Las barbaridades que se justifican por motivos religiosos han tenido siempre mi condena, sean del credo que sean. Amnistía Internacional está recogiendo firmas para detener la lapidación en Sudán de Intisar Sharif Abdallah, de 20 años, con un hijo de cuatro meses, acusada de adulterio. Por supuesto que he firmado. Esta es la carta que se enviará al presidente de Sudán:
"Omar Hassan Ahmad al-Bashir
Presidente de Sudán
Excelencia,
Le pido que detenga la ejecución de Intisar Sharif
Abdallah, anule su condena a muerte por lapidación por "adulterio
estando casada" y que la pongan de inmediato en libertad.
Intisar Sharif Abdallah es madre de tres hijos y
está detenida con el menor de ellos, de cuatro meses al que amamanta. El
interés del hijo de Intisar Sharif Abdallah debe prevalecer durante el
proceso judicial y hasta que ella quede en libertad.
Considero que el juicio a Intisar ha sido injusto ya
que no le permitieron acceder a asistencia letrada y no dispuso de los
servicios de un intérprete, a pesar de su limitado conocimiento del
árabe, que no es su lengua materna. Le recuerdo que, según el derecho
internacional, ejecutar a una persona después de un juicio que no cumple
las normas internacionales sobre garantías procesales es una violación
del derecho a la vida, y que la ejecución de una madre lactante está
prohibida por el derecho internacional y por la propia Constitución de
su país.
Por último quiero instarle a que establezca una
suspensión oficial de las ejecuciones en Sudán con vistas a abolir la
pena de muerte, en la línea de la tendencia mundial en alza y de las
resoluciones de la Asamblea General de la ONU, e instándole a que
conmute todas las penas de muerte pendientes de ejecución.
Atentamente"
Si están contra la pena de muerte, y concretamente por esas penas amparadas en motivos religiosos, firma la petición, pinchando AQUÍ.
1 comentario:
Las religiones no han cambiado desde hace siglos. Al menos algunas. Por eso seguiré apoyando estas campañas, dándoles difusión y pidiendo apoyo. Gracias por haber firmado, María.
Saludos.
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