viernes, 14 de noviembre de 2014

La foto del viernes: el cometa 607P, abordado por la sonda Rosetta


Los cometas eran fenómenos espaciales temidos por los seres humanos en la antigüedad. Cuando nuestros antepasados veían estos cuerpos celestes, cuya existencia no sabían explicar, lo relacionaban con catástrofes futuras o inmediatas, con desgracias por venir. Creían que eran señales divinas que presagiaban castigos por nuestras maldades o hechos luctuosos como la muerte de un rey querido. Aunque algunos casos tuviesen una dimensión opuesta, como la supuesta estrella que guió a los reyes magos de oriente en busca del mesías que iba a nacer en Belén. Fuese por el presagio que fuese, siempre causaron temor al  hacer su aparición. Sin embargo, con los avances científicos hemos aprendido mucho de estos cuerpos celestes. Y mucho del miedo antes provocado ha desaparecido. Sabemos que están formados por hielo y otros materiales congelados, que al acercarse al Sol se subliman formado esa cola tan característica alrededor del núcleo sólido. El que se suponga que contienen agua ha hecho pensar que puedan transportar también materia orgánica, con lo que pueden ser el origen de la vida en la Tierra. De ahí el interés por estudiar de cerca los cometas. La sonda Rosetta (nombre derivado de la piedra que sirvió para descifrar la escritura jeroglífica egipcia), lanzada por la Agencia Espacial Europea lleva 10 años tras un cometa, con la intención de posar un módulo robotizado, el Philae, con el que estudiar in situ el cometa 607P. Esta semana ha conseguido posarse en su superficie. Los científicos esperan obtener interesante información del cometa en esta misión, aunque no las tengan todas consigo. Podrían aclarar muchas cuestiones trascendentales para la vida con ello. Es magnífico que los europeos seamos capaces de acometer misiones como ésta. Es una pena que otras misiones menos arriesgadas y complejas, y más próximas, como acabar con la crisis, el paro, el hambre y la pérdida de derechos humanos, no seamos capaces de llevarlas a buen término. Paradojas de estos tiempos.

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