Un palestino ataca con un cuchillo a un soldado israelí. Los militares repelen el atentado y abaten a dos jóvenes palestinos participantes en la agresión. Las ambulancias se llevan al soldado herido. Mientras otro soldado dispara a uno de los agresores, que todavía vive. Un "incidente" más de los que se repiten cada día, cada semana, cada mes, cada año. Asesinatos, asesinatos, intentos de asesinato, y más asesinatos. Es el cuento de nunca acabar en esas tierras de Oriente Medio desde hace miles de años. Todas las partes en conflicto creyéndose con el derecho exclusivo a quedarse con aquel aciago territorio, campo de batalla desde hace siglos de diferentes ejércitos que lo creen suyo o simplemente zona de paso para continuar con sus ambiciones imperiales. Todos verdugos y todos víctimas. Da igual, es el pan nuestro de cada día. Y luego hay quien llama a ese lugar "tierra santa".
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