martes, 27 de agosto de 2013

Los sucesos del 26 y el 27 de agosto de 1936, en Palma del Río


Me ha recordado Auria esta fecha en su blog. Una fecha triste para Palma del Río, ya que en ella se consumó la entrada de las tropas nacionales en 1936 y empezó la represión con el resultado de numerosos encarcelamientos y las ejecuciones de decenas de personas, durante la Guerra Civil. Todo empezó con el golpe de estado del 18 de julio. Después del golpe se atrincheraron en el cuartel de la guardia civil algunos palmeños partidarios del alzamiento, para ponerse a disposición de la benemérita, a la que consideraban parte de los sublevados. Uno de ellos era un cuñado de mi padre, Antonio López Cabrera, que fue uno de los que fue posteriormente ejecutado (más bien asesinado) por los defensores de la República, el 19 de agosto. Durante dos días, la entrada de las tropas nacionales convulsionó Palma. Se realizaron, tras la toma, los fusilamientos del 27 de agosto en los llamados “Corralones de Don Félix”, propiedad del cacique local Félix Moreno Ardanuy, junto al antiguo cementerio de la parroquia de la Asunción. Los fusilados, unos 300, fueron trasladados al actual cementerio de San Juan Bautista, y reposan en una fosa común.

Félix Moreno Ardanuy

Para escapar de los sitiadores, se produjo la huida de muchas familias palmeñas por la noche, antes de la entrada de las tropas. Por ejemplo, la del niño Manuel López Maraver, primer alcalde democrático con el PSOE, tras la muerte de Franco, cuya familia llegó hasta Valencia. Menos el padre, que fue fusilado aquí. También salió antes de ser detenido uno de mis tíos, Antonio, hermano de mi padre. Pudo escapar cuando estaban llamando a los varones del pueblo para que se concentraran en la plaza del Ayuntamiento, con engaños, pues allí, los nuevos mandamases escogían a los que iban a ser fusilados o separaban "de la fila" a los que se salvaban por ser considerados personas "de orden". Mi tío pudo irse antes, por temor a ser llamado, y se fue a Málaga. Durante muchos años no se habló del caso en nuestro hogar. Era un tema tabú. Ya de mayor, con mi padre fallecido, que no hablaba de estas cosas, una prima me contó la historia y me recordó la foto del joven "Antoñito" que había en casa de un familiar. Parece que no supieron más de él o no quisieron, para evitar mayores problemas. Era el "rojo" de la familia. Se quedó en Málaga y se libró de engrosar la fosa común del cementerio.


Muchas familias sufrieron en la Guerra Civil y posteriormente. Muchas familias se rompieron o fueron mutiladas como consecuencia de las atrocidades de ambos contendientes. Unos antagonistas que pretendieron imponer sus ideologías a la fuerza. La mía también sintió el desgarro de la división entre los dos bandos que se enfrentaron tras el golpe militar del 18 de Julio. Hoy, 77 años después de aquellos trágicos hechos, recordamos a sus víctimas.

9 comentarios:

Jesús Herrera Peña dijo...

Muy bien tu artículo, Schevi y a la vez muy mal.
Muy bien porque con tus recuerdos homenajeas y traes a la memoria a unas personas y a unos hechos muy dramáticos que es digno recordar para no tener que volver a tropezar en ese bache.

Muy mal porque dentro de poco se cumplirá un siglo de ese fatídico 1936 y las guerras civiles no debieran durar tanto. Pero la nuestra duró porque fue reforzada por una larguísima y sangrienta dictadura cegada de odio, que dejó un poso muy profundo y tapó tantas bocas e impuso tanto silencio y tanto terror, que ahora tenemos la necesidad de hablar de ello con tantísimos años de retraso.

En mi caso, tuve la suerte de nacer en una familia que no fue afectada por esos asesinatos ni por esas huidas dramáticas, por el uno o por el otro lado de la contienda. Y, ¡claro!, yo no estoy en condiciones para comprender con ecuanimidad si haces bien o mal recordando pasajes de tanta dureza.

Pero hace tiempo que tengo "profetizado" (a la vista de todas estas realidades) que la guerra civil española se acabará definitivamente un día cualquiera del año 2036. Parece de todo punto inevitable que ese negro pasaje de la historia de España, tenga que ser sepultado con la tierra de un siglo entero.

Francisco Javier Domínguez Peso dijo...

Seguramente necesitemos un siglo para dar, por fin, terminada la guerra. Yo pensé que en la Transición se había hecho un esfuerzo por superarla, pero no ha sido así. Quedan muchas heridas abiertas, y algunos (de uno y otro bando) parecen dispuestos a reabrir todas las heridas que puedan para imponer sus planteamientos. Hay quienes consideran que ser "de verdad de izquierdas" es igual a defender sin consideración a los derrotados. Hay quien piensa que ser "de verdad de derechas" es reivindicar el régimen de Franco y el golpe de estado con la guerra que lo trajo. Es horroroso, como lo fueron los asesinatos de los que hablo en el post. La locura de unos que se sintieron agredidos y con derecho a agredir a los que no pensaban como ellos, y la locura de un gran propietario que se quiso vengar de la muerte de su ganado (para dar de comer a la población) asesinando a todo el que odiaban sus correligionarios o no pudo huir tras la invasión. Ojalá se restañen ya por fin las heridas y miremos al futuro sin rencor.

juana jimenez dijo...

Mi madre, pobrecita, sólo empezó a hablar de éstas ignominias a la muerte del dictador. Ya afectada de demencia cuando veía a algún fascista por la tele se acordaba de la madre del interfecto. Un drama!

Francisco Javier Domínguez Peso dijo...

Cierto, Juana. Un drama que se prolongó mucho, demasiado tiempo.

Rubinette dijo...

Hola.. QUIEN ERES .. PARA DECIR LO QUE PASO MI FAMILIA????????????????











Anónimo dijo...

yO QUIERO COMENTAR












































































































































YO QUIERO COMENTAR










Rubinette dijo...

COMO PUEDO COMENTAR???


Anónimo dijo...

ESTis locos?????????????????

Francisco Javier Domínguez Peso dijo...

Supongo que los dos comentarios anónimos anteriores son del mismo Rubinette que empezó la sucesión de los cuatro. Bueno, dos cosas para contestar.

Una. No entiendo cómo preguntas cómo comentar, pues lo has hecho cuatro veces. Eso no merece más contestación: sabes hacerlo y lo has hecho.

Dos. Me pides saber quién soy para contar lo que pasó tu familia. Es poco elegante, por no decir otra cosa, que pidas saber mi identidad, cuando tú ocultas la tuya. Además no hace falta, pues firmo todas y cada una de las entradas que publico y ésta comenta lo que pasó mi familia en los primero días de la guerra civil. Si no la conoces (mi familia) pues no tengo nada más que decir (para nada que dé más explicaciones). Sobre todo cuando, insisto, tú sí que no te identificas y utilizas un alias, sin más información. Esto es un blog, una página web personal, no una red social. Y el administrador soy yo. Cualquier red social exige que sus usuarios se identifiquen para publicar, aunque aparezcan sus publicaciones con seudónimo. Y yo no tengo información tuya, ni esto, repito, es una red social, donde todo el que quiera puede comentar. Así que, si quieres contar la historia de tu familia, créate tu propia web y la publicas, y no te aproveches de los blogs de los demás. Sobre todo si no lo haces con respeto (me has llamado loco).