los curas y “sus empleados” dio cobertura a este motivo. Luego se supo que hubo un principio de acuerdo con los sindicatos para que hubiese una serie de bajas incentivadas y pre-jubilaciones (no despidos), en un número bastante menor de lo que se preveía al principio . Eso hacía más incomprensible el rechazo de última hora de la fusión.

BBK ha pedido dinero al FROB, pero en calidad de préstamo a devolver, no a fondo perdido. ¿Cómo piensa devolverlo manteniendo una plantilla excesiva y con oficinas sobrantes?. ¿Soportando nuevas pérdidas de su nueva empresa?. CCOO ya ha advertido que los nuevos gestores van a desprenderse de personal (900 empleos) y oficinas (100), lógicamente de la entidad absorbida, no de la compradora. Fíjense, se fijaron al final de la negociación con Unicaja en 424 los excedentes laborales en la caja cordobesa, aunque al principio eran 767 (que subían a 988 si se incluía el grupo de empresas). Y ahora pueden terminar DESPEDIDOS los mismos que al principio. Menudo éxito de los que se ampararon en garantizar el empleo, para rechazar la fusión con Unicaja. Creían que, al no darse solapamiento de oficinas, no se prescindiría de nadie. Pero los números no cuadran.

Decía al principio que esta noticia era la más comentada. Una multitud de opiniones se han vertido en los medios. Una corriente de opinión extendida tiene un hilo conductor común: la alegría de que Unicaja no fuese la adjudicataria. ¿Por qué?. A Unicaja se le identifica con la Junta de Andalucía, y a ésta con el PSOE. En definitiva, se alegran de que el PSOE no se haya salido con la suya. Es la típica reacción del que odia, no del que piensa. Pues mucho odio trasciende de esos comentarios. Han preferido muchos, y así lo han dicho, que Cajasur se fuese de Andalucía, con tal de que no la controlara la Junta. Esos mismos que hicieron hace años una manifestación junto al cura Castillejo, acusando a la Junta de querer llevarse la caja fuera de Córdoba, ahora brindan con champán al saber que la dirección y la propiedad de esta caja se va al País Vasco. Sin pensar. Sin pensar realmente en esas consecuencias para el empleo de los más de 3000 trabajadores de CajaSur.

Pero el tiempo y sus circunstancias pasan inexorablemente. Hoy sabemos ya que el Banco de España va a exigir responsabilidades a los dos últimos consejos de administración de CajaSur. Espero que las culpas se atribuyan a quienes corresponden, a quienes violaron las exigencias del Banco de España y a quienes rechazaron la fusión con Unicaja, no a quienes votaron en contra de estas infracciones. Lo malo es que al mayor culpable de la desastrosa situación en que entró la caja de ahorros, el cura Castillejo, no le alcanza la investigación. Seguro que, como en otros casos, las responsabilidades han prescrito. Nunca la justicia es del todo justa.

Decía también al principio que estoy formando mi opinión, porque todavía estoy en plena digestión. El asunto es de no poca enjundia. Y además soy cliente. Así que todavía tendré que analizar algunas cosas más. Veremos cómo terminamos.

sábado, 17 de julio de 2010

La cultura de la sidrería vasca


En año pasado, cuando estuvimos en tierras vascas, alguien lamentó no haber tenido tiempo de visitar una sidrería. En nuestro reciente viaje al País Vasco ya lo consiguieron incluir como una parte más del programa de actos festivos alrededor de la boda a la que fuimos. Y digo actos festivos, pues en la actualidad en esa comunidad se entiende que ir a una sidrería es un acto social festivo, dotado de una liturgia especial.

Estuvimos en una sidrería, Aginaga, en Usurbil (Guipúzcoa), establecimiento que funciona todo el año a diferencia de la gran mayoría, pues no estábamos ya en temporada normal (de febrero a junio). Cuando nos hablaron de visitarla me imaginé un local oscuro, húmedo y tenebroso, lleno de toneles y suelo pegajoso con serrín. Pero no, éste es un local moderno, luminoso, grande, con los barriles apenas sobresaliendo por uno de sus muros, cálido y cómodo. Con grandes mesas alargadas, donde entraban un gran número de comensales, pese a que la mayoría acostumbran a servir de pie. Nada más entrar vimos los chuletones de buey que iban a ser asados a la parrilla, de un tamaño y espesor asombrosos. Pero hablaba al principio de la especial liturgia de este tipo de locales. Paso a contarla, ya que nos adiestraron, previamente a sentarnos, como eran las normas, reglas que nada en absoluto suponen un agobio cumplir.

