Viajando por Asturias el año pasado, encontramos un mesón, en el casco viejo de Oviedo, cuyo nombre me llamó rápidamente la atención: Mesón La mezquita. Un alegrón hallar un "pedazo" de nuestra Córdoba a tantos kilómetros de distancia, en medio de otra cultura. No pude resistirme y fotografié su fachada.
De estas imágenes se deduce claramente la referencia a Córdoba. Los letreros donde se anuncian los precios de las bebidas y comidas que se sirven en el establecimiento tienen de fondo la conocida visión que todo el mundo relaciona con la mezquita de Córdoba: las dobles arcadas con arcos de herradura y de medio punto, con dovelas alternas en blanco y rojo, los capiteles de nido de avispa califales y los fustes de mármol. Y, encima, el toldo y el letrero del bar reproducen esos motivos arquitectónicos tan conocidos. No hay duda, se refiere no a cualquier templo musulmán, sino específicamente al templo cordobés, que funciona hoy como catedral, pero cuyo nombre, desde hace siglos viene recogiendo el antiguo término "mezquita"; de tal manera que si hablamos de la "ciudad de la mezquita", (con artículo determinado en ambos sustantivos), no de "una ciudad con mezquita", todo el mundo sabrá que nos estamos refiriendo a Córdoba. Nadie pregunta por la "ciudad de la catedral", porque de esas hay muchas, pero "ciudad de la mezquita" solo hay una: Córdoba.
Viene esto a cuento por el intento del obispo cordobés y de sus más cercanos ayudantes de eliminar el concepto "mezquita" de toda referencia al muy visitado monumento, como comenté con la guía turística que nos acompañaba en la visita a Oviedo. Le dije que esa era la intención del prelado y el cabildo catedralicio: la de suprimir toda referencia al nombre del templo musulmán y la de tergiversar incluso su historia, haciéndonos creer que era un templo construido por los cristianos, pero usurpado por los invasores musulmanes, cuando el edificio fue realizado por estos últimos y luego fue ocupado por los reconquistadores. De esta manera, si prosperasen las intenciones del obispo, a ese mesón habría que cambiarle el nombre, por el de "la catedral", pues las autoridades eclesiásticas, en su afán por cambiar las cosas, habían llegado, no solo a inmatricular la mezquita (de forma ilegítima a mi juicio y al de otros juristas y ciudadanos), sino a registrar el nombre "mezquita de Córdoba" para que otros dejaran de usarlo, o para que pagasen por ello, si les autorizaban.
Lo que ocurre es que la Historia está ahí, por mucho que intenten manipularla. Y la prueba la encontramos también en otra población asturiana, Veigas, donde, en una vieja choza, junto a un pellejo para hacer mantequilla y la foto de la antigua dueña, nos encontramos un calendario de 1979, de Casa Pepe (Pola de Somiedo) donde se reproducía otra imagen conocida y repetida de Córdoba: el río Guadalquivir, con el puente romano, los molinos y... "la mezquita", según reza en el pie de la foto de la lámina que ilustra los meses de enero y febrero de ese año. Lo mismo, si lo viese el obispo, acusaba a la conocida marca de colchones, que se hace publicidad con el almanaque (o al bar), de "atentar contra la libertad religiosa" por reproducir esa lámina con esos términos. "Tonterías que se dicen", como comentó la guía turística de Oviedo, al oír mi explicación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario