viernes, 7 de diciembre de 2012

La foto del viernes: banderas el día de la constitución


Ayer fue el Día de la Constitución. Cualquiera lo diría. El actual gobierno del PP, en su afán de recortar, ya avanzó que tenía la idea de quitar esta festividad para ahorrar y trabajar más días al año, porque se forma siempre un gran "puente" (laboral, de esos que nos gustan tanto a los españoles) y no estaban dispuestos a quitar la otra fiesta, la católica de la Inmaculada, para ello. El calendario laboral para 2013 no la ha suprimido, pero las negociaciones con la Conferencia Episcopal siguen. Ya sabemos quiénes son los intocables en este país. Por lo pronto lo que han eliminado es la celebración en el Congreso de los Diputados, esas jornadas de puertas abiertas que se habían convertido en la tradicional ocasión de poder ocupar el Congreso por parte de los ciudadanos. Tendrían miedo a tantas convocatorias que hemos tenido en estos meses y temerían que los ciudadanos le cogieran gustito al escaño y decidieran quedarse. Mejor, no permitirlo, habrán pensado. Total, para lo que hay que celebrar... ¿Se habrán leído el texto constitucional? Si es así (eso creo, pues alguno se lo tendría que haber estudiado para las oposiciones), pronto se han olvidado de ello, aunque la nombren como si del misterio de la Santísima Trinidad se tratase. .


Quienes sí ha aprovechado el día de ayer en Madrid, en la plaza de Colón, fueron sus correligionarios más acérrimos para sacar a las calles sus banderas y sus himnos. La Constitución fue el intento de implantar la racionalidad en la convivencia ciudadana. Las ideas de libertad, igualdad, progreso, democracia, pluralismo, derecho, ideas basadas en la razón, se introdujeron en su texto. Hoy día, sin embargo, son otras las palabras que triunfan: patria, bandera, sentimiento, indignación, orden, crispación...la irracionalidad está triunfando por todas partes. Los nacionalismos de uno y otro signo (o nación) hacen uso de los sentimientos y las sensaciones. La radio ayer emitía la canción de Jarcha, Libertad sin ira, en recuerdo de la Transición. La ira se ha adueñado en estos tiempos de la política, dejando a un lado los valores de la razón. Los partidarios de la ira contra los nacionalistas (los otros nacionalistas) y de la "sacrosanta unidad de España" confundieron el día y cambiaron la Constitución por el grito de unidad de España y sus banderas, que, como vemos en la imagen del principio, algunas no son ni de España ni la constitucional, pues le añaden símbolos religiosos, contrariando el artículo 16.3 del texto constitucional. Algunos decían que iban a defender la Constitución cuando ni siquiera votaron a favor en el referéndum del que se celebraba ayer el 34 aniversario, unos porque no habían nacido, otros porque la consideraban una traición a Franco. No fueron a defender la Carta Magna ni sus valores, fueron a ondear banderas y gritos de ira, convocados por lo más ultra del apoyo al PP. 


Mientras, en Barcelona, los mismos miembros del arco ideológico se manifestaban también. Y llevaban, además de las banderas, pancartas donde acusaban a los otros nacionalistas (los catalanes) de tapar los recortes que está haciendo la Generalitat de Artur Mas con sus banderas, las senyeras, las esteladas.  ¡Qué sarcasmo de país! ¿No se dan cuenta que sus colegas de Madrid hacían lo mismo, pero respecto a los recortes de Rajoy? Lo dicho, la irracionalidad se ha apoderado de la política. El fanatismo nos venda los ojos y hasta el cerebro con las banderas. 

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