miércoles, 19 de enero de 2011

La doctrina de las dimisiones del PP y la vida privada

Ayer cuando volvía a casa para comer llevaba la radio encendida en el coche, como siempre. Venia escuchando las noticias de las cuatro. Y me sorprendí al oír estas palabras: "No creo que una persona, en el ejercicio de su actividad privada, porque haya conducido un coche y se haya tomado un par de copas tenga que dimitir, me parece que es una exageración". "Yo también lo he hecho". Esto lo había dicho Francisco Granados, Consejero de Presidencia, Justicia e Interior de la Comunidad de Madrid. Estas palabras venían a cuento por la condena impuesta por el Tribunal Supremo al Presidente de Nuevas Generaciones del PP, Nacho Uriarte, por un delito contra la seguridad vial al conducir un vehículo a motor bajo influencia de bebidas alcohólicas (más del doble de lo permitido).


No me creía lo que estaba oyendo hasta que busqué sus palabras para ratificar la confesión. Sí, confesión, porque el consejero lo reconoció: "Yo también lo he hecho". Añadiendo: "No sé si a alguno de los aquí presentes no le ha pasado alguna vez eso". Perece que al señor consejero de Esperanza Aguirre este tipo de delitos le parece normal. Total, si este delito lo practica todo el mundo, pensará. ¿Y por qué no vamos a cometerlo los liberales de pro, tan modernos, tan a la moda, que vamos de fiestuqui y practicamos el padel? ¿Por qué no vamos a emborracharnos después de la misa de la boda de nuestro mejor amigo, y conducir nuestro cochazo último modelo, si Aznar nos anima a ello? El razonamiento del señor consejero es simple: es "una actividad privada". ¿Tendría que haber dimitido solo si el delito se hubiese cometido en el ámbito público? ¿Entonces por qué su partido inició la caza a los socialistas cuando Aznar pidió la dimisión de Demetrio Madrid, porque le denunciaron unos antiguos empleados de la empresa que había dirigido?. ¿No era una actividad privada, anterior a sus responsabilidades públicas? Recordemos que le dio 24 horas, y el entonces presidente socialista de Castilla y León dejó el cargo, para no dañara a su partido, siendo absuelto luego en el juicio. Nunca Aznar pidió disculpas.

Sin embargo, como el "condenado" es un alto cargo del PP (y diputado), no hace falta dimitir.  Eso solo vale para los socialistas. Total, por tomarse unas copas, conducir borracho y chocar con otro coche. ¡Si eso le puede pasar a cualquiera!. Acordémonos de un colega,  del senador cordobés, Ángel Blanco. Había un anuncio publicitario de un brandy que afirmaba: "Es cosa de hombres". Como aquí. Como en el caso de su amigo el mandatario italiano, Berlusconi, que no comete delitos públicos, que solo se le acusa de acostarse con niñas, pagándoles religiosamente, eso sí (y él presume de mancho). Actividades privadas, claro. Y si éste no dimite y se aferra al cargo como una lapa, ¿por qué un correligionario suyo lo debe hacer aquí? Está clara la doctrina del Partido Popular. ¿Otra copita más para celebrarlo?



2 comentarios:

EL QUINTO FORAJIDO dijo...

Aznar y disculpas en la misma frase, eso en word me sale señalado en rojo jejejeje

Un saludo.

Francisco Javier Domínguez Peso dijo...

Claro, Quinto Forajido, es un ejemplo inequívoco de lo que es un oxímoron.

Un saludo.