Ave María “purísima”, purificada por el alcohol que inundó gargantas sedientas, y anatomías extasiadas y sudorosas, en los más de 40 grados de temperatura vespertina. "Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros" (Juan 1, 14). Se hizo carne y marisco, y arroz, y sardinas, jamón, chacinas, y bocadillos. Y fue regado con vino, cerveza, ron wisqui.... Y el año que viene, la coronación de la virgen. ¿Coronación?. “¡Una coronita, con limón!”.
La fe mueve montañas, montañas de hielo con que enfriar los cubatas y otros combinados, montañas de basura, de heces de los ungulados que desfilan soberbios y cansados, conducidos por jinetes prepotentes, orgullosos y aguerridos, después de beber la sangre de cristo, de vasos de plástico, de restos de botellas, de sobras de merendolas. Montañas de gomina que sujetaban melenas pijas, montañas de tela de trajes regionales, enfundando cuerpos maduros y de jóvenes que se inician en los ritos ancestrales del terruño. Montañas de decibelios de cantos de sevillanas, de equipos de sonido reproduciendo reggaetón, mákina, flamenquitos, y de gritos “piadosos” (¡guapa, guapa, guapa!), de ruidos de motores, de cláxones, de pateos en los remolques . Montañas de fe irracional, sumisa, fanática, embriagada, seguidora de los ritos sin discusión, sin reflexión, sin un atisbo de crítica, sin comprensión, como le gusta a las actuales jerarquías dominantes del “reino de dios en la tierra”. Y la masa, un año más, bajó su ídolo de la montaña.
ACTUALIZACIÓN
Vista la repercusión que está teniendo la redacción de este post, y visto que no se leen los comentarios y sus respuestas, hago las siguientes aclaraciones:
Este blog es personal, como he dicho más de una vez. No recoge opiniones ni del partido, ni del ayuntamiento. No he insultado a la religión, he criticado, de forma dramatizada e irónica (tal vez fue un error, del que pido disculpas, por el estilo) a los que denigran a la romería con sus actitudes poco piadosas: consumo excesivo de alcohol, conducir ebrio caballos o vehículos, esa ostentación del consumismo...”. Así lo he recogido en la contestación a los comentarios. Los hechos que me molestan, a mí y a más gente (incluidos católicos practicantes que me han hecho críticas de aspectos de las romerías que hemos visto, y a los que he tenido muchas veces que aclarar que la romería no la organizo yo), son el abuso, el desprecio a los demás, la prepotencia, la suciedad, el que se ponga en peligro a niños, ancianos y otros viandantes. Eso no lo hacen todos los participantes en la romería, pero algunos sí. Las romerías también deben mejorar, como lo ha hecho históricamente.
Algunos creen que me mofo de la religión. No es así. He utilizado, tal vez incorrectamente, (porque no se ha entendido) algunos elementos que creo no comprenden bien quienes se toman los actos litúrgicos como si fueran fiestas paganas. Son muchos los movimientos, incluso dentro de la iglesia, que históricamente han querido eliminar esas influencias no cristianas. He usado figuras literarias que no se han entendido. Por ello, porque no había intención de ofender, vuelvo a pedir disculpas a quienes se han sentido ofendidos.