¿Cómo olvidar el sabor del pan con aceite y azúcar de las meriendas de la niñez? Imposible. Un manjar como éste es difícil de no recordar. De pequeño desayunaba otras cosas, pero cuando podíamos comer pan con aceite era una fiesta. Y no podíamos hacerlo frecuentemente, porque el aceite de oliva es caro, o mejor dicho, hay aceites más baratos. Pero no saben igual. A nadie se le ocurre tomar aceite de girasol, por ejemplo, en su tostada. Así que la "tostá con aceite", aceite de oliva, era y es un verdadero lujo. También por sus propiedades muy saludables, que en otro tiempo fueron denigradas, por motivos comerciales. Sin embargo, con la promoción de los productos locales, ya hace años que se ha puesto de moda el llamado "desayuno molinero", donde el pan con aceite tiene especial protagonismo. Y, así, también en los bares se puso de moda la tostada con aceite de oliva, a la que muchos añaden tomate, y/o jamón. De ahí que las aceiteras se prodigasen entre el menaje de los establecimientos.
Yo no tenía costumbre de desayunar fuera de casa, pero mis horarios laborales recientes me obligan a ello. De ahí que volviese a la "tostá", con aceite y azúcar, como de niño. Sin duda el aceite que te sirven en unos sitios no sabe igual que el de otros. Con la aceitera rellenable no conoces su origen ni su calidad, por lo que no puedes elegir. Ya se ha puesto de moda que te sirvan el aceite en pequeñas tarrinas de plástico con su marca y otras indicaciones. Pero no es lo normal. Lo corriente es la aceitera rellenable, de cristal o en forma de la tradicional alcuza de hojalata. Cosa que tiene los días contados, pues el gobierno ha decidido prohibir los envases rellenables, las aceiteras sin marca.
Unos aplauden la medida (productores, administraciones...), otros no la ven bien (consumidores, hosteleros...). Todo tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Y esto también. Tradición contra modernidad. Si se quiere evitar el fraude, creo que hay métodos mejores para ello. Si se quiere promocionar la producción local, lo mejor es que los precios no suban, pues, si no, el comerciante se inclinará por productos más baratos y de menor calidad. Sí es cierto que podremos conocer el origen y características del producto. Pero ¿y si esto es una excusa para subir los precios? ¿No nos venderán mantequilla alemana más barata? No sé, no sé. ¿Ustedes qué opinan? Yo espero no tener que volver a la margarina.
5 comentarios:
Creo que llevas toda la razón, pero... como siempre lo han hecho sin contar con nadie. El rodillo pepeísta.
Interesante artículo, gracias por la publicación.
jotaefe, sin contar con nadie y cuando Europa dio marcha atrás en una iniciativa similar. Pero éstos son "más listos". Los intereses agropecuarios de algunos "mandamases" del PP algo tendrán que ver.
Gracias, Alejandro.
Seguro que en Eurovegas se fuman habanos mientras se desayunan tostadas con aceite en aceitera rellenable, María. No lo dudes. Ese sí puede.
Saludos.
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