viernes, 28 de marzo de 2014

La foto del viernes: Obama y el Papa


"Estaba de visita el Papa Francisco en Estados Unidos, y luego de una larga conversación con el Presidente Obama, pide hablar por teléfono. El Presidente le indica el escritorio donde hay dos aparatos, uno blanco y uno rojo. El Papa pregunta cuál debe usar. 

- El rojo es para hablar con el presidente ruso y el blanco con Dios. 

Habla su Santidad por el blanco 5 minutos; al colgar pregunta cuánto debe por la llamada,y el Presidente le responde 5.000 dólares. Días después, viaja a Buenos Aires para entrevistarse con la Presidenta de Argentina, ya en su despacho le pregunta qué teléfono puede usar. 

- El rojo es para hablar con el Presidente de Estados Unidos y el blanco con Dios. 

Habla su Santidad durante veinte minutos por el teléfono blanco. Al terminar pregunta cuánto debe, y recibe como respuesta: 5 dólares. 

Se sorprende y dice: 
- Hablé mucho más ahora que desde la Casa Blanca, ¿cómo es posible que pague sólo 5 dólares? 
- Lo que ocurre es que aquí es una llamada local."

Esto parece que le acaba de decir el Papa Francisco a Obama, por las risas del presidente de los Estados Unidos. Es un chiste sobre argentinos, como lo es Bergoglio. Según ellos mismos y otros paisanos del entorno, los argentinos se creen Dios mismo y su  país, el cielo. Obama ha visitado esta semana el Vaticano y parece que ha habido "buen rollo" entre los dos mandatarios. “La suya es una voz que el mundo debe escuchar” ha dicho Obama del Papa, por cuanto en el año de mandato del sucesor de Ratzinger éste ha lanzado sonoros mensajes en favor del respeto a los derechos humanos (recordemos sus palabras sobre los homosexuales) y por superar las injusticias y la pobreza que tenemos en el mundo. Unas palabras que han sonado bien en orejas acostumbradas a solo escuchar mensajes dogmáticos en los últimos tiempos. Seguro que no ha sido un chiste lo que han intercambiado Obama y el obispo de Roma, o, al menos este chiste buscado al azar entre los repertorios de estas bromas sobre los habitantes del Cono Sur americano. ¿Habrá servido para algo más? No los sé, pero tras los incumplimientos del presidente estadounidense (como el cierre de Guantánamo) o sus actos que manchan la imagen del Premio Nobel de la Paz que le concedieron, la autoridad moral de sus recomendaciones se resiente bastante. Y Francisco ha pronunciado frases que han provocado simpatías entre quienes no somos adeptos de su Organización, pero todavía queda mucho para demostrar su afán renovador y para que pase definitivamente página en el legado más derechista de pontificados anteriores, que guardaron silencio ante las injusticias sociales y económicas que asolan la Humanidad. Esperemos que se rían de otras cosas y no de nosotros.

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