miércoles, 12 de junio de 2013

La arruga es bella y nos sale cara. La deuda con el Estado de Adolfo Domínguez.


El modisto Adolfo Domínguez (al que llamo en broma "mi primo") realizó en 2010 unas declaraciones explosivas. Dijo que había que hacer una reforma laboral que instaurase el despido libre, para que "la gente se gane cada día su puesto". Además puso como un guiñapo al Estado del Bienestar, del que afirmó que fomentaba la pereza, a la vez que criticó que se financiara con deuda, pidiendo la privatización, entre otras cosas de la sanidad y la educación ("No creo que un profesor o un médico tengan que ser funcionarios, le quitan el estímulo de vida", dijo). La igualdad, para él, es una obsesión, un delirio de la izquierda, empeñada en conseguir derechos que no nos podemos pagar. Como vemos, un discurso muy asentado en la caverna que apoya al partido que después ganó las elecciones, y que justifica las tropelías que nos han infligido el PP en este año y medio de gobierno.

Entonces Adolfo Domínguez presumía de éxito, como diseñador y como empresario. Pero después hemos sabido que ha empezado a tener problemas. La crisis también le ha afectado. Incluso nos hemos enterado de que Hacienda y la Seguridad Social le han dado facilidades para cumplir con sus obligaciones, unas obligaciones que ha desatendido (la maldita pereza que propaga la izquierda), llegando hasta un montante de 4,2 millones de euros. El modisto ha conseguido que el Estado (el maldito Estado del Bienestar) le aplace el pago de sus deudas. ¡Cachis! Y nosotros pagando impuestos para sufragar los servicios de ese Estado que él aborrece y el rescate de la banca. Ahora que estamos en plena campaña del IRPF, menudo cuidado debemos tener con nuestra declaración. Y sin posibilidad de que nos faciliten el pago de "millones" de euros, de nuestra deuda. Pero la cosa tiene su truco, la clave de este trato está en que el FROB (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria, un organismo estatal) es titular de acciones de su empresa, al haberse quedado con las de Novagalicia. O sea, que el Estado es accionista de "mi primo". Y, claro, como hemos visto antes, "mi primo", este señor, buena propaganda que hace de la ideología de los que ahora mandan en ese aborrecible Estado. Y casi ha conseguido el despido libre que pedía entonces. Por eso yo me pregunto, ¿no habría que despedirlo a él, por no haberse ganado cada día el puesto de trabajo que tiene, que nos está costando una pasta gansa en los intereses de la deuda que él ha dejado con su agujero en las arcas públicas? (Repito: 4,2 millones de euros). ¿No habría que aplicarle las recetas que pidió para sus trabajadores?

En aquella entrevista de 2010 llegó a "comprender" a Díaz Ferrán, el patrón de patronos, que ahora está en la cárcel, acusado de numerosos delitos. A la luz de lo conocido no me extraña. Para él incumplir con el Estado no es malo, los malos somos otros, que fomentamos la pereza. Y encima somos accionistas de su negocio... Menudo asco. Por eso no quería que fuésemos iguales. A él sí tenemos la obligación de costearle sus derechos. La arruga es bella. Y a nosotros nos tiene arrugados.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Buenas
Debο rеconocer que haѕta ahora no me gustаba demaѕiado elsitіо, sіn еmbargο ultіmamente estoy entrando mаs veсeѕ у
me hа еmpezado a gustar.
Α sеguir іgual!

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Anónimo dijo...

ANDA Y QUE SE ACUESTE Y DE PASO QUE SE DEPILE LAS CEJAS