Nos indicaron que el menú era único, el normal de la sidrería (o sagardotegia, en euskera). Y que la bebida había que conseguirla por medios propios. Ese es el “truco” o nota característica, con encanto, eso sí. Al oír la palabra “¡txotx!” había que levantarse con tu propio vaso a escanciar la sidra directamente de la bota (kupela). No nos dio tiempo a acomodarnos en la mesa, cuando alguien lanzó la esperada consigna. Cogí mi vaso, la cámara fotográfica y seguí a los miembros de la comitiva que se acercaron a un barril, ordenándosenos ponernos en cola para recibir el preciado líquido. El más veterano abría la espita donde manaba el chorrito de sidra que debíamos recoger con nuestro vaso. Ni que decir tiene que a la velocidad que iban escanciando, pues se sirve un poco en cada vaso (lo suficiente para beberlo de un trago), no pude hacer buenas fotos. Rápidamente el grupo fue a otro barril, para probar de su contenido. Así varias veces, y vuelta a la mesa.

Sirvieron de primero tortilla de bacalao, una para cada cuatro personas. Alguien, generoso y consciente con las dificultades de los mayores del grupo para moverse, fue y llenó una jarra de barro con sidra para servir en la mesa. Vi el cielo abierto, pues eso me libraba de correr presuroso a los barriles para beber y aseguraba una reserva para acompañar la comida. El segundo plato era más bacalao, pero a la plancha y acompañado con pimientos fritos. Excelente. Sonó alguna vez más el “¡txotx!” y no pude escaquearme, volviendo a los barriles. Llevaba algo en mi vaso y cuando lo situé en el chorro me gritaron ¡“nooo!”. No se puede mezclar dos o más tiradas de sidra. Así que tuve que vaciar el vaso y llenar de nuevo. El rito es el rito. Amén.

De vuelta a la mesa seguimos la comida. Algunos comensales pidieron vino. En esta sidrería tienen vino y champaña, tanto en botella como en los barriles, y además te pueden servir platos a la carta, siempre pagando aparte, claro. El tercer plato era la carne, la chuleta de buey. Chuleta dijeron, chuletón tremendo en realidad. Estaba estupendo, para los que nos gusta la ternera en su punto, es decir, al estilo “vampiro”, como dijo una prima de mi mujer. Con su propia salsa, la sangre. Antes sirvieron una ensalada, para acompañar (como si hubiésemos estado solos, ante tanto plato). No tengo que añadir, creo, que más de una vez y dos y tres, el “¡txotx!” recorrió nuestras cabezas, ordenando a diversos grupos de la cuadrilla ir a repostar, cada vez más alegres y dicharacheros. El postre, también tradicional, estuvo compuesto de nueces, carne de membrillo y queso Idiazábal, en forma de pintxos, terminando con café, para quien lo quiso.

¿Por qué este ritual?. La sidra es una bebida de baja graduación alcohólica que se hace con zumo fermentado de manzana. Nos dijeron que era una forma de sacar mayor rendimiento a las cosechas de esta fruta, pues se aprovechaban las que no se consumían en fresco. En el norte peninsular es muy común este cultivo y, por ende, este aprovechamiento. Las sidrerías vascas vendían su producto en temporadas, como sidra natural, no espumosa. Cuando los compradores las querían probar, directamente del barril, no en botella, se llevaban su comida y de ahí surgió la costumbre de preparar allí los platos, los típicos de la zona. La sidra, además, como nos contaron, desempeñó un papel muy importante para los arrantzales (pescadores) y marinos vascos, famosos en otros tiempos. El escorbuto era un gran problema cuando los medios para navegar eran más anticuados. El agua se hace inservible con el paso del tiempo, y la falta de verduras y frutas frescas que proporcionen vitamina C, provocaban enfermedades graves como ésta. La sidra fue un remedio importante, ya que servía para beber y obtener esa vitamina esencial, mientras se estaba embarcado. Así que la producción de manzanas y de sidra ocupó un hueco importante y básico en la agricultura vasca, aunque con el tiempo fuese mermando su presencia en la economía local, gracias a la introducción de otros cultivos y al vino.

