Tarde de comida en la Sierra de Córdoba. "De perol", como se dice por estos lares. Disfrutando del frescor del monte y la puesta del sol. Con la mejor compañía.
El castillo de Almodóvar asomando entre la bruma y burlando el humo de las chimeneas de las casas de campo, para mostrarnos su orgullosa mole.
El observador con la fortaleza al fondo, comprobando que ha quedado registrada como se merece. La naturaleza nos rodea con pasión y éxtasis embriagador. Un plan insuperable para un día festivo.
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