martes, 6 de mayo de 2014

La cañilata y la polémica de los patios de Córdoba


Andan en Córdoba divididos sobre la fiesta de los Patios, de la que hablé años atrás. Algún bloguero, seguido por el autor de esta bitácora, incluso ha criticado el origen de la fiesta. Además ha dado su opinión sobre una escultura recientemente inaugurada que hace referencia a los Patios, a la que ha llamado la "cañilata", incluyéndola en un repertorio de lo "casposo" en el arte escultórico del paisaje urbano de la ciudad del Califato. Ese nombre de cañilata da al artilugio que vemos en la foto y que porta la mujer con el que riega las macetas que están a bastante altura. Un instrumento que ya reflejé en una de las entradas dedicadas a los patios, y que vuelvo a reproducir hoy, concretamente el que vi en el patio de la calle Marroquíes 6. 


Este artilugio era de uso corriente en todos los patios, no solo de los de Córdoba. Mi madre tenía también su caña con la lata cogida con alambres, con la que regaba las macetas que tenía colgadas en las paredes de nuestra antigua casa. Por ello me es familiar. Y no me repele verlo como parte de una representación escultórica dedicada a los patios cordobeses, ahora de plena actualidad por vivir su concurso anual. 


Otras esculturas tal vez sean menos agradables a la vista, como esta otra que fotografié en un patio concreto hace tiempo, y no las criticamos.


La polémica y la división están servidas. Tal vez sea criticable que el gobierno municipal cordobés quiera basar su contribución a la presunta "recuperación" que el partido gobernante, al que pertenece, nos quiere hacer creer con grandes dosis de propaganda machacona, solo por el auge de la hostelería basado en multitud de "fiestas populares" como romerías, procesiones (de semana santa, de patronos y patronas, de via crucis magnos o menos magnos) y otros eventos "culturales" y folclóricos, tales como la cata del vino, las cruces, los patios y las ferias y verbenas. Pero dedicar una escultura a la mujer cordobesa regando sus plantas, como yo viera en mi casa de niño, no me parece mal. No obstante, juzguen ustedes.

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