Hoy día este tipo de locales ha experimentado un gran aumento y pujanza. El buen comer, unido a la buena amistad que éste y el consumo de una bebida saludable proporciona, hace que se promocionen por sí mismas, además de los eventos que se organizan para su difusión. En fin, que, aunque se mezclen pescados con carnes y otros alimentos, pese a las recomendaciones en contrario de los médicos y nutricionistas, el disfrutar de un buen rato alguna vez al año, siguiendo el ritual, seguro que no hace daño. Probadlo, no os arrepentiréis. 

viernes, 16 de julio de 2010

Ricardo III, por la compañía Atalaya


Mi paso por la Feria del Teatro, breve esta vez, ha pasado de lo menos dramático hasta lo más puro, de la música, pasando por el espectáculo humorístico, llegando a la tragedia de los clásicos. Ayer la compañía Atalaya (otros habituales de la Feria teatral palmeña) llevaron al escenario del Teatro Coliseo “Ricardo III”, su primer acercamiento a Shakespeare. Según ellos mismos:

Dentro de nuestro lenguaje –reconocible por el trabajo sobre la energía de los actores en escena, por la utilización poética de los objetos y las atmósferas, por la acumulación de imágenes y temas musicales que obligan al espectador a elegir- hemos optado por un estilo más cercano al expresionismo, al grotesco, que ya abordamos en “Divinas palabras” de Valle, o en algunos momentos de nuestras puestas en escena a partir de Maiakovski, Müller o Brecht. El clima, sin embargo, emparenta más con nuestra visión de "El Público" de Lorca, donde el misterio, e incluso el terror, afloran ante el espectador.”

Y así es, vemos a la compañía Atalaya de siempre, la que gusta a los entendidos, pero también la que no deja indiferente. Sublime en el recurso a los objetos, como leitmotivs del atrezzo, la utilería repetitiva (no se me olvidan aquellas bobinas o grades carretes de cable usados en Divinas palabras), usaron los mismos elementos como tronos, velas de barco, espadas, cuchillos, catafalcos, sillares de torre, camas, espejos de salón.... magnífica en escenografía, iluminación y sonido, que crearon un ambiente siniestro, gótico. Disfruté con el juego, la magnifica coreografía entre objetos y elenco, ya conocida por su recurso al baile, la expresión corporal, además de la declamación. Me gustó el canto de estrofas del texto original, en inglés, especialmente, en las apariciones en escena de la viuda de Enrique VI. Una estupenda interpretación, en fin, destacando el trabajo del actor, Jerónimo Arenal, que encarnaba al tirano.

La obra nos cuenta las intrigas y los crímenes perpetrados por el duque de Gloucester, para acceder al trono de Inglaterra. Ricardo, al principio, nos aclara sin escrúpulos que, como es deforme, poco agraciado, no puede seducir a sus coetáneos para conseguir por las buenas su objetivo, por lo que hará uso del crimen, del mal. Es un pervertido, un descarado ambicioso, que incluso nos cuenta sin rubor sus planes, que va desplegando sin dudarlo, disfrutando de su crueldad. Al fin, conseguido el objeto de su deseo, provocará la rebelión de los demás, hartos de asesinatos, injusticias, parricidios, desencadenando la Guerra de las Dos Rosas, que enfrentó a la casa de York y la de Lancaster. Pretende la compañía, en su adaptación, que busquemos la comparación con mandatarios de nuestra actualidad.

El texto de Shakespeare es muy largo, daría para cuatro horas de representación, por eso Ricardo Iniesta, el director de la compañía, lo ha adaptado reduciéndolo a algo más de hora y media. Aquí es donde, a mi gusto y parecer, no queda del todo bien. Es comprensible su intento de respetar el original, pero los cortes que da, sobre todo en la primera parte, para integrarlo en su lenguaje dramático, más expresionista, sugerente, que narrativo, me hicieron no entender del todo el hilo de la obra. Son veinte personajes en manos de nueve actores. Yo eché de menos algo más de definición o presentación de tanto personaje, representados sin demasiadas diferencias, salvo en Ricardo y alguno más, sobre todo a la hora de expresarse y en vestuario, que hacía que, salvo un gran conocimiento de la historia que cuenta el inglés, nos perdiésemos entre tanto noble, esposa, madre, hija o hijo que aparecían y caían bajo las armas de los sicarios fieles al duque. Aquí es donde me dejó el mal sabor de boca, o, más bien, la confusión, que fue desapareciendo afortunadamente al acercarse el final ("¡Mi reino por un caballo!"), al haber muerto ya la mayor parte de los obstáculos que se interponían a los propósitos del tirano.

