Abre la ventana,
derriba las puertas,
deja que el sol
entre por ellas.
Que las jambas se esfumen,
que el dintel desaparezca.
No más prisión,
no más rejas
que tu vuelo entorpezca.
Visado para mi ser,
pasaporte para mi alma,
el sol apuntando fiero,
entre los montes me llama.
No quiero contraventanas,
no sirven cal ni arena.
No puedo esperar a la luna.
No quiero dormir de espera.
Es madera mi muralla,
es hierro la frontera.
Es sueño la lontananza
del caballete afuera.
El sueño pinta nubes
que la pasión arrebola.
Mi verdad es como el agua
que su bandera enarbola.
Abate los muros,
esquiva las hojas.
Correremos al horizonte,
y no habrá días, ni horas.
Yo no soy poeta,
ni te paso el testigo.
Solo quise ver el sol.
créeme, mi amigo.
Si te molestan mis ripios,
sé amable y no me lo demandes.
Solo recuerda mi intención,
y no te enfades, cuando por aquí andes.
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