El miércoles Italia sufrió un terremoto en el centro peninsular, que, además de enormes destrozos, ha causado, hasta ahora, 267 fallecidos (pues pueden ser más ya que todavía se pueden encontrar más entre los escombros). Una tragedia. Entre los que perdieron la vida hay una española, Ana Huete, una joven granadina, casada con un italiano, que estaba allí de vacaciones. Sus padres están intentando repatriar el cadáver, pero se han encontrado con que el Ministerio de Asuntos Exteriores se ha negado a sufragar los cuantiosos gastos de un viaje semejante, porque solo lo hace en supuestos excepcionales. Como si la muerte de esta española fuese algo normal. Como si fuese algo corriente que haya centenares de muertos de una vez. Como si es algo habitual que haya tan graves terremotos. Y eso que nos es la única vez que se han repatriado cadáveres de españoles fruto de terremotos. Hasta se han montado dispositivos excepcionales para repatriar a personas, como los religiosos contagiados de ébola, que terminaron falleciendo, y poniendo en peligro a otros conciudadanos, sin problemas de costes. Indigna que ahora se nieguen a sufragar los gastos del traslado de esta española. Por eso he firmado la petición que se ha iniciado en Change.org para que se ayuda a la familia. Si te indigna también tanta insensibilidad del gobierno, puedes prestar tu apoyo aquí.
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