No obstante, me pareció un gran montaje, difícil y arriesgado, que ha tenido cierto éxito desde su estreno en las XXVII Jornadas de Teatro del Siglo de Oro, de Almería. El público del Coliseo agradeció el gran trabajo sobre el escenario, aunque en otras ocasiones los aplausos se han visto con más entusiasmo.

jueves, 15 de julio de 2010

Se ha escribido un crimen, de Teatroz y La Trapería


"Si cada vez que aparecía Jessica Fletcher en un lugar, alguien moría, cada vez que se encuentren con los actores de Teatroz y La Traperia, la risa les matará. Pero no se preocupen, son de esas muertes de mentira como cuando eran pequeños y de su propia mano hacían una pistola y la disparaban diciendo: Pañum, pañum. Prepárense, están ustedes rodeados, van a pasar un buen rato con la policía. Pero no tengan miedo, no queremos asustarles, no deseamos que lo pasen mal, todo lo contrario, siéntense, acomódense, diviértanse, bésense, hagan cosas acabadas en “se”… no sé… pero, sobre todo, compórtense que llamamos a la pasma y los sacan del teatro cagando hostias.”

Así se expresa esta compañía en el programa de mano que entregan a la entrada del teatro, un programa en forma de cuchillo ensangrentado, que anuncia de qué va la cosa. Un hombre (un autónomo, nos aclara, por el manojo de llaves que porta y que no puede darse de baja) va a ser expulsado de un teatro por una acomodadora, mientras se esconde de alguien que va a asesinarle. Y lo consiguen, el asesinato, previo disparatado diálogo ente víctima y asesino. A partir de aquí entran en juego los componentes de un chiflado grupo de policías que intentarán esclarecer este crimen.

El conocido en Palma por su veterana participación en la Feria del Teatro, Juanma Lara, que dirige la obra e interpreta al Teniente Martin, nos guía por su investigación, junto a María José Parra (la inspectora Lorena, a la que él llama Lorraine, por su afición a comportarse como un detective americano), Álvaro Carrero (sargento Porras, un Harry el sucio de pacotilla) y Salva Reina (el agente Bobby, el simple). Una investigación disparatada, que recuerda el trabajo de los Hermanos Marx, por absurda, loca, ridícula, y sobre todo cómica. Desfilan personajes, como la limpiadora, la médico forense rusa, viejas, sospechosos imposibles, cabareteras, monjas, chivatos, chinas vendiendo flores y demás artículos de feria....El razonamiento para encontrar primero el cadáver, que se pierde, y luego al culpable del crimen, es absolutamente irracional. El viejo dicho de que la policía no es tonta porque dicen “aquí han fumado”, al encontrar una colilla es estirado hasta el delirio.

Porque delirante es toda la acción encaminada a resolver el crimen. Teatroz y La trapería parodian las películas policíacas americanas clásicas y modernas, los CSI tan de moda en nuestras televisiones, riéndose de su tópicos personajes y métodos. Y, como acostumbra esta compañía, haciendo partícipe al público del desarrollo del espectáculo. Buscan su complicidad sacando a relucir personajes famosos, como María Teresa Campos (a la que recuerda la limpiadora que hace desaparecer el muerto), Iker Jiménez (al que imita un genial Salva Reina) o la periodista del corazón Chelo García Cortés, cuyo parecido con la inspectora Lorena, causa hilaridad. O las alusiones al cine porno, cuando en los interrogatorios esperan ganarse la amistad del detenido, desternillantes. (Por cierto, como anécdota posterior, hoy otra famosa, Ana G. Obregón, ha dicho en la televisión que Miguel Bosé le “sedució” con una mirada....en lugar de decir “sedujo”. Esta "erudición" de famosa me recordó otra vez el título de la obra).


Me tocó estar en primera fila y eso, y el recibir el programa de mano, me hizo temer lo peor. Teatroz suele usar a los espectadores como parte del espectáculo. Ya las primeras escenas, las del intento de esconderse de la víctima, se desarrollan en el patio de butacas. Y a mí me toco hacer de “colchón” del “obrero autónomo” cuando tropezó en una de las ocasiones. Más tarde también la policía extendería la cinta que usan para acordonar la escena de un crimen por encima de nuestras butacas y cabezas. Incluso el agente Bobby buscaría huellas dactilares, cepillando con una brocha una manga de mi camisa, y observando con detenimiento con una lupa el contenido de mi pabellón auditivo izquierdo (“aquí hay huellas de un crimen”, dijo, aunque no creo que fuese cerumen, pues estaba recién duchado, antes de dirigirnos al teatro). Además otros espectadores fueron objeto de la “tortura interpretativa”, llegando, por ejemplo, a subir al escenario a la hija de unos amigos (bastante tímida, por cierto) para se cacheada, entre risas. Risas que incluso ellos mismos, el elenco, no pudo contener en más de una ocasión gracias a las “morcillas” que introducían con reiteración en sus diálogos, y a la misma obra que interpretaban.

Una escenografía simple (con poco atrezzo y bambalinas) muy bien aprovechada, da juego a pesar de estar diseñado para un espacio escénico más pequeño que el enorme escenario del Teatro Coliseo. Con una iluminación acorde para dar un ambiente de cine negro y una interpretación muy cuidada, es ésta una obra, que sin tener grandes pretensiones, apelando a un humor asequible para todos, consigue hacer reír desde el principio hasta el final a toda la concurrencia. Y bien que lo disfrutamos. Algo que todos agradecimos, llenando el aforo del teatro, y dejando a bastantes aficionados con las ganas de haber entrado a la obra que más expectativas ha generado en esta feria. Y seguro que no ha defraudado.

miércoles, 14 de julio de 2010

El duende y el reloj, de la Compañía de Javier Latorre.

Como avancé ayer, el espectáculo al que asistí de la Feria del Teatro fue El duende y el reloj, de la compañía de Javier Latorre. Este bailaor, bailarín y coreógrafo valenciano afincado en Córdoba nos deleitó con un montaje que asombró, creo, a la mayoría de los que estábamos allí. Al menos a mí, que esperaba un espectáculo flamenco tradicional, y me encontré con una obra teatral cantada y bailada, y algo más. 

Y ese "más" era la armoniosa combinación de baile, cante, dibujos animados, proyecciones, efectos especiales, y texto declamado (sí, como en el teatro tradicional, lo que lo acercaba a una especie de ópera flamenca) que daba vida a un libreto, un cuento, del profesor de guitarra francés, con destino en tierras cordobesas, Philippe Donnier. Un texto ideado para impartir clases de flamenco en los colegios. Se notaba el carácter didáctico del argumento. Y también es sorprendente ese mestizaje entre autor francés, coreógrafo valenciano, bailaores y bailaoras de diversas apariencias étnicas y nacionalidades (habían hasta una bailarina negra y la que interpretaba al duende tenía acento mexicano, creo), en un montaje flamenco, tan español.

Un duende, que primero nos aparece en forma de dibujo animado, y que después cobra vida en una bailaora, llora y de una de sus lágrimas nace la Luna. Satélite que se convierte en el reloj, con el que va el duende interactuando para descubrir el compás, los diferentes ritmos o cadencias que identifican cada palo en el flamenco. Un grupo de bailarines (o bailaores) ayudará al duende a entender la complejidad de la composición musical, y su relación con el tiempo y hasta la ciencia. Un grupo ayudado por personajes como Salvador Dalí, Albert Einstein (en guiñol), Leonardo da Vinci, o Renne Descartes, dando su visión entre tiempo, arte y música, para instruir al duendecillo, la personificación del "duende" flamenco, en plena formación. 

La dirección escénica es de Pepe Quero (Los Ulen), la música de Ricardo Rivera y Vicente Amigo, y el vestuario de Juana Martín. Fue estrenado en el pasado 7 de julio en el Festival de la Guitarra, de Córdoba. Y aquí la representación gustó. A mí me resultó un poquito largo, (dura  una hora y media, en dos partes, y para mi el flamenco se toma en pequeñas dosis) pero en conjunto me pareció un excelente inicio (personal) de los espectáculos de esta Feria teatral. Empezamos bien.



martes, 13 de julio de 2010

Feria de teatro en el Sur 2010

Hace unas horas se dio el banderazo de salida de la XXVII Feria de Teatro en el Sur de Palma del Río. Una feria teatral con reducción de días (este año la crisis lo condiciona todo, además de haberse descolgado un tradicional patrocinador, CajaSur), pero con un buen número de espectáculos (29 obras), en las maratonianas cuatro jornadas. Esta edición cuenta con nueve estrenos, los de Devenir Producciones ("Últimos días de una puta libertaria"), La Permanente ("Una palabra", de danza), Albena Teatre ("Que tengamos suerte", estreno en castellano), Sin ánimo de Pulcro ("Amores rodados"), En Blanc ("María?", estreno en castellano), Teatro Meridional ("Una comedia americana sobre la ansiedad (Kvetch)"), Dosproposiciones ("Japiverdy", danza), los cordobeses Teatro del Mercado ("El invierno bajo la mesa") y los catalanes Fura ("Nell aria aperta"). Veremos que obras puedo presenciar y comentar posteriormente, como en años pasados. Hoy asistiré al espectáculo flamenco de Javier Latorre, "El duende y el reloj", en el Teatro Coliseo. Y me perderé a Síndrome Clown, que vuelven con "Este circo no es normal", celebrando su décimo aniversario. Es tarde y mañana hay tarea. Ya me lo contará mi señora, que sí lo verá por estar de vacaciones.


Es la primera vez en no sé cuantos años que me pierdo la ceremonia de inauguración, porque he tenido que asistir a una reunión de la Mancomunidad de municipios. Será por ser martes y trece. Ayer sí pude asistir a la inauguración de la exposición "Palma en la Escena Andaluza", que está instalada en el antiguo Convento de Santa Clara. El Consejero de Cultura de la Junta de Andalucía, Paulino Plata, fue el encargado de "abrir las puertas" de lo que es el germen del futuro museo del teatro andaluz, que se instalará en Palma del Río, cumpliendo el acuerdo del Parlamento de Andalucía. Entre lo expuesto encontramos la imagen de la inauguración de la Feria teatral de 1992, un acto sencillo, poco protocolario (como se hacía entonces) para dar la bienvenida a compañías y programadores. Aquel año ya protagonizó el teatro nuestra presencia palmeña en la Exposición Universal de Sevilla. En la foto aparece el Director del Centro Andaluz de Teatro (CAT), Roberto Quintana, el Director de la Feria de Teatro, desde sus inicios (y verdadero creador del evento), Ramón López, y un servidor, como todos, con menos años, y también más delgado y sin la barba que me adorna la cara en los últimos tiempos.

lunes, 12 de julio de 2010

Una noche larga y feliz

Pues sí, la selección española ganó el mundial. Parecía increíble. Con la de veces que hemos jugado este campeonato y hemos salido con el rabo entre las patas, como salen los perros avergonzados, asustados, desahuciados. Llevamos muchos años y campeonatos oyendo eso de que el fútbol español era el mejor del mundo y luego no pasaban de octavos. Como teníamos (y tenemos) la liga con más estrellas del mundo, y como los mejores futbolistas y los que más ganan estaban y están en España, pensábamos siempre que al llegar un campeonato mundial íbamos a llevarlo de calle. Y siempre venían las críticas y autocríticas, sin admitir que no teníamos jugadores para formar unos equipos, una selección campeona, porque las "estrellas" son siempre de fuera. La cosa cambió en la Eurocopa 2008, donde ganamos el trofeo. Fue un delirio. Pero la prueba estaba en el mundial: cambio de seleccionador, de Luis Aragonés a Del Bosque, y nuevas caras entre los convocados. Tanta era la costumbre de no ganar que muchas empresas comerciales prometieron descuentos suculentos en las compras que hicieran sus clientes, si España ganaba el mundial. Así era la confianza que teníamos.

Pero los partidos, tras un desolador comienzo perdiendo con Suiza, fueron acabando bien, hasta con buen juego. El adjetivo "favorita" se fue imponiendo, no solo como un deseo sino como una realidad. Y ayer, tras un encuentro largo, con prórroga, se cumplió la aspiración de muchos aficionados: España ganó por primera vez el campeonato mundial. Fue grandiosa la alegría de la gente, en toda España. Como comenté con un vecino mientras esperábamos a que nos sirvieran en un quiosco del Paseo, nos hacía falta una alegría. Tras meses de negros nubarrones por la situación económica y política, con tanto pesimismo, la alegría volvió a los rostros hispanos. Una alegría que durará el tiempo que dure, pero es fruto de una aspiración generalizada. Tanta era la expectación que una de las consecuencias de que jugara España era que las calles se quedaban vacías. Prácticamente la mayoría de la gente se congregaba frente a las televisiones. Las banderas ocuparon el sitio de las macetas en ventanas y balcones. Y muchos vestían la camiseta de la selección u otras prendas rojas, haciendo popular el apelativo "la roja". 

Una web se propuso hacer una recopilación de fotos de nuestras calles vacías durante el partido de la final. Lo llamó "La España fantasma". No he participado, pero tengo imágenes. Ayer, unos minutos después de empezar el partido de la final, mi mujer fue a casa de su madre e hizo varias fotografías en la vía de más tráfico de Palma del Río. Son estas que vemos. Después, tras ver acabar el segundo tiempo con empate, nos fuimos al Paseo, a acompañar a los que estaban viendo la prórroga (y todo el partido) en la pantalla gigante que también aquí había instalado el ayuntamiento. Hicimos nuevas fotos: casi nadie, algún coche de algún extranjero, y pocos viandantes. 

La gente seguía en sus casas o en establecimientos públicos con su parafernalia de banderas, bufandas, camisetas, vuvuzelas, etc. Y llegamos al Paseo. Tuvimos la suerte de ver el gol, el gol de Iniesta. Fue delirante la alegría. Parecía que habíamos ganado. Unos minutos después el cartel de CAMPEONES se iluminó en la pantalla. Ahora sí. El éxtasis colectivo. Saltos, cánticos, sonidos de trompetas, vuvuzelas, pitos de todo tipo. Ondear de banderas españolas y bufandas rojas. Me subí a un quiosco y fotografié cómo se refrescaba a la gente con agua y espuma. Mangueras que aprovecharon muchos para diversión general. Mujeres, hombres, niños, niñas, mayores, menores, perros....todos saltando y cantando. Estábamos asistiendo a algo histórico, como más de uno dijo entre sonrisas, amplias sonrisas. Hasta pude conseguir la imagen de Pedro, el concejal de juventud enarbolando una bufanda, alegre, muy contento.
 
Esa era la imagen de la gran mayoría, la gran mayoría de sentirse contento de ser español. Y no para que nos recuerden nuestras leyendas negras, ni nuestras luchas fratricidas, ni para nada malo más, sino por estar contentos de pertenecer a un colectivo que ha conseguido un éxito, un éxito de todos. Por eso, aunque la bandera predominante era la constitucional, algunos también celebraron la victoria de España con otra bandera, también española, como la de la Constitución, la tricolor, la bandera, para muchos también, del corazón. Todos a una y todos contentos. La fiesta duró hasta la madrugada, para algunos. Y sin problemas, sin incidentes. Una noche larga y feliz.

domingo, 11 de julio de 2010

La roja

Yo apoyo a la "roja", a nuestra selección....y a esta también.

La final

¡Agárrense a donde puedan!. ¡Que viene la rojaaaaaaaa!

sábado, 10 de julio de 2010

Bebidas para refrescarse


Dice literalmente: "¡PELIGRO!, No beba este agua". Y cualquiera se atreve. Ni con los cuarenta grados de temperatura de estos días......



Aunque éstos seguro que no lo intentan. Se ve que sí tienen claro lo que quieren para calmar su sed.

viernes, 9 de julio de 2010

Menús de boda



Como vengo diciendo en diversos post, durante un mes hemos asistido a varias celebraciones matrimoniales de familiares nuestros, a las que hemos sido invitados, todas fuera de Palma del Río. Esto nos ha permitido (u obligado, según se entienda) recorrer el territorio peninsular de sur a norte. Dos bodas han sido en la provincia de Cádiz: la de David (mi sobrino) e Inma, en Jerez de la Frontera, y la de Antonio (primo de Anamari) y Lorena, cuya ceremonia fue en Cádiz y el banquete en Jerez, de nuevo. La tercera ha sido la de Gemma (hija de Marian, prima de Anamari, y de Antxon) con Gerardo. Su celebración también fue compartida: la ceremonia en una iglesia de San Sebastián (Donosti), y el convite en Lasarte-Oria. Además de ser una oportunidad de estar con familiares que no vemos habitualmente, por tener residencia en lugares dispares del territorio, estos encuentros son propicios para degustar platos que por lo general no son menús habituales de nuestras mesas hogareñas o de establecimientos locales. Por eso hoy voy a dedicar esta entrada, aunque sea brevemente (para no daros demasiada envidia, y no excederme en ostentación) a los menús degustados en estas bodas.

En el primer casamiento, que se celebró en las antiguas bodegas del Hotel Prestige Palmera Plaza, de Jerez de la Frontera, el menú estuvo compuesto de: Crepineta de salmón con aguacate y langostinos, Sorbete de ron a la hierbabuena, Confit de pato asado en su jugo con salsa de naranja y selecta guarnición. Y de postre Hojaldre con crema inglesa, chocolate caliente y confitura de frutos rojos. Además del correspondiente aperitivo previo con productos variados (algunos típicos de la zona), y bebida y café, y barra libre.

En la segunda boda en Jerez, celebrada en las bodegas Fundador Pedro Domecq (como ya dije en otro post), el menú consistió en: Salmorejo cordobés con picada de jamón ibérico y huevo, Ensalada de langostinos con timbal de calabacín y soja, Solomillo de ternera con foie y crujiente de pisto y setas salteadas; y de postre Tarta de chocolate con leche y azahar, mini tulipa con helado de crema de Sevilla y salsa toffe. Acompañando las correspondientes bebidas, café e infusiones. Y previamente agasajados con aperitivos, y cerrando con la habitual barra libre.

Y llegamos a la tercera fiesta con motivo de un nuevo matrimonio, la que nos llevó a tierras del País Vasco. A ella corresponde la foto de foto del principio, donde estamos con la madrina de mi mujer, y demás familia en la puerta de la iglesia de Donosti donde se celebró la ceremonia (ceremonia en castellano y euskera). Como dije al principio el convite tuvo lugar en Lasarte, concretamente en el restaurante de Martín Berasategui, uno de los gurús de la cocina vasca actual, junto a Arzak, Arguiñano, Subijana, etc. Sin duda una gran ocasión de conocer el trabajo de este chef de fama, cuyo padre compartió labores con el de Antxon, el padre de la novia, cuando Lasarte era un barrio rural poco poblado.

Fig 1
Fig 2
El menú consistió en seis platos, seis (como se diría en un cartel de toros). Empezaron con el obligado cocktail a la entrada del caserón, en sus jardines, con una multitud de "pintxos" de elaborada presentación. Y el padre del novio nos agasajó con platos de jamón, de los que produce en sus tierras segovianas.

Fig 3
Fig 4
Ya en el interior del restaurante empezó el desfile de platos. De primero FOIE GRAS CALIENTE con un pastel de oca glaseado y jugo espumoso acidulado (fig 1). Muestrad de cocina francesa. Siguieron unos RAVIOLIS CASEROS DE HONGOS Y SETAS, con jamón y jugo de setas (fig 2). Paso para la cocina italiana con productos de lugar. El tercer plato era un TACO DE BACALAO CONFITADO sobre una cama de txangurro a la Donostiarra y Pil-Pil ligero (fig 3). Ejemplo de plato típico vasco, con algún toque innovador personal. Como siguiente propuesta sirvieron un BOGAVANTE ASADO SIN CÁSCARA, con brandada de merluza, vieiras y salsa de posos de vino tinto (fig 4). Jugosa combinación de frutos de la mar. Y el quinto (no hay quinto malo, como en el toreo), la carne, como no, en tierras de gran consumo cárnico: SOLOMILLO DEL PAÍS ASADO A LA PARRILLA, con terrina de patata y panceta, salsa Perigueaux y trufa (fig 5). Ya había avanzado la tarde en este continuo desfile de exquisiteces, e incluso, se podía repetir (si se podía, claro). El postre, TARTA SORPRESA DE "MARTÍN", con helado de leche de caserío (fig 6).
Fig 6

Fig 5
Naturalmente todo acompañado de bebidas, café y barra libre, hasta un determinado momento en que la fiesta continuó en otro local, en San Sebastián, donde estuvimos hasta que el cuerpo aguantó. No muy tarde porque al día siguiente nos esperaba una comida en una sidrería, de la que daré cuenta en otra entrada, pues el ritual de sidrería merece mayor detenimiento.

En fin, que seguro que nuestros organismos han notado las consecuencias de todo este buen yantar. Ahora bien, lo importante han sido los buenísimos momentos en buenísima compañía, que dan ganas de repetir. ¿Y qué mejor agradecimiento ante tanto agasajo que desear a todos estos parientes que han formado su propia familia, que sean lo más felices que puedan?. ¡Pues que sean felices y que les dure esta felicidad!.