viernes, 26 de diciembre de 2014

La foto del viernes: el discurso del rey y el enigma del sofá


Algunos tenían curiosidad por conocer el primer discurso de navidad del nuevo rey. Otros no teníamos tanto interés, aunque lo escuché por la radio. La posibilidad de que se refiriese a su hermana Cristina, recientemente imputada de dos delitos fiscales, añadía morbo por conocer sus palabras. No me gustó. Cosa que no es novedad, pues no disfruto con las felicitaciones navideñas reales, salvo cuando hay algo que mueve a la risa. Las de televisión no suelo escucharlas. Solo leo los comentarios del día siguiente (esos sesudos análisis sobre sus temas explícitos e implícitos que nos dedican los profesionales del periodismo). Sobre su contenido no me apetece entrar, pues son generalidades que tienen poca enjundia. Si bien denotan cierta puesta al día de los asesores que le ayudan a redactar sus palabras, aunque en la línea gubernamental de echar la culpa a los demás (caso Cataluña, por ejemplo) o de meter en el mismo saco a todos (incluidos los ciudadanos) como en el caso de la corrupción. Lo que me ha inclinado a escribir es la puesta en escena, una vez que he visto las imágenes. Parece que le han enviado al rincón, como a los niños malos. Con solo dos fotos suyas con su mujer y sus hijas. A sus padres también lo han enviado al rincón, pero lejos, a otra esquina de la habitación, junto al Belén, como si fuesen los reyes del "nacimiento" (o sea Herodes y compañía, feo, feo). Solo la bandera le da un toque solemne. Y, en medio, el sofá. Un sofá rojo, vacío, ocupando la mayor parte del escenario. ¿Una metáfora? ¿Era el espacio destinado a los españoles que han sido olvidados en la crisis por Estado?¿Era el sofá del pequeño Nicolás donde echó la siesta Arturo Fernández, el jefe de los empresarios madrileños? Recuerda también al monolito de la película 2001, una odisea del espacio. Esa máquina extraterrestre colocada allí para controlar el experimento con los primates, que evolucionarán en humanos. ¿Era la máquina de Rajoy para controlar al rey, para controlarnos a nosotros, tan díscolos últimamente con las instituciones, tan republicanos? ¿Es la metáfora del poder real, el verdadero, el que se escapa a nuestro control, el que nos observa sin ser observado, como un fantasma? El enigma del sofá.

2 comentarios:

Jesús Herrera Peña dijo...

¡¡Pues anda que...!!
¡Y de las dos lámparas, ¿qué me dices?!
Y del ramo de las flores de pascua también se pueden extraer muchas pistas aclaratorias.
Y las cenefas del dibujo de la alfombra del suelo, también hablan por sí solas.

No me digas que no...

Francisco Javier Domínguez Peso dijo...

De la lámparas, pues que podrían ser los leones de las Cortes (el sofá, vacío, como muchos escaños), que se han quedado así de escuchimizados de tantos recortes. Claro que también hay quien dice que son el trasunto de Letizia, o que son a su estilo de moda. Las flores, la alfombra... Vamos, que se han pasado en eso de dar imagen de austeridad. Eso daría para otra entrada. En fin.