martes, 21 de julio de 2009

Encuentro familiar estival


El verano es época propicia para reencuentros: amistosos, vecinales, familiares. No es algo propio de esta época. También en el pasado ocurría algo así. Muchas familias actualmente vuelven a los antiguos hogares de donde proceden, en el campo, como una forma de buscar el descanso vacacional, recobrando las antiguas costumbres del medio rural, compartiendo con los familiares y amigos de la infancia (que no se fueron al mundo urbano en busca de trabajo, que no emigraron) momentos de ocio, alegrías, una forma de vivir más sana y natural.

Pero eso también ocurría antaño, aunque con otras sensaciones, por otras ideas, o motivaciones, más sencillas, sin responder a movimientos migratorios generalizados, o también sí. La foto que os enseño es de mi abuela materna, Belén, la que está en el pozo, de luto. Al lado aparece mi tío Curro, Frasquita, la mujer de mi tío Rafalito (a su lado con una de sus hijas), y sentadas están la tía Ascensión y la tía Belén (las dos con vestidos de la misma tela), junto a una vecina que no conozco. Todos posan en la huerta donde vivía mi abuela, viuda ya, según deduzco del luto que viste, con los naranjos detrás. Es una escena que se me antoja bucólica, que me emociona, sobre todo en estas fechas estivales, por lo agradable del lugar y por lo alegre del encuentro de los que emigraron ya adultos, para vivir su propia vida en un lugar menos duro que el campo, con los que se quedaron en el hogar familiar.

Me encantan, sobre todo, las noches de verano, y si son en el campo mejor. Con los sonidos de fondo normales (lechuzas, búhos, perros, grillos, ranas...), con el frescor de las plantas húmedas y los árboles frutales recién regados, y si se tercia, a la luz de la Luna. Con una buena conversación con las amistades o la familia.

2 comentarios:

oscarteresa@yahoo.es dijo...

Sinceramente creo que el círculo en la Barriada V Centenario ha sido una señal inequívoca de los que viven más allá del sistema solar o en otra dimensión, no sé por qué tienes que desmentirlo y achacárselo a la plaza de toros portátil.Ahh¡ Tu afición desmedida por los toros.

De todas formas lo que realmente emociona es recordar aquellos días de verano...que el texto y la foto en blanco y negro evocan.

Un saludo Schevi

Francisco Javier Domínguez Peso dijo...

¿Estás seguro Óscar?, ¿me quieres convencer de que los ummitas o los habitantes de Ganímedes se han posado aquí para visitar a los famosos moradores de la calle Uruguay?. No me imaginaba yo a los aliens adictos a determinadas sustancias, pero si tú lo crees....

El verano también sirve para recordar, como lo que sugiere la foto, comentando vivencias al fresco, a la luz de la Luna, si puede ser.

Un saludo y buen fin de semana.