domingo, 27 de junio de 2010

Barril torero

Con motivo de la última boda que nos llevó a Jerez de la Frontera nos hemos vuelto con un buen número de imágenes curiosas. Esta que veis es en las bodegas Fundador Pedro Domecq, donde se celebró el banquete. Algunas de las naves del complejo mantienen los viejos toneles donde reposan los caldos para la crianza y el envejecimiento, y coger la calidad que les caracteriza. Aquí, además de vinos, se produce coñac, brandy, el coñac Fundador. Muchas de esas barricas, situadas en un edificio del siglo XVIII (es la bodega más antigua de Jerez), están decoradas con las palabras de ilustres o conocidos visitantes. Vimos firmas de reyes, princesas, militares, cantantes, pintores, personajes televisivos, médicos, literatos, etc.

“El toreo debe ser natural, y el coñac “Fundador”, reza la frase que firma Manuel Rodríguez “Manolete”, en el barril junto al que estoy fotografiado.

Un Domecq, Álvaro Domecq y Díez, estuvo junto a Manolete, su amigo, en el momento de su muerte en Linares, gracias a la cornada del famoso toro Islero, que lo elevó a categoría de leyenda, tras destacar por su arte en la tauromaquia y ser considerado Califa del Toreo, el último hasta el otorgamiento de este título honorífico a nuestro paisano Manuel Benítez, “El cordobés”. Alvaro Domecq fue ganadero, rejoneador y empresario, familia de bodegueros. Ahí se cierra el círculo que acoge a estos personajes, cuyo recuerdo me movió a posar junto a las palabras de este cordobés universal, quien un día dejó su rúbrica en los centenarios robles que acunan y crían el laureado caldo.

8 comentarios:

Jesús Herrera Peña dijo...

Joder Celtibético, hay que ver lo que te dio de sí la boda a la que fuiste a Cádiz.
Yo tengo un poquito de envidia y me pido ir también a una boda lo antes posible.

Salú y felicidá

Francisco Javier Domínguez Peso dijo...

Pues todavía me quedan cositas de esta boda y de la anterior. Siempre voy fijándome en curiosidades cada vez que viajo, para luego inspirarme. Y me falta otra boda viajera este verano.

Salud, Jesús, mucha salud, y felicidad.

Alfonso Saborido dijo...

Me vas a mandar a tomar por saco, pero es que verás, en Jerez, no hay ni barriles ni toneles. Hay 'botas' :)
Somos así, te lo dice un enólogo de estudios, aunque en su vida se dedique a trabajar en otra cosa, aunque mira, la enología no se me ha olvidado jj

Francisco Javier Domínguez Peso dijo...

Bueno es conocer los usos lingüísticos locales, Alfonso, no pesadez. Yo no soy enólogo y el usar diversos nombres para el recipiente es solo recurso literario. Aunque, ya que me das pie a ello, hago el chiste: "Sí, nos pusimos las botas en Jerez". Donde hay cosas buenas, bueno es aprovecharlo. Seguro que tú también harás lo mismo, jajaja.

EL QUINTO FORAJIDO dijo...

Has aprovechado bien la boda para conocer la bahía, yo a Jerez voy siempre como mirando al enemigo jejeje, por esa porfia que tenemos los Montillanos con los de jerez por ver quien tiene mejores caldos, pero está claro que los más listos en el tema de vender han sido siempre ellos.

Francisco Javier Domínguez Peso dijo...

Quinto Forajido, los caldos de Montilla-Moriles no tienen nada que envidiar a los jerezanos. Ya los romanos hablaban del vino montillano. Y los romanos no eran precisamente unos tontos, tampoco en cuestiones culinarias.
Ahora bien, si la boda se celebra en una bodega, hay que aprovechar para conocerla. Y eso hicimos durante la recepción, antes del ágape. Mira por donde Cádiz y Córdoba se encontraban hermanadas en esa bota con la que me fotografié. Y digo "bota" para contentar al amigo Alfonso, jajajaja.

Un saludo.

Anónimo dijo...

tengo que decirtelo, estás muy guapo, LÚI

Francisco Javier Domínguez Peso dijo...

Pues muchas gracias, Lúi, es usted muy amable (creo que demasiado, en fin).