viernes, 1 de febrero de 2008

Confesión

Ya está hecho. Hasta hoy, cuando volvía a casa por la tarde del ayuntamiento para comer, siempre me acompañaban Jorge Javier y Carmen. Tras mañanas de estrés, de tensiones, con ganas muchas veces de tirar la toalla, cansado, algunas ocasiones deprimido, muchas veces con el hastío de tener que volver a reuniones, actos y otras obligaciones del cargo por la tarde, de lunes a viernes, entre cucharadas del guiso, trozos de carne o pescado y mendrugos de pan, se colaban frases célebres como: ay, ay, ay; I punto, P punto; Andreíta, cómete el pollo; vivo poyeya; que fuerte, que fuerte, que fuerte; Toma que toma que toma que toma que toma tá. El lunes ya no se oirán.

Se decía que éste era el paradigma de la telebasura, se olvidaban de Crónicas Marcianas, La Noria, u otros "medios basura": la COPE, Libertad Digital, las "investigaciones" de El Mundo. Con el "Tomate", algunos (muchos más de quienes lo reconocen) se desahogaban viendo cachondearse de las miserias de los famosos y otros personajillos. Yo también.

Pero, se acabó. Los programas por el estilo seguirán en todas las televisiones y otros medios de comunicación relatando los llamados asuntos del corazón (las más de las veces "de los bajos de la anatomía"). Pero Aquí hay tomate ha muerto. Ya buscaremos entretenimiento adecuado para las comidas. Descanse en paz.

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