domingo, 9 de agosto de 2009

Carta de una enfermera

Hace unos días recibí un correo con la carta de una amiga acerca del suceso de la muerte en el Hospital Gregorio Marañón del niño Rayan. Como no tenía autorización para publicarla por ahora, no la hice pública. Ahora os la reproduzco, pues comparto sus argumentos y la queja que expresa.


Hola a todos/as,
Ante la triste noticia del fallecimiento del bebé a causa de una negligencia de enfermería en el Hospital Gregorio Marañón y el aluvión de barbaridades que he leído y escuchado en las noticias, me han surgido una serie de sensaciones para nada positivas y la necesidad de transmitir mi verdad, la que yo experimento en el día a día de mi profesión.

En primer lugar, comentaros que siento enormemente la muerte del bébé y que entiendo que es un duro golpe para su familia.

En segundo lugar quisiera plantearos una serie de preguntas:
1. ¿ Por qué ha convocado la gerencia del hospital una rueda de prensa de forma tan rápida y clara ?
2. ¿ Se convocaría dicha rueda de prensa, si de igual forma la negligencia hubiera sido de tipo médico ( no de enfermería ), o bien se cubrirían entre ellos?
3. ¿ Está detrás de toda esta información la novedosa Gripe A?
4. ¿ Hay intereses de tipo político y/o mediático detrás de la noticia?
5. ¿ Es la primera vez que ocurre algo así en un hospital español ?...¿...y por qué esta vez sí es el propio hospital el que informa sobre el error ?.
Pues por desgracia NO. No es la primera vez que ocurre.

Pero no me puedo olvidar de la enfermera, inexperta, primer día en la UCI.
No tiene justificación, pero no hay más errores ni negligencias en nuestros centros sanitarios, porque tenemos un angel de la guarda a nuestro lado muchas veces.

Trabajamos hasta catorce horas seguidas, doblamos turnos, saliendo de noche y enlazando con la mañana, estamos cansados físicamente y psicológicamente, y como siempre, tiene que ocurrir una desgracia para que se destape todo.

Los errores no los cometen sólo los/as novatos; el ritmo de trabajo y la presión asistencial hacen de los profesionales sanitarios bombas de relojería.
Si no se cometen más errores, se debe exclusivamente a la gran responsabilidad de los buenísimos profesionales.

En mis años de profesión he visto el esfuerzo, la dedicación, la falta de descanso de estos profesionales que se merecen todo mi respeto.

Hay que depurar responsabilidades pero empezando por las administraciones.
A la Ministra de Sanidad y a los Consejeros Autonómicos de Salud, decirle que va siendo hora que solucionen uno de los graves problemas de la Sanidad española: El Personal, muy bien formado académicamente, pero extenuado por los turnos, los cambios de servicio, los sueldos vergonzosos para el nivel de responsabilidad,...y a los sindicatos , déjense de hacer política de noticias como ésta, y hagan su trabajo: mirar por los trabajadores, no por quién está en el Gobierno.

El problema se da en todas, todas las comunidades, no sólo en Madrid.

Este desgraciado accidente resulta especialmente más doloroso por ser quienes eran sus inocentes protagonistas y la cruel concatenación de circunstancias.
Sin embargo, por doloroso y cruel que sea, no puede eclipsar la magnífica labor que miles de profesionales de la sanidad española realizan cada día, aún en medio de gestores penosos y de recursos insuficientes.

La sanidad pública en nuestro país es de las mejores del mundo.
La ciudadanía no puede estar dispuesta a tolerar el más mínimo retroceso en la calidad asistencial.
La asistencia sanitaria pública, gratuita y de calidad, es nuestra y nuestro deber es defenderla, salvaguardándola de batallas partidistas y políticas de uno u otro signo.

Señores políticos, dejen a la Sanidad en paz y dótenla de recursos, de medios, de personal,...
Si la Sanidad es un negocio, hemos perdido la batalla todos.

Begoña.

3 comentarios:

Francisco Javier Domínguez Peso dijo...

Efectivamente, MARÍA, no pueden pagar justos por pecadores. Las profesiones sanitarias están muy desprestigiadas últimamente, cuando se dejan el pellejo por servir a los ciudadanos. Los intereses políticos de la derecha, para privatizar, y los intereses de grupos económicos que pretenden coger el negocio sanitario y el de los seguros y las indemnizaciones, están acabando con la sanidad pública. Y se aprovechan de estos casos, como si fuesen una excepción. Hay que defender al personal sanitario y exigir aumento de inversiones públicas en salud.

Un saludo,amiga.

Deprisa dijo...

Yo soy de los que opinan que la culpa no es de la enfermera, la culpa es de quien, a sabiendas de que no tenía una formación en ese campo la puso a trabajar ahí.

Ella iba a ganar su pan, como todos, con todo el cariño del mundo hacia el niño y hacia su profesión y un error que cualquiera podría haber cometido la ha dejado marcada de por vida.

La de cosas que pasarán de este tipo y no salen a la luz, en este caso se han disparado las alarmas por las circunstancias, la gripe A y todo lo que lo rodea.

Es una desgracia, sí, pero crucificar a una persona por el error y dirigir todas las culpas hacia ella me parece totalmente desproporcionado y carente de todo sentido.

Pero ya se sabe, mientras se le pueda cargar el muerto a otro...

Francisco Javier Domínguez Peso dijo...

En eso coincido contigo Deprisa.