En octubre del año pasado, en esos recorridos por la Palma de la infancia y la juventud de este bloguero, os hablé del Jardín Reina Victoria. "Esta zona verde ha vivido
numerosas épocas, con los correspondientes proyectos de
remodelación. A fines de los años sesenta se construyó la piscina
municipal, segregando unos 4000 metros cuadrados, junto al
colegio San Sebastián. Recuerdo que mi hermano Pepe, el mayor, nos
llevó a Roberto y a mí de paseo y se paró en la obra a hablar con
el alcalde, Miguel Delgado. La imagen de la excavadora abriendo la
tierra en el lugar que fue luego el vaso de la piscina de adultos
todavía permanece en mi memoria. En ese espacio que se perdió hubo
un estanque, que es el que aparece en la fotografía que
encabeza el artículo (del archivo de José Onieva), y que vemos en
su totalidad en esta otra recogida en la publicación “Palma, un
paseo único”. La piscina se inauguró en 1971."
Esa piscina fue objeto de íntimo y también público deseo durante las vacaciones veraniegas escolares. El tener un abono para poder ir todos los días fue un anhelo que solo pudo cumplirse algún año, periodo en que disfrutamos de lo lindo en sus aguas. Aunque alguna temporada tuviese que soportar los inconvenientes de la fractura de brazo que conté en el post "El submarino". La foto en la que estoy en el agua con mi hermana M. Carmen y esta otra dan fe de mi deseo de aprovechar la piscina, a pesar de lo engorroso del aparatage necesario para no mojar la escayola.
En el post de octubre hacía referencia a la sustitución de la piscina por una "zona de juegos de agua", volviéndose a integrar en el jardín la superficie que se segregó entonces. Ahora que está en obras para instalar los juegos de agua, parece oportuno recordar cómo era nuestra piscina, cuando allá a principios de los años setenta del siglo pasado fue inaugurada. Para ello os dejo un documento histórico. Una película rodada en formato Super 8 por el padre de mi mujer, Miguel Santos Enríquez, mientras daban los últimos toques antes de abrir por primera vez las nuevas instalaciones de ocio veraniego.
Esa piscina fue objeto de íntimo y también público deseo durante las vacaciones veraniegas escolares. El tener un abono para poder ir todos los días fue un anhelo que solo pudo cumplirse algún año, periodo en que disfrutamos de lo lindo en sus aguas. Aunque alguna temporada tuviese que soportar los inconvenientes de la fractura de brazo que conté en el post "El submarino". La foto en la que estoy en el agua con mi hermana M. Carmen y esta otra dan fe de mi deseo de aprovechar la piscina, a pesar de lo engorroso del aparatage necesario para no mojar la escayola.
En el post de octubre hacía referencia a la sustitución de la piscina por una "zona de juegos de agua", volviéndose a integrar en el jardín la superficie que se segregó entonces. Ahora que está en obras para instalar los juegos de agua, parece oportuno recordar cómo era nuestra piscina, cuando allá a principios de los años setenta del siglo pasado fue inaugurada. Para ello os dejo un documento histórico. Una película rodada en formato Super 8 por el padre de mi mujer, Miguel Santos Enríquez, mientras daban los últimos toques antes de abrir por primera vez las nuevas instalaciones de ocio veraniego.
Las imágenes no son de calidad, debido al paso del tiempo y el formato, pero son un importante vestigio gráfico de lo que entonces vio la luz. En ellas se ven elementos que luego fueron sustituídos, como los ceniceros que estaban sostenidos por algo como troncos de madera (entonces se podía fumar en lugares públicos), el césped (más bien la grama) que cubría gran parte del suelo, y que terminó siendo cambiado por placas, los rebosaderos, la piscina de los niños, los juegos, los bancos de metal "agujereado". Vemos también al jardinero, con la cortacésped, dando el último repaso, y detrás se aprecian las microescuelas del Colegio San Sebastián.También hay una panorámica de los vestuarios, las sombrillas o los salvavidas, colgados de los árboles, o el bar, a lo lejos.
Durante los años en que se ha usado esta instalación se ha tenido que reformar varias veces para cumplir las exigencias santarias y de seguridad que las autoridades competentes (en los últimos tiempos, la Junta de Andalucía) han impuesto, muchas veces con incompresión por parte municipal, al darse casos como el tener que hacer una obra para quitar algún elemento y al año siguiente volver a ponerlo, porque la normativa había cambiado en sentido contrario. Una cosa que cambiaron fue la profundidad del vaso, que al principio en la zona de mayor hondura era de 2,80 metros, rebajándose después. Esta piscina, además de servir para el ocio, también fue, fuera del horario de baños públicos, academia para aprender a nadar en numerosos cursos de natación, donde los niños y los no tan niños han adquirido su capacidad para defenderse en el líquido elemento. Desde hace años contamos con una piscina cubierta climatizada, lo que permite disfrutar de los baños en periodo invernal.
Como decía, ahora, si vamos por allí, vemos que están en obras. El ayuntamiento tiene previsto hacer otra piscina al aire libre en el Polideportivo municipal, cerca de la piscina cubierta. Pronto, juegos de agua, como los que vemos en el gráfico, ocuparán su lugar. Por eso no está de más recordar cómo fue cuando se inauguró, como vemos en el vídeo. Muchos conservamos recuerdos muy gratos de aquellos veranos donde jugamos, ligamos, nos bañamos, merendamos, comimos, nos bañamos, nos refrescamos e hicimos amigos allí. Y las imágenes de esta película son ya parte de nuestra historia. 41 años de la Historia de Palma del Río.
(La música del vídeo es "El capricho árabe" de Francisco Tárrega, interpretado por Maurizio Oddone)
(La música del vídeo es "El capricho árabe" de Francisco Tárrega, interpretado por Maurizio Oddone)
2 comentarios:
me ha encantado lo de la piscina, yo nunca he podido ir a ella pero mi hermano que en gloria este, no se perdia ni una un saludo, Paqui
Gracias, Paqui. ¿Nunca, en más de 40 años, fuiste a la piscina? Ya es mala suerte. No es que fuera el paraíso, pero sí fue una importante alternativa a los días del calor tórrido palmeño. Al menos tu hermano (desaparecido; lo siento) sí dices que la disfrutó, como muchos niños palmeños y de fuera que han gozado de ella. Pienso que merecía este recuerdo, a la espera de que se termine la nueva.
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