domingo, 19 de enero de 2014

Lluvias en Palma, en otras épocas


En estos días de lluvias que hemos tenido, con alertas por nieve, incluso, en las comarcas cordobesas de las Sierras Subbética y de Los Pedroches, donde el temporal ha causado numerosos daños en varias provincias andaluzas, recordándonos que nos acercamos al ecuador del invierno, es cuando nos inclinamos a rememorar estampas del pasado (a cubierto y con calefacción) con situaciones similares. En fechas pasadas ya escribí y publiqué imágenes de inundaciones y temporales del siglo pasado, con motivo de su repetición en esos momentos. Hoy traigo otras imágenes sacadas del archivo fotográfico de Miguel Santos. Tres correspondientes a un paseo nocturno por Palma del Río, en plena lluvia, y dos de las riadas de finales de los años 50 o de las de primeros de los 60. La que encabeza la entrada es de la calle Feria, del 20 de noviembre de 1955. En ella vemos, a la izquierda, la antigua tienda de Guillermo Iglesias, con un pequeño escaparate en forma de ventana, cerrado con maderas, tras la entrada de entonces. Tras la salida de la Calle Cuerpo Cristo, estaba la edificación que en la planta baja usaron como escaparate de sus productos, hoy día también sustituida por nuevos edificios. A la derecha se atisba la esquina de la iglesia de Santo Domingo, con el letrero que da el mismo nombre a esa calle (ahora llamada Madre Carmen) en la fachada del edificio que conforma la otra esquina, donde en mi niñez estuvo la original Tienda Chica. Y más allá la tienda de "las Pulías", el estanco de Adolfo de la Torre y la imprenta Higueras (entre otras cosas destacables). La iluminación es buena, por lo que podemos apreciar el agua caída y los charcos formados entre los adoquines.


Luego podemos ver continuar el paseo llegando a una calle peatonal, como se aprecia por el pavimento enlosado, que bien podría ser la calle Barbera (entonces Teniente Molero), pero la escasa iluminación nos impide concretar con certeza. En esta imagen, como en la anterior, no se aprecia gente, ni vehículos, por lo que se tomarían a horas avanzadas de la noche, en plena lluvia. 


La siguiente, aunque de peor calidad, es la más interesante, para mí. Siguen el mismo recorrido nocturno, pero vemos (a duras penas, cierto) que el fotógrafo (Miguel Santos) está acompañado de otra persona, que porta un paraguas, mientras se hace la foto. La iluminación es también muy escasa, pero nos permite ver lo suficiente para entender que nos encontramos en la calle San Sebastián, en el ensanche que ahora el Ayuntamiento ha rotulado como si fuese una plaza, con el nombre de Plaza Jesús Nazareno. Vemos el refugio que hay en el centro con los bancos de granito y los árboles. Hay que hacer un pequeño esfuerzo, pero se aprecian. A la izquierda está la entrada del Hospital de San Sebastián, con su arco de medio punto, junto a la farola. A la derecha la vía se prolonga hasta la calle Feria, con la casa que fue de Soledad López, pariente de mi padre por parte de su primera mujer y madre de Pepe León, el de la Oficina de Empleo, al fondo, haciendo esquina con la calle José de Mora, calle donde nací y viví hasta 1981. Y digo que es la más interesante de la tres, pues la fotografía está tomada para reflejar la cruz que entonces había allí, que se aprecia delante del edificio que el ayuntamiento adquirió de la Comunidad de Regantes del Genil, para ampliar la residencia de ancianos del Hospital. Yo recuerdo que mi padre decía que esa cruz que había en la calle San Sebastián, que luego fue adosada a la fachada del Hospital, cerca de la iglesia, era la "auténtica" cruz de los caídos, no la que había en el Arquito, sufragada por Felix Moreno Aradnuy, y que antes estuvo en la plaza del ayuntamiento. Mi padre fue miembro de la Hermandad de Jesús Nazareno (conservamos durante años su túnica morada) y esa fue la preferida por muchos ex-combatientes franquistas de la Guerra Civil, teniendo su sede en el Hospital, por lo que consideraban aquella como "su cruz de los caídos" original. En esta imagen vemos el emplazamiento original en los años 50.


Y luego terminamos el recorrido con fotografías no datadas por Miguel Santos, que bien podrían ser de la riada de 1963 o de otra de finales de los 50. Está tomada la primera desde la Fábrica de Harina, y vemos el camino de la Chirritana anegado, hasta las huertas, por el Genil. El azud (o la "sua", como lo llamamos popularmente en Palma) está bajo las aguas del río, y el tajamar y pilar del antiguo puente de San Francisco Javier  está cubierto, dejando ver solo las plantas que crecieron encima.


La última imagen es de la misma época y está tomada en la calle Rio Seco, desde el Cerro de la Iglesia. Vemos otra riada (o tal vez la misma anterior), en la que se ha inundado la calle, no asfaltada entonces. Pienso que podía ser del temporal de 1963, porque ya publiqué una foto de Manolo Godoy, el del Bar El Latero, de esa riada, pero tomada desde la entrada del caminillo de Gloria. Mi suegro y el Latero eran íntimos amigos, y aficionados los dos a la fotografía. Algunas que tengo de los dos, coinciden en el tiempo en diversos hechos. Seguro que el que aparece en la foto de la calle San Sebastián con el paraguas era Manolo. En la foto vemos el río Genil traspasar las vallas de la Huerta de Pepito, "El Niño Gloria". A la izquierda el convento de Santa Clara. Y al fondo se aprecia el taller de Pepito "El Largo", y, por encima, el techo y la espadaña de la Ermita de la Coronada. Si ampliamos la imagen veremos cómo dos personas montadas en equinos (burros, mulos o caballos) cruzan las aguas al hilo de la muralla que delimita el convento de Santa Clara. Afortunadamente esta situación, las riadas, aunque se ha repetido en los últimos años, no la hemos padecido en estos días. Pero estas imágenes nos recuerdan que las fuerzas de la Naturaleza no se deben menospreciar.

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