Esta mañana en el colegio donde trabaja Ana, el CEIP Ferrobús, ha estado haciendo una visita la castañera. Una señora disfrazada como anciana que enseñaba a los niños las delicias de esta fruta, la castaña, tan del otoño. La presencia de castañeras o castañeros es todavía frecuente en nuestras calles, sobre todo a finales de octubre y principios de noviembre, prolongando su estancia incluso hasta diciembre. La castaña en algunos lugares era tan apreciada que se usaba como sustitutivo del pan. Aquí los puestos de castañas, donde te las vendían crudas o asadas, han estado siempre presentes en el otoño. De niños comprábamos habitualmente un paquete de castañas, una especie de cucurucho de cartón con el fruto asado, en los diversos puestos repartidos por nuestra ciudad, especialmente el que montaban los Bariches en la calle Castelar. Hoy día, afortunadamente, siguen instalando puestos de este tipo en nuestras calles, permitiendo gozar de estos productos. Está bien que también en los colegios se enseñe a los niños estas tradiciones tan nuestras, y no tanto esas modas tan artificiosas venidas de fuera. Por eso la foto del viernes se la dedicamos a la entrañable castañera en su puesto, asando las castañas. En este caso, en una estatua que encontramos en el Paseo del Espolón, junto al río Arlanzón, en la bella ciudad de Burgos.
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