lunes, 16 de junio de 2014

Los souvenirs de la coronación


En 1999 visité Londres, durante el puente de la Constitución, como hicieron muchos españoles en aquellos días. También, como muchos otros, vine cargado de recuerdos para regalar a la familia y amigos, los correspondientes souvenirs que venden en numerosas tiendas dedicadas a satisfacer a los turistas. Algún autobús de dos pisos, la tetera en forma de catedral de Saint Paul, marionetas en forma de guardias reales o el famoso Beefeater de la Torre de Londres, gorras con la bandera, cosillas que probaban mi estancia en la capital británica. En esas tiendas pude comprobar que no solo los turistas gustan de este tipo de cacharros, sino que también los naturales del país se pirran por ellos. Como sabíamos, el británico gusta de usar sus símbolos patrios en todo tipo de prendas, menaje, etc. Y las celebraciones nacionales, como las bodas reales o principescas, o las ceremonias de coronación, son especialmente queridas, dando lugar a un mercado de objetos de recuerdo de dichos eventos. 


El británico, cuya cultura es muy rica y antigua, y me ha gustado siempre, puede ser también un verdadero hortera cuando se producen hechos de relevancia social como los comentados. Todos hemos visto los catetos souvenirs creados expresamente para la boda del príncipe Carlos y Lady Diana. O los que periódicamente fabrican para los aniversarios de la reina Isabel II, cansinas conmemoraciones para el parecer íntimo (según se sospecha) del "eterno heredero al trono británico".

En España también ha llegado esa hortera moda. Y ya hay tiendas, unas típicas de venta para turistas y otras que antes presumían de exclusivas y con clase, anunciando camisetas, llaveros, dedales, corbatas, platos, tazas, juegos de café y otras mercaderías con las caras de Felipe y Letizia, como recuerdo de la próxima ceremonia de coronación. Aquí también nos quieren imponer los mismos palurdos gustos, con ínfulas aristocráticas. "Todo se pega, menos lo bonito", como diría mi madre. Y encima Ana Botella animando a llenar los balcones y ventanas de banderas. Solo faltaba que hubiese pedido que los madrileños, tras las muestras de "alegría, orgullo y esperanza", se fuesen a tomar una "relaxing cup of café con leche in Plaza Mayor". Ya nos queda, ya. 

5 comentarios:

Aprendiz de Mucho dijo...

Ante todo buenos dias y a continuación, ¿que hay de nuevo viejo?. Después de una larga y forzosa ausencia volvemos a la carga.
Tenemos mucho que aprender de los anglosajones y su cultura de aceptación y aprecio por lo propio y no me refiero a la monarquía ni a su cocina, por supuesto, pero si a su encomiable labor por cuidar y conservar su legado. Recuerdo por ejemplo, las vallas de Hyde Park, muy bien conservadas a pesar de los años y el clima. En esta tierra patria peninsular, el mantenimiento es un asignatura pendiente, un suspenso continuo que se suple con una constructora amiguita del alma, un presupuesto inflado hasta casí reventar, unas comisiones desorbitadas. Todo nuevo y "másmejor" que lo de fuera.
salud.

Francisco Javier Domínguez Peso dijo...

Bienvenido, Aprendiz, se te echaba de menos. Comparto tu visión de los ingleses, pero, como toda moneda tiene dos caras, además son capaces de ser los más horteras del planeta. Y nosotros parece que queremos imitar también los defectos. Y respecto a nuestro desprecio por conservar nuestro legado cultural no puede añadir nada más, tienes razón.
Saludos.

Francisco Javier Domínguez Peso dijo...

De acuerdo, María. Y ya nos queda repetición de las imágenes de la proclamación, el paseo, el saludo desde el Palacio de Oriente, como para querer un recuerdo para instalar en la casa.

Saludos.

Aprendiz de Mucho dijo...

Buenos dias, horteras serlo, lo son pero no me negarás que lo de la folclórica sobre el televisor o la muñeca vestida de legionario también tienen su "toque".
XDXDXDXDXDXD

Francisco Javier Domínguez Peso dijo...

Pues sí. Menos mal que con las pantallas planas no hay manera de colocar la gitana, el pañito de croché, ni el toro.