domingo, 2 de diciembre de 2012

Leyendas de Palma: los Templarios



Otra de las historias que suelen contarse de Palma del Río, y que entran en el terreno de lo legendario, es su antigua pertenencia a la Orden del Templo, o sea, a los Templarios. Algo que he oído más de una vez, e incluso leído. Sin duda, eso da un interés añadido a nuestra historia local, pues a lo erudito se añade el interés por lo misterioso. Y de misterio es lo que se suele impregnar nuestra curiosidad cuando suenan las palabras “Temple” o “Templarios”. La novela histórica está de moda en nuestros tiempos y son los templarios habituales habitantes de relatos novelescos que se venden con notable éxito. ¿Qué hay de cierto en esa afirmación del origen templario de la Palma medieval?

La torre de la puerta Norte, desde el solar de la antigua alcazaba

Sabemos que el núcleo urbano actual tiene su origen en la etapa musulmana. De ella guardamos los restos del Castillo o Alcazaba almorávide y la Muralla almohade, que protegió al asentamiento poblacional que buscaba cobijo junto al castillo. Esa muralla tiene una torre de factura imponente, la que guardaba la entrada Norte al recinto. De planta heptogonal (aunque parece octogonal), actualmente es ocupada por la antigua Capilla de Nuestra Señora de las Angustias, en lo que se conoce como Arquito Quemado. La Capilla la ordenó erigir Francisca Manrique, esposa del VII señor de Palma, Luis Portocarrero y Velasco, en conmemoración de la victoria sobre las tropas musulmanas que cercaron Palma (como respuesta a la derrota en la comarca de Utrera en 1483), cuando éstas quemaron la entrada de esta puerta del recinto amurallado.

Restos del Castillo de Almenara

¿Hay otros posibles vestigios templarios en Palma? Veamos. El VII señor de Palma adquirió el Castillo y territorio de Almenara, en la actual Peñaflor (Sevilla). Sabemos que la patrona de Peñaflor es la Virgen de Villadiego, que tiene una ermita en las afueras del pueblo, construida a finales del siglo XIII o principios del XIV, cercana a un poblado de colonización llamado precisamente Vegas de Almenara. El historiador Manuel Nieto Cumplido, en su libro Los orígenes del regionalismo andaluz, sitúa una reunión de urgencia de la Hermandad General de Andalucía en esa ermita, en 1319, para ponerse de acuerdo los diversos consejos a la hora de nombrar tutor del rey menor Alfonso XI de Castilla, ya que sus tutores habían muerto en la Vega de Granada, y así acabar con el vacío de poder, que afectaba, sobre todo a estas zonas cercanas a la conflictiva frontera con el reino nazarí. Más de una reunión de esta Hermandad General se celebró en aquellos tiempos en territorio del Señor de Palma. Curiosamente, la Ermita de la Virgen de Villadiego tiene una torre defensiva de planta octogonal, como parece la torre de la Capilla de las Angustias. Este santuario, que a principios del siglo XIV, como se ha dicho, pertenecía al señorío de Palma, era muy frecuentado por los palmeños, según Nieto Cumplido, que consideraban a su virgen como patrona, siendo la actual Virgen de Belén la heredera de esa devoción. Tras el cambio de la madre del río Guadalquivir, la ermita de Villadiego fue perdiendo adeptos, al quedar encuadrada en el vecino municipio de Peñaflor.

Ermita de N. S. de Villadiego

¿Tienen estos templos fortificados relación con los Templarios? Por su planta octogonal, algo diferente a la usual planta de cruz latina, alguien podría ver relación con esta Orden Militar. Son muchos los ejemplos de templos erigidos por la Orden del Temple que tienen planta octogonal, decagonal o circular. Algo que muchos han querido ver con un significado esotérico. Sin embargo sabemos que en el actual término de Peñaflor, por ejemplo, como en otros territorios de la Vega del Guadalquivir, la orden militar que se estableció en la Edad Media fue la Orden de San Juan del Hospital de Jerusalén, concretamente en Almenara, el señorío incorporado a la Casa de Palma. De los templarios no se nos habla. Palma, al ser conquistada pasó a manos de la Corona, hasta que fue entregada al genovés Egidio Bocanegra en premio a su contribución a la victoria en la guerra del Estrecho, por Alfonso XI. Aquí tampoco tenemos, por tanto, noticia histórica de su pertenencia a una orden militar. Fue, posteriormente, su descendiente Luis Portocarrero, VII señor de Palma, quien ejerció poderes similares a los del Maestre, como Capitán General, pero en la Orden de Santiago, gracias a una previsión de los Reyes Católicos, cuando el maestre faltase. Las órdenes que sí prosperaron aquí fueron religiosas (dominicos, franciscanos...). Pero, sigamos.

Iglesia templaria de la Vera Cruz (Segovia)

Ya hablé en otra entrada de otro asunto legendario, el de los túneles y su posible relación con cámaras secretas en diversos puntos del recinto amurallado y el casco histórico adyacente. Eso añade un toque más de misterio al asunto que tratamos hoy. Los Templarios, al disolverse en 1312, dicen algunos que se llevaron consigo un gran tesoro. Los que sobrevivieron, pues muchos fueron ejecutados. Unos autores hablan de riquezas, las que acumularon en su etapa de banqueros y comerciantes de supuestas reliquias religiosas, y en las guerras de las Cruzadas. Otros hablan de otro tesoro mayor, el Santo Grial, sea la copa de la última cena de Jesús, sea la interpretación que dieron en sus libros El enigma sagrado y El legado mesiánico los autores Henry Lincoln, Michael Baigent y Richard Leigh, cuya tesis sobre María Magdalena asume la conocida novela de Dan Brown, El Código Da Vinci. ¿Pudieron albergar esos túneles palmeños, que comunicarían la alcazaba con el reciento amurallado, algún tesoro de importancia? Templarios, misterios y tesoros vuelven a darse la mano otra vez aquí, en los mismos lugares.

Bóveda de la Capilla de las Animas, antigua Ermita de Belén (Convento de S. Francisco)

Otro de los hechos importantes de la historia de Palma fue la fundación del Convento de San Francisco. Ésta se posibilita con la cesión de la ermita de la Virgen de Belén para enfermería al servicio de los conventos franciscanos de San Luis del Monte y de Santa María de los Ángeles, por parte de los Condes de Palma Luis Portocarrero y Leonor de la Vega Girón. La ermita estaba situada aproximadamente a un kilómetro de la villa. Se dice que el IV señor de Palma, de nombre también Egidio Bocanegra, tenía buena relación con los franciscanos. Su antepasado vino de Italia. Éstos introdujeron la devoción por la Virgen de Belén, traída desde Tierra Santa, a través de Italia. El VII señor de Palma, al que antes nos hemos referido, ordenó en su testamento a su hijo Luis que terminara la Casa de Belén, para los frailes observantes de San Francisco. Cuando el convento está en pleno apogeo, sobre el año 1600, los Condes trasladan la ermita al otro lado del Guadalquivir, a una finca conocida como la “Fuente de los Condes”, donde se sitúa en la actualidad. Otra vez vemos coincidencias: Tierra Santa, franciscanos, los señores de Palma, Cruzadas... Los franciscanos llegaron con las Cruzadas a Tierra Santa y allí siguen, los Templarios fueron perseguidos y disueltos, según algunos, con la colaboración de los seguidores de San Francisco de Asís. Pero estos hechos son posteriores a la afirmación de su presencia en nuestras tierras.


Vemos que la supuesta presencia templaria que nos sugieren algunos datos, no se confirma. Los posibles vestigios arquitectónicos no son sino elementos defensivos militares, con coincidencias constructivas de la época, que, posteriormente, pasaron a ser lugares de culto, aunque no regentados por la Orden del Temple. Los depósitos subterráneos ocultos de los tesoros siguen sin aparecer. Puede que alguien siga interesado en su búsqueda, tanto por motivos lúdicos como históricos. Pero si queremos ver templarios en nuestro suelo, solo nos queda tirar de hemeroteca (o videoteca) y recordar cuando los cruzados, las tropas de Saladino y otros personajes se pasearon por Palma en el rodaje de la película El reino de los cielos, de Ridley Scott. Todo lo demás sigue siendo otra leyenda más. Con todos sus misterios.  

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