jueves, 30 de enero de 2014

Pedro J. deja El Mundo


No se ha muerto, no, aunque más de uno quisiera que dejase, no el periódico de ese nombre que dirigirá hasta el domingo, sino el mundo real y cruel en que vivimos los sufridos mortales. Es que Pedro J. Ramírez ha tenido que dejar el medio que creó, cuando le echaron de Diario 16, hace casi 25 años en compañía de sus fieles escuderos. Él, que parecía inmortal, también sufre como los vulgares ciudadanitos de a pie de los odios e inquinas de las "víctimas" de su trabajo de sabueso periodístico. Esos que le han hecho la vida imposible en los últimos tiempos, hasta que su empresa casi ha estallado, envuelta en pérdidas y con numerosos despidos. Porque sí, amigos y amigas, Pedro J. se va no por propia voluntad, sino porque, de nuevo le echan, aunque se mantenga en nómina (y menuda nómina, según cuentan). 


Ya no recibía el apoyo leal de esos que, ahora en el poder, él aupó a las más altas cotas de la soberanía real, ya que han preferido a otros medios con mensajes más dóciles y dirigidos por personas de fidelidad perruna. Quedan muy atrás los tiempos en que no escondía sus preferencias políticas, cuando encumbró a un joven Aznar, en compañía de otros compañeros de armas y pluma. Había que acabar con el Felipismo y él se entregó eufórico en la histórica empresa. Roldán, los GAL, Filesa... cada día una ración de dinamita contra el PSOE.


Luego se convirtió en consejero aúlico de José Mari, llegando a posar juntos en cualquier momento y función, demostrando su ascendiente sobre el líder de las Españas imperiales, como aquella escena candorosa de la Semana Santa de Carabaña, en la casa de otra estrella brillante del firmamento popular de entonces, Rodrigo Rato. Incluso no dudó en alabar la negociación con ETA que entabló Aznar, a diferencia de los furibundos ataques a la que desplegó Zapatero años después. Todo valía, para eso habíamos conseguido el poder. 


Pero su amigo Aznar también sucumbió a la soberbia del poder, embarcándose en la guerra de Iraq, lo que no gustó mucho a Pedro José. Y, para colmo, llegó el 11M, con sus atentados, sus víctimas, sus terroristas islamistas, que no quisieron llamar por su nombre para no perder las elecciones que debían entronizar al sucesor del líder. Y nos encontramos con un Ramírez dispuesto a vengar a los derrotados, haciéndose eco del bulo de ETA que propalaron durante aquellos fatídicos días, hasta mucho tiempo después de, incluso, haber terminado los juicios contra los participantes vivos en el atentado. Fue la operación de los llamados "peones negros", algo que terminó por olvidarse, hasta el punto de tener que reconocer la verdadera autoría, cuando la muerte de Bin Laden, en una noticia, que luego quitaron de en medio, cuando se dieron cuenta del gazapo.


Con Zapatero presumió de su amistad. El poder le gusta a Pedro, y las prebendas que se reparten a su alrededor, también. Mas, como en otros casos, el idilio dura "lo suficiente" y nuestro Bob Woodward riojano decidió acabar con el de la ceja. Así que se cobró algunas cabezas, como la del ministro de justicia Mariano F. Bermejo, el juez Garzón o la de Pepe Blanco... y hace fuego con el caso Faisán, UGT, los EREs, la negociación con ETA, la crisis financiera... Y, de nuevo, cambio de gobierno, con Pedro José del lado de los ganadores.


Lo malo es que Mariano Rajoy, el nuevo presidente, tiene muchos "pretendientes de su afecto" en los medios. Y pronto, nuestro adalid de la "verdad" siente celos. Y, tras una comisión rogatoria a Suiza por el caso Gürtel, se pone al lado de los que habían sacado este caso de corrupción del PP, cuando se descubren las cuentas del ex-tesorero, Luis Bárcenas. Y eso que hasta echaron antes una mano a Rajoy negando entidad al caso Gürtel.


Publican las cuentas en B del antiguo tesorero popular hace algo más de un año, cuando el PP ya llevaba un buen periodo de gobierno haciendo lo contrario de lo que prometió en su programa electoral y contradiciendo los "amables consejos" del rotativo de Ramírez. Así que Pedro José se quedó sin la ayuda de la oposición, a la que había vapuleado cuando era gobierno, y sin la simpatía de partido actualmente gobernante, al que tanto había apoyado. Con lo que se vio entre dos fuegos. Fuego que se avivó mucho más con su manía de meterse en líos, como el de buscar las cosquillas de la Casa Real, con las famosas cacerías, los líos de faldas, o los asuntos del yerno Urdangarín. En el PP, objetivo de todas las miradas, no ha sentado muy bien este poner en el filo de la navaja hasta las instituciones del estado. Y se han sentido abandonados.


Ahora, el pobre Mariano ha buscado el amparo de otros medios, dirigidos por militantes fieles, dispuestos a no poner en peligro la empresa popular. Los ministerios, autonomías, diputaciones y ayuntamientos de la gran familia popular dejaron de comprar periódicos y de insertar publicidad institucional en el medio de Pedro J, volcándose en la "prensa amiga" y de confianza. Así que la crisis financiera llegó a El Mundo, con lo que los malos resultados terminaron por poner en bandeja la cabeza del hasta ahora todopoderoso. Deberían haber hecho con él como en tiempos del imperio romano, cuando en pleno desfile victorioso subían al carro del general homenajeado a un esclavo que no paraba de repetirle "memento mori" (recuerda que vas a morir), para que la soberbia no le hiciese perder el sentido de la realidad. Pero no ha sido así y la espada de Damocles ha caído sobre la cabeza del otrora omnipotente director de periódicos. Muchos han terminado abandonádole a su suerte. Y su suerte estaba echada desde hacía tiempo. Incluso yo mismo hice una broma con la presunta profecía maya del fin del mundo, haciendo un juego de palabras y un montaje sobe su periódico.


Solo faltaba que la quiebra asustara a los dueños de su empresa. Con lo que el rumor que corría por doquier hace tiempo ha terminado convirtiéndose en realidad. Es la forma "civilizada" que tiene el poder económico y su subordinado político de hacer las cosas: descapitalizar para luego cerrar. Y a Pedro J. le han cerrado todas las puertas. Su soberbia, para colmo, le ha impedido ver el destino que le esperaba. Debería haber recordado que era mortal. Son muchos los que lo están celebrando.

2 comentarios:

Jesús Herrera Peña dijo...

Magnífico, extraordinario y bien escrito artículo.
Te aplaudo.

Francisco Javier Domínguez Peso dijo...

Muchas gracias, Jesús. Solo he querido y podido hacer un resumen muy apretado de la trayectoria de este personaje, cuya vida demuestra que hasta el más alabado de los dioses es mortal.