martes, 10 de diciembre de 2013

Haciendo el tonto en el funeral


Una cosa que me ha disgustado siempre es ver a gente en los funerales divertirse como si estuviesen en otro momento diferente. El que la inmensa  mayoría de estas ceremonias se oficie como rito religioso hace que muchas personas, que van solo a expresar su pésame a la familia del difunto, prescindan de los ritos litúrgicos, esperando a su fin para dar luego las condolencias. Mientras tanto no es raro que se distraigan hablando fuera del templo o en el cementerio, pues estos actos sociales sirven también para reencontrar a viejos amigos, familiares alejados en la distancia, o antiguos compañeros de estudios o trabajo, que coinciden al reclamo de la despedida del finado. Eso no me parece mal. Yo mismo lo hago siempre. Sobre todo después de que determinado presbítero ya no residente en estas tierras, hace años, nos amonestara a la mayoría de los presentes acusándonos de "no estar en paz con Dios", ya que no nos habíamos acercado a comulgar. Desde entonces, en ese templo, decidí no entrar en este tipo de ceremonias. Pero lo que me molesta es que se falte al respeto del difunto y se moleste a los familiares que ha sufrido la irreparable pérdida hablando, e incluso, riendo en pleno acto en el interior. El que no haga caso de la ceremonia que se vaya al exterior, como yo hago. Eso es lo que ha ocurrido hoy en el funeral de Nelson Mandela, donde se han dado cita numerosos personajes del mundo mundial: mandatarios, artistas, deportistas... El presidente Obama ha sido un protagonista de excepción. No solo por su saludo a Raúl Castro. Sino (y eso es lo criticable) por sus fotos divirtiéndose con el premier británico, David Cameron, y con la primer ministra de Dinamarca, Helle Thorning Schmidt, mientras se hacían fotos como adolescentes con el teléfono móvil. Unas fotos que han dado la vuelta al mundo, por su falta de sensibilidad, por esa fiesta que montaron en un acto en sí triste. Alguien ha dicho que hicieron el tonto en pleno funeral. Eso pienso también. Y, a la luz de la cara de la esposa del presidente de los Estados Unidos, seguro que ella opina lo mismo. 

4 comentarios:

Unknown dijo...

La gente, mucha gente, va a los funerales a cubrir un acto social. Nada más. No nos podemos extrañar.

Francisco Javier Domínguez Peso dijo...

Sí, claro. Es lo que cuento. Pero ¿hay que convertir todo acto social en diversión, cuando el mundo está pendiente de estos personajes?

José Felipe dijo...

...y nuestro nunca bien "ponderado" Rajoy acordándose de Iniesta

Francisco Javier Domínguez Peso dijo...

Cuando el sabio señala la Luna el necio mira el dedo