miércoles, 14 de octubre de 2015

Íñigo Errejón y la fiesta nacional


Llevamos varios días de polémica acerca de la fiesta nacional del 12 de octubre. Que conste que, como no soy nacionalista, el que haya una fiesta así no me resulta imprescindible, pero si queremos una jornada de exaltación de lo que nos une a los que vivimos en este país llamado España (nombre que no me produce repelús de ningún tipo utilizar, a diferencia de nacionalistas periféricos varios), tampoco tengo inconveniente en que exista. Lo malo es que, como estamos viendo, el ponerse de acuerdo en la fecha, parece cosa difícil.

La fecha del 12 de octubre, aniversario del "descubrimiento" de América (y día de la Virgen del Pilar, para los católicos), es la madre del cordero del asunto. No voy a entrar en el fondo de la cuestión. Solo diré que se ha formado una buena diarrea (nunca mejor dicho, a propósito de ciertas insolentes palabras de un conocido actor) de opiniones con el recurrente prejuicio de la llamada leyenda negra de la conquista americana. Conquista que no fue modélica, pero que ha servido para que los descendientes de los conquistadores (disfrazándose de indígenas) se librasen de la jerarquía colonial española con las independencias de sus respectivos países (convertidos en cotos privados de nuevas oligarquías) justificando así su nuevo dominio "neocolonial", aunque disfrazado en casi todos los casos (según conviniese) en regímenes tanto conservadores como supuestamente de izquierda.

Podemos ha lanzado la idea de cambiar la fiesta nacional de fecha. Como pretenden no ser ni de izquierdas ni de derechas, ni nacionalistas ni anti-nacionalistas, lo mismo piden su abolición por los motivos antedichos, que conservarla con "contenido" diferente. Esto último es lo que ha hecho Íñigo Errejón, que ha propuesto el cambio al 19 de marzo, día de la Constitución de Cádiz, la Pepa. Y lo justifica en que “sería una fecha que uniría a todos”. ¿A todos? ¿Está seguro?  La Constitución de Cádiz fue un avance en el tiempo en que se promulgó (que solo duró dos años, por cierto), pero un avance limitado por prejuicios nacionalistas, conservadores, colonialistas, machistas, religiosos, etc. Ya analicé en otra entrada antigua el valor y los aspectos, también, negativos de aquel texto constitucional. 

¿Nos une a todos el voto solo masculino, la religión católica obligatoria (“En el nombre de Dios Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, autor y supremo legislador de la sociedad...”; “Art. 12. La religión de la Nación española es y será perpetuamente la católica, apostólica, romana, única verdadera. La Nación la protege por leyes sabias y justas, y prohíbe el ejercicio de cualquiera otra.”), la esclavitud, el veto real...? Me parece que Errejón se ha terminado creyendo la propaganda del gobierno respecto de aquella constitución "liberal". O es que, en su viaje a la superación de las ideologías, Podemos es capaz de aceptar también planteamientos reaccionarios

Ya sé que el régimen de la transición no le gusta a este partido emergente, pero la Constitución de 1978 es mucho mejor que la Pepa de 1812, con todos sus defectos. No es plenamente "liberal", o conservadora, y gracias al consenso, también tiene apartados claramente progresistas ("España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político."). Su desarrollo y aplicación es lo que falla, pero ese es otro cantar. 

Si queremos "otra fiesta nacional" no hace falta inventarla. Tenemos el 6 de diciembre, Día de la Constitución, para ello. La Pepa queda ya demasiado lejana e idealizada. Y si queremos otro día de fiesta a mantener en el calendario laboral (cosa que no está nada mal, por cierto) busquemos otro motivo o excusa. Da igual, algo que no moleste a nadie. Pero buscar "antiguallas", sin tener en cuenta su verdadero significado, es volver a caer en el mismo error conservador que tantas veces se critica